jueves, 27 de marzo de 2014

27 de marzo de 2014, jueves


jueves tercera semana

Jr 7,23-28    Sal 94,1-2.6-9   Lc 11,14-23

 

La palabra

 

Palabra de Dios

 

C

uando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo, está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama.     (Lc 11,21-23)

 

Reflexión

     El cristiano debe decidirse o por Cristo o contra Cristo. Y, por lógica, debería elegir a Cristo y a su Palabra. Pero vivimos en un tiempo lleno de ruidos que no nos ayudan a oír la Palabra, en un tiempo lleno de actividad donde no hay posibilidad para ir a la escuela de Jesús.

     La Palabra de Dios no se agota en las lecturas y en los comentarios. Nos alcanza, de manera misteriosa pero real, gracias a la presencia de Cristo resucitado que obra en cada uno de nosotros para que podamos dar fruto.

 

Oración

Tú, razón de nuestra escucha recíproca.

R: Que se realice lo que Tú quieres, Padre.

Tú, motivo del respeto que nos debemos.

R: Que se realice lo que Tú quieres, Padre.

Tú, valor de las iniciativas que llevamos adelante.

R: Que se realice lo que Tú quieres, Padre.

 

Se realice tu designio de amor en un mundo dividido

     Debemos realizar el Reino, los designios de amor del Padre, en el tiempo presente que es tiempo de división y de tragedia. Las tantas desgracias, de las que somos espectadores día a día, pueden engendrar la duda de que los proyectos de Dios se realicen con dificultad y lentamente.

     Son los tiempos del testimonio. Debemos ser testigos en el mundo del incondicional amor del Padre e invitar a los hombres a que miren más allá del hoy, hacia la realización de las promesas, de toda realidad querida por Dios.

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