sábado, 22 de marzo de 2014

22 de marzo de 2014, sábado


sábado segunda semana

Mic 7,14-15.18-20   Sal 102,16-21   Lc 15,1-3.11-32

 

Las algarrobas

 

Palabra de Dios

 

«C

uando (el hijo pródigo) lo había gastado todo, sobrevino una gran carestía en aquella comarca y el muchacho empezó a padecer necesidad. Entonces fue a servir a casa de un hombre de aquel país, quien le mandó a sus campos a cuidar cerdos. Habría deseado llenar su estómago con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó…».  (Lc 15,14-17)

 

Reflexión

     En el hijo pródigo se realiza ese refrán de los judíos: “Cuando los israelitas tienen necesidad de algarrobas, entonces se vuelven a Dios”. Las algarrobas de los puercos le hacen pensar en el pan de los jornaleros… No quiere consumirse sino vivir. Ni Dios ni su padre ocupan el centro de sus reflexiones hasta que no recapacita. El camino del que entra dentro de sí mismo conduce a Dios…

 

Oración

Que no triunfen los reinos construidos con guerras.

R.: Que se realice lo que tu quieres, Padre.

Que el dinero y el orgullo no dominen sobre nuestros corazones.

R.: Que se realice lo que tu quieres, Padre.

Que Tú seas siempre nuestro norte.

R.: Que se realice lo que tu quieres, Padre.

 

Reino para la salvación del hombre

     El Reino de Dios implica siempre un futuro y un cambio en nosotros, en el mundo y en la sociedad en la que vivimos. Porque encontrar a Dios y a su Reino abre a nuevos encuentros, siempre más profundos. El Reino exige que tengamos la idea de algo incumplido. El Mesías era esperado para que eliminara la muerte y la derrota de los justos; con la llegada del Reino Jesús no ha eliminado la muerte, sino que la ha compartido; no ha acabado con la derrota de los justos, sino que se ha metido entre ellos.

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