jueves, 20 de diciembre de 2012

Oración misionera, 23 de diciembre



CANTO INICIAL
Ain Karem” del grupo llamado también Ain Karem

EVANGELIO (LUCAS 1, 39 45)
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

COMENTARIO MISIONERO
  • Si Navidad es tiempo de alegría este es el mejor preámbulo: alegría y bendición desbordantes en este diálogo entre dos mujeres. Si no nos equivocamos, solo hay otro diálogo entre mujeres en el evangelio, el que desarrollan Herodías y salomé y se salda con la muerte de Juan Bautista (Mateo 14,1-12) ¿Percibes alguna diferencia entre ambos diálogos?
  • ”Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. De alguna forma la fe permite a Dios desarrollar su plan de salvación. En este caso, la fe de María permite que la promesa de Dios del Salvador hecho uno de nosotros se cumpla.
  • La misión de María es ponerse en camino y llevar la alegría de la presencia de Jesús a quien la necesita. De ella los misioneros aprendemos a estar siempre alegres.

SILENCIO MEDITATIVO

ORACIONES COMPARTIDAS

ACCIÓN DE GRACIAS POR EL AÑO TRANSCURRIDO
(porque posiblemente esta será la última oración del 2012 para el grupo)

ORACIÓN FINAL

Señor del tiempo y de la eternidad,
llegados al final de nuestras oraciones en grupo
te damos gracias por la fidelidad de tu Palabra
y por lo que tu Espíritu nos ha sugerido.

Gracias por la oportunidad del silencio,
por los hermanos con quienes hemos rezado,
por las reflexiones que nos han llegado
y por los dones que nos has regalado.

Ponemos en tus manos nuevamente, Señor,
las personas por las que hemos pedido,
las realidades por las que hemos olvidado hacerlo
y nuestros sueños de un mundo mejor.

Perdona, Señor, nuestras distracciones
y nuestra falta de escucha y sensibilidad.
Sigue brindándonos tu Palabra de vida
y el conocimiento de tu Rostro. Amén.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Navidad en julio

Maite participó en la experiencia misionera del mes de julio en la misión de Santa Cruz (Méjico), desarrollada en concreto en las comunidades de Zohuala y La Laja. Han pasado meses y esa experiencia se va decantando, como lo muestra este testimonio.
Maite (con la guitarra) en La Laja
Desde el día 12 de diciembre en que pasé la hoja del calendario y vi que era el día de la Virgen de Guadalupe, no he dejado de pensar en Zohuala y en La Laja.
He recordado que para ellos estas fechas son las mejores de todo el año, porque los que están fuera, esos por los que quienes sin conocerlos, rezamos en la oración que para algunas fue nuestro punto de inflexión en Méjico, vuelven.
Por aquí decimos que el Adviento es tiempo de esperanza y de espera. Ellos esperan durante todo un año a que los suyos regresen igual que al mismo tiempo esperan que el Niño nazca.
Ayer estuve de retiro en la parroquia y rezando por la llegada de la Navidad, me di cuenta de que debía escuchar la voz de Dios,  tenía que salir al desierto y esperar allí a que el Niño naciese. Esperar en mi desierto. Pero también entendí que el camino para llegar a ese desierto puede ser allanado y quien lo allana son personas a las cuales no esperamos y están ahí. Y sales del desierto y se abre una puerta y entras y a la vez tú abres otra puerta y llega el Niño y busca casa y allí estas tú y eso significa Navidad.
¿Con esto qué os quiero decir? Que creo que en Zohuala y en La Laja, aunque fuese el mes de Julio, vivimos la Navidad sin saberlo.
Salimos de nuestras casas de nuestro país, escuchamos la voz de Dios, encontramos un pueblo que nos allanó el camino y la estancia en sus comunidades. Nos abrieron una puerta y yo personalmente entré y abrí la mía, quizás ya, al final sí, cuando la palabra NUNCA empezó a resonar en mi cabeza, pero la abrí y salí de mi desierto personal, ese que se llama MIEDO A LA SOLEDAD.
Reflexionando ayer me di cuenta que en Julio en Méjico fue Navidad.
Ahora me acuerdo de ellos y me preparo de nuevo para recibir al Niño y celebrar la Navidad. Sé que lo que  os acabo de decir suena lioso y a una comedura de tarro mía, pero os invito a que leáis a Isaías 41, 8-11; 43, 1-4; Lucas 3,1-6; Lucas 1, 39-45 y Mateo 3, 1-12.
A ver si todo esto no es más que una comedura de tarro...
FELIZ NAVIDAD
Maite

lunes, 10 de diciembre de 2012

Oración misionera, 16 de diciembre

Silencio con fondo musical

Acción de gracias por la semana transcurrida

Oración inicial

El Señor es mi Dios y Salvador,
Cristo es mi Dios y mi Señor,
no tengo otros dioses que me salven:
¡Señor mío y Dios mío, sálvame!

Cuando la noche se cierre temerosa
y me azoten los vientos implacables,
cuando me hunda en el lago sin remedio,
¡Señor mío y Dios mío, sálvame!

Cuando todo resulte favorable
y me eleven al monte de la gloria,
cuando todos me aplaudan y sonrían,
¡Señor mío y Dios mío, sálvame!

Cuando yo mismo me vea suficiente
desprecie los miedos y las súplicas
y no sienta ya necesidad de ser salvado,
¡Señor mío y Dios mío, sálvame!

Cuando sienta mi corazón endurecido
y mire con desprecio a los más pobres,
me ría del fracaso de los otros,
¡Señor mío y Dios mío, sálvame!

Sálvame mi Señor, de tal manera,
que pueda yo salvar a mis hermanos;
cantaré jubiloso tus proezas,
¡qué gran de mi Señor y Salvador!

Evangelio del domingo (Lucas 3, 10-18)

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué hacemos?» El contestó: «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué hacemos nosotros?» El les contestó: «No exijáis más de lo establecido».

Unos militares le preguntaron: «¿Qué hacemos nosotros?» El les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga».

El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.

Comentario misionero:

- La preparación de la llegada del Señor no se reduce a algo puramente espiritual. La encarnación supone que los caminos de Dios y de la humanidad confluyen ¡Cuidado con las espiritualidades desencarnadas!

- Juan Bautista se muestra exigente y osado, incluso con quienes tienen más poder que él. Pero a la vez sabe cuál es su lugar y que no le corresponde el puesto central. Huye del protagonismo y de la autosuficiencia. Cuando nos rodea el éxito y muchas personas nos escuchan, ¡qué difícil resulta esto!

- Las personas llegan ante Juan con buena disposición, dispuestos a escuchar y obedecer. Tienen una real voluntad de actuar conforme a lo que Dios quiere.

Escucha de la canción "Llega el día" de Ixcís
Canción nº 8 de "En espíritu y en verdad"
http://www.ixcis.org/audio_04.htm#
Silencio meditativo

Peticiones y oraciones espontáneas

Oración final (de Henri Nouwen)

Querido Dios:

Estoy lleno de anhelos, lleno de deseos, lleno de expectativas.
Algunos se realizarán; muchos no,
pero en medio de todas mis satisfaciones y decepciones,
confío en ti.

Sé que nunca me dejarás solo
y que cumplirás tus promesas divinas.
Aún cuando parezca que las cosas no siguen mi camino,
sé que siguen el tuyo y que, finalmente,
tu camino es el mejor para mí.

¡Oh, Señor! Refuerza mi esperanza,
en particular cuando mis numerosos deseos
no se cumplen.
Nunca dejes que olvide que tu nombre es Amor.
Amén.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Oración misionera, 9 de diciembre

Oración inicial

Santa María, pobre y humilde,
enséñanos a vaciarnos de nosotros mismos,
a estar cerca de los pobres,
ellos tus hijos más queridos.

Santa María, fiel y obediente,
escuchaste la Palabra y la guardaste,
dijiste sí a Dios incondicionalmente;
ayúdanos a crecer y confiar.

Santa María, ejemplo de caridad,
te pusiste al servicio de todos,
viviste para los demás,
enséñanos a servir, enséñanos a amar.

Santa María, Madre de misericordia,
cambia nuestro corazón duro,
que nuestro corazón se parezca al tuyo.

María, mujer de silencio y escucha,
modelo de contemplación,
enséñanos a orar, a meditar,
a guardar la Palabra hasta que dé fruto.

María, mujer de esperanza, Virgen de Adviento,
que adelantaste, con tu respuesta,
la llegada del Mesías,
que sepamos tener nuestras lámparas encendidas.

Acción de gracias por la semana transcurrida

Evangelio del domingo
LUCAS 3, 1 6
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios».

Comentario misionero

- Muchos nombres de poderosos (7, de los cuales 4 participarán directamente en la muerte de Jesús), pero la Palabra de Dios esquiva su poder: se les cuela una voz, Juan Bautista, y una palabra, Jesús.

- El desierto, lugar del camino recorrido durante el Éxodo, lugar de purificación y de mayor conocimiento de Dios.

- El pueblo, empobrecido por tener que pagar impuestos para mantener a tantos poderosos (¡qué actual resulta esto!) esperaba una palabra de vida y esperanza. Los caminos a preparar no son los de los poderosos (quienes generan y alimentan desigualdades) sino los del Señor.

Silencio meditativo

Oraciones compartidas

Oración final (en memoria de San Francisco Javier)

Señor Dios nuestro:
tú has querido que numerosas naciones
llegaran al conocimiento de tu nombre
por la predicación de San Francisco Javier;
infúndenos su celo generoso por la propagación de la fe
y haz que tu Iglesia encuentre su gozo
en evangelizar a todos los pueblos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

martes, 27 de noviembre de 2012

Oración misionera, 2 de diciembre

El mapa "al revés" no es un error. Ojalá el adviento nos ayude a ver el mundo con ojos nuevos por la presencia del que de verdad sí importa.

- Oración inicial

“Señor Jesús, abre mis ojos
y mis oídos a tu palabra.
Que lea y escuche yo tu voz
y medite tus enseñanzas,
despierta mi alma y mi inteligencia
para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo saborearla y comprenderla.
Dame una gran fe en ti
para que tus palabras sean para mí
otras tantas luces que me guíen hacia ti
por el camino de la justicia y de la verdad.
Habla, Señor, que yo te escucho
y deseo poner en práctica tu doctrina,
porque tus palabras son para mí
vida, gozo, paz y felicidad.
Háblame, Señor, tú eres mi Señor y mi maestro
y no escucharé a nadie sino a ti.
Amén.”

- Acción de gracias personal

- Proclamación – Escucha del Evangelio: Lucas 21, 25–28. 34–36

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

- Comentario misionero.

Nos quejamos enormemente del mundo en el que estamos y del tiempo que nos toca vivir porque vemos mucha injusticia, y a los misioneros nos toca estar allí donde se viven las fracturas de nuestro mundo. Precisamente la Palabra de Dios viene a sacudir ese mundo asentado sobre cimientos poco sólidos.

Algo nuevo viene ¿Esperamos de verdad algo nuevo? ¿Colaboramos a su venida? ¿O preferimos nuestra comodidad, a pesar de que lo que vemos no nos gusta?

Quien viene no lo hace tanto para llenar una carencia nuestra, sino por una sobreabundancia de vida: "He venido para que tengan vida, y vida en abundancia".

- Silencio meditativo

- Peticiones y reflexiones compartidas

- Oración final

Señor: Tú llegas a nuestro
mundo y nos invitas
a abrir la puerta
de nuestro corazón
a todos los hombres.

Tú ya nos dijiste
que eres Tú quien viene
cuando alguien llama
a nuestra puerta.

Tu palabra es ésta:
“He aquí que estoy a la
puerta y llamo.

Si alguno oye mi voz
y abre la puerta,
Yo entraré y cenaré con
él y él conmigo”.

Señor: que sepamos
escuchar tu voz,
esa voz que nos llega
por nuestros hermanos.

Que abramos la puerta
para acogerte a Ti,
y en Ti a todos los hombres. AMÉN.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Lectura misionera de la Biblia, Moisés (y 7)

FRENTE A LA TIERRA PROMETIDA

TEXTO BÍBLICO (Deuteronomio 6,4-13, 7,7-8; 8,7-20; 34,1.4-5)

6 4Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. 5 Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. 7 Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte. 8 Átalas a tu mano como un signo, y que estén como una marca sobre tu frente. 9 Escríbelas en las puertas de tu casa y en sus postes.
10 Cuando el Señor, tu Dios te introduzca en la tierra que él te dará, porque así lo juró a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob –en ciudades grandes y prósperas que tú no levantaste; 11 en casas colmadas de toda clase de bienes, que tú no acumulaste; en pozos que tú no cavaste; en viñedos y olivares que tú no plantaste– y cuando comas hasta saciarte, 12 ten cuidado de no olvidar al Señor que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud. 13 Teme al Señor, tu Dios, sírvelo y jura por su Nombre.

7 7 El Señor se prendó de vosotros y os eligió, no porque seáis el más numeroso de todos los pueblos. Al contrario, tú eres el más insignificante de todos. 8 Pero por el amor que os tiene, y para cumplir el juramento que hizo a tus padres, el Señor os hizo salir de Egipto con mano poderosa, y os libró de la esclavitud y del poder del Faraón, rey de Egipto.

8 7 Sí, el Señor, tu Dios, te va a introducir en una tierra fértil, un país de torrentes, de manantiales y de aguas profundas que brotan del valle y de la montaña; 8 una tierra de trigo y cebada, de viñedos, de higueras y granados, de olivares, de aceite y miel; 9 un país donde comerás pan en abundancia y donde nada te faltará, donde las piedras son de hierro y de cuyas montañas extraerás cobre. 10 Allí comerás hasta saciarte y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra fértil que él te dio.
11 Pero ten cuidado: no olvides al Señor, tu Dios, ni dejes de observar sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, que yo te prescribo hoy. 12 Y cuando comas hasta saciarte, cuando construyas casas confortables y vivas en ellas, 13 cuando se multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todas tus riquezas, 14 no te vuelvas arrogante, ni olvides al Señor, tu Dios, que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud, 15 y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones. No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, 16 y en el desierto te alimentó con el maná, un alimento que no conocieron tus padres. Así te afligió y te puso a prueba, para que tuvieras un futuro dichoso. 17 No pienses entonces: “Mi propia fuerza y el poder de mi brazo me han alcanzado esta prosperidad”. 18 Acuérdate del Señor, tu Dios, porque él te da la fuerza necesaria para que alcances esa prosperidad, a fin de confirmar la alianza que juró a tus padres, como de hecho hoy sucede. 19 Pero si llegas a olvidarte del Señor, tu Dios, y vas detrás de otros dioses, si los sirves y te postras delante de ellos, yo os aseguro solemnemente que vosotros pereceréis. 20 Pereceréis como esas naciones que el Señor va destruyendo delante de vosotros, por no haber escuchado la voz del Señor, vuestro Dios.

34 1Moisés subió de las estepas de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá, frente a Jericó, y el Señor le mostró todo el país. 4 Y le dijo: “Esta es la tierra que prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob, cuando les dije: ‘Yo se la daré a tus descendientes’. Te he dejado verla con tus propios ojos, pero tú no entrarás en ella”.
5 Allí murió Moisés, el servidor del Señor, en territorio de Moab, como el Señor lo había dispuesto.

COMENTARIO BÍBLICO

La fertilidad de Canaán (país al que van a entrar como tierra prometida por Dios) supuso un grave problema teológico para los hebreos que venían del estéril desierto, porque la fertilidad es una bendición divina.

La tierra fértil puede conllevar el peligro de olvidarse de Dios y del camino hecho hasta entonces. Se exagera la fertilidad de esa tierra (no hay en ella hierro ni bronce). Deuteronomio subraya que la alianza es condicional y que la no observancia de la misma hace a Israel “semejante a las otras naciones”.

“El único Dios” hace referencia sobre todo a Baal, dios de Canaán. El Dios de Israel se muestra “celoso” de que su puesto en el corazón del pueblo lo ocupen otros.

En un texto eminentemente jurídico aparecen estas referencias emotivas (corazón, alma) y se insiste en el amor entre ambas partes. Deuteronomio sigue al profeta Oseas para dar al amor un significado más amplio y profundo. Conocer a Dios significa misericordia. De hecho Dios ha elegido a este pueblo (y no al revés) como consecuencia de su amor.

6,4-9 es la gran oración judía (Shema Israel), que se reza todas las mañanas, y Jesús se refiere a ella como el gran mandamiento de la Ley (Mateo 22,37).

6,8 dará lugar a las filacterias, es decir, pequeñas bolsas que contenían el texto sagrado y que se ponían en el brazo izquierdo y la frente.

Todo este material es fundamentalmente litúrgico. La liturgia tiene la función de recuerdo y actualización de los acontecimientos salvíficos.

El capítulo de la muerte de Moisés sirve de final al Deuteronomio y a todo el Pentateuco (es decir, “cinco libros”: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). Se dice que Moisés tiene 120 años en el momento de su muerte.

Desde el monte Nebo se puede ver una visión panorámica de todo el país de Canaán, en los días claros se alcanza a ver el Mediterráneo.

La no entrada de Moisés en la tierra prometida provoca un gran impacto final.

COMENTARIO MISIONERO

En la abundancia las personas somos bien capaces de olvidarnos de los demás y de Dios. Oración bíblica: “Dios, no me des ni riqueza ni pobreza, porque siendo rico me olvidaré de ti y siendo pobre te maldeciré”. En la mentalidad popular se oye decir que Dios nos “prueba” con el sufrimiento. Pero, ¿y cuándo todo va bien? ¿Esa no será también una “prueba”? Porque entonces nos olvidamos de lo importante. El gran peligro es creer que nuestro éxito depende de nosotros.

Tanto camino hecho por el pueblo, tantos años de penalidades en el desierto hasta conseguir una tierra y unos derechos y todo se puede ir al garete en una generación. Qué actual resulta esto en tiempos de crisis: cuántos derechos laborales y sociales conseguidos a base de muchas luchas y reivindicaciones para dejarlos caer de un plumazo por la necesidad del momento…

El pueblo judío que llega a las puertas de la tierra prometida es un pueblo encerrado en sí mismo, que ve a los otros pueblos como amenazas tanto militares (conquistarán la tierra prometida guerreando) como religiosas (tentación de los dioses de la abundancia y de otras prácticas religiosas). Dios se manifiesta como un Dios celoso, y el trato del pueblo hebreo con los otros pueblos será hostil. En un estado laico como el actual Israel el motivo religioso de la tierra prometida por Dios sigue pesando fuerte en el conflicto con los palestinos. En el mundo judío de hoy los que más se ven (aun no siendo mayoría) son los ultraortodoxos, característicos por sus tirabuzones. Esto resulta para nosotros cristianos una llamada de atención a un posible peligro: también nosotros tenemos nuestros ultraortodoxos, y sus liturgias de ritos, idiomas y ropajes preconciliares favorecidos por nuestra jerarquía actual. Claro, esa vuelta a “esplendores” pasados parece que da seguridad en tiempos de fragmentación y de pluralidad, pero al final nos encierra y paraliza impidiendo un contacto cordial con nuestro mundo de hoy.

Recordamos el concilio de Jerusalén y esa pugna entre judaizantes y misioneros liderados por San Pablo que nos parece muy actual. La decisión de aquel concilio fue intentar contentar a ambas posturas, con San Pedro nadando entre dos aguas y recriminado por San Pablo. Sin embargo y pasados los siglos afortunadamente no queda rastro de los judaizantes y sí del camino misionero de la Iglesia en el contacto y comprensión de otras culturas y pueblos.

Hay una lectura ingenua de la muerte de Moisés frente a la tierra prometida: como se portó mal Dios lo castigó. Una lectura así permite explicarlo todo pero es poco respetuosa con la imagen de Dios transmitida por Jesús.

Tenemos necesidad de una vuelta a los marginados y olvidados, a los pequeños y pobres. Dios eligió a este pueblo por ser el más pequeño, y nosotros entre esas personas podemos conocer mejor al Dios liberador de la Alianza. En definitiva alejarnos de ellos supone alejarnos de Dios… Libro de Eric-Emmanuel Schmitt “Hijo de Noé”: durante la II Guerra Mundial un cura católico en Francia protege a niños judíos e intenta salvaguardar su cultura porque son perseguidos. Pasada la guerra y cambiados los tiempos, lo que protege es la cultura palestina.

martes, 20 de noviembre de 2012

Oración misionera, 25 de noviembre

DOMINGO DE CRISTO REY

Acción de gracias por la semana transcurrida

Oración inicial:

¿Para qué los timbres de sangre y nobleza?
Nunca los blasones
fueron lenitivo para la tristeza
de nuestras pasiones.
¡No me des coronas, Señor, de grandeza!

¿Altivez? ¿Honores? Torres ilusorias
que el tiempo derrumba.
Es coronamiento de todas las glorias
un rincón de tumba.
¡No me des siquiera coronas mortuorias!

No pido el laurel que nimba al talento,
ni las voluptuosas guirnaldas
de lujo y alborozamiento.
¡Ni mirtos ni rosas!
¡No me des coronas que se lleva el viento!

Yo quiero la joya de penas divinas
que rasga las sienes.
Es para las almas que tú predestinas.
Sólo tú la tienes.
¡Si me das coronas, dámelas de espinas¡

Evangelio (JUAN 18,33b 37)

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?» Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?» Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». Pilato le dijo: «Conque ¿tú eres rey?» Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

Comentario misionero.

- Último domingo del año litúrgico. Todo final tiene su parte de revisión, acción d egracias y propósito de enmienda ¿Qué tal he vivido este año en el aspecto misionero? ¿He buscado mi "reinado" o el de Jesús?

- Extraño momento para hablar de realezas, a las puertas de la muerte. Pero en la cruz Jesús va a mostrar, en continuación y culminando toda su vida, la majestad de su amor.

- Noviolencia de Jesús. No se defiende de forma armada, sino con la verdad. Quien tiene potestad en este diálogo para acabar con la vida o respetarla es Pilato, pero en realidad quien se muestra grande y dueño de todo, incluso de la muerte, es Jesús.

Silencio meditativo.

Comentarios, peticiones y oraciones.

Oración final.

PERSEVERANCIA (de S. Guido Mª Conforti)

Dios de la bondad y del amor,
que quieres que todos se salven,
te pedimos que nos concedas el don
de la perseverancia final.

Haz que seamos fieles a tu gracia,
para que podamos alcanzar esa perfección
que quieres de nosotros.

Te lo pedimos por la muerte
y resurrección de tu Hijo,
por el amor que nos demuestras
en el sacramento de la Eucaristía
y por los méritos de María, nuestra Madre.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Oración misionera, 18 de noviembre

Oración inicial

ÉL VIENE SIEMPRE

“¿No oíste sus pasos silenciosos? Él viene, viene, viene siempre.
En cada instante y en cada edad, todos los días y todas las noches,
El viene, viene, viene siempre.
He cantado muchas canciones y de mil maneras;
pero siempre decían sus notas:
El viene, viene, viene siempre” (Tagore, poeta de Bangladesh),

Acción de gracias por la semana transcurrida

Evangelio del domingo (MARCOS 13,24 32)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre».

Comentario misionero

- A los misioneros nos toca estar en los lugares de fractura de nuestro mundo, allí donde más se viven las contradicciones de nuestro sistema económico, que conlleva tantos "fines del mundo": guerras, hambrunas... En medio de esa noche, precisamos aún más de la luz.

- El sol y la luna palidecen porque llega una luz mayor, una mayor belleza: “El resplandor de la gloria de Dios supera toda belleza mundana, la verdadera belleza es el amor de Dios que se ha revelado definitivamente en el Misterio Pascual” (Benedicto XVI).

- Vivimos en un mundo cambiante (a nivel social) y sobre un suelo que se mueve (terremotos), y por eso necesitamos puntos de referencia sólidos. La Palabra de Dios es uno, el amor es otro. Ambos nos hacen entender y vivir la salvación de Dios, quien "no se muda" (Santa Teresa).

Silencio meditativo y oraciones compartidas

Oración final

Nuestro mundo, Señor, cambia, se mueve
y tantas veces se nos derrumba.
Nos da miedo la decadencia, la decrepitud,
nuestra vida que se agota al vivirla.

Vemos pasar el cielo y la tierra,
decepcionados por ideologías que no salvan,
por un sistema económico que genera desigualdad,
por un mundo lleno de guerras y destrucción,
por la superficialidad de tantas propuestas.

Necesitamos puntos de referencia fijos,
un suelo estable bajo nuestros pies,
algo esencial y vital que no pase,
Alguien que nos permita soñar con confianza.

Y ahí llegas Tú, donde no te esperamos:
creándolo todo aunque no sepamos apreciarlo;
dando vida a pesar de la muerte de tu Hijo Jesús;
confiándonos tu misión en nuestras manos,
congregándonos en una única familia.

martes, 6 de noviembre de 2012

Oración misionera, 11 de noviembre


Oración inicial.

Cada noche, Señor,
nos acercamos con sonrojo
a las puertas del perdón caliente de tu casa.
Siempre tienes las luces encendidas,
la mesa prevenida y Tú esperando.
Penoso balance es sentir
el vacío en las manos
y el frío árido en el alma.
Pero cada noche, Señor, acudes a tu puerta
y nos llamas, con los brazos abiertos,
desde la oscuridad de cada rebeldía,
desde el camino tortuoso
de nuestros egoísmos,
desde la soledad
de nuestro corazón desierto. (…)
Cada anochecer, Señor, vistes de júbilo
nuestro corazón reconciliado;
y tu voz presurosa
nos convoca a fiesta y alegría,
a la tarea de amar, borrado ya el pasado. (…)

Evangelio del domingo ((Mc.12,38-44)

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los
escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en
la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en
los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos.
Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.» Estando Jesús sentado enfrente del
arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos
echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a
sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de
las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra,
pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

Comentario misionero.

- Jesús educa nuestra mirada: tras los amplios ropajes descubre toda la corrupción de unas personas que precisamente por conocer la Biblia y a través de ella a Dios tendrían que estar prioritariamente dedicadas a los más necesitados, y sin embargo se aprovechan de su situación de dependencia; ignora las grandes cantidades de dinero de los ricos y se fija en la que da menos, pero con mayor actitud de desprendimiento.

- Los misioneros javerianos vivimos de la Providencia, expresada a través de tantas y tantas personas que colaboran en la misión con sus bienes. A veces recibimos mensajes de personas pasando necesidad, en el paro… que comparten con nosotros lo poco que tienen. Esas personas nos evangelizan ¡Gracias!

- Los informes de Caritas lo demuestran: salvo alguna excepción (muy comentada en los medios por cierto) quienes han aumentado su colaboración con Caritas han sido las clases menos favorecidas ¿Por qué nos deslumbramos ante lo espectacular y perdemos de vista los signos sencillos de Dios en lo cotidiano?

Tiempo de silencio

Oraciones compartidas

Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Lectura misionera de la Biblia, Moisés (6)

LA ALIANZA

TEXTO BÍBLICO (ÉXODO 19,3-8.16-20; 20,1-17; 32,1-20)

19  3 Moisés subió a encontrarse con Dios. El Señor lo llamó desde la montaña y le dijo: “Habla en estos términos a la casa de Jacob y anuncia este mensaje a los israelitas:

4 ‘Vosotros habéis visto cómo traté a Egipto, y cómo os conduje sobre alas de águila

y os traje hasta mí. 5 Ahora, si escucháis mi voz y observáis mi alianza, seréis mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece.

Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada’. Estas son las palabras que transmitirás a los israelitas”.

7 Moisés fue a convocar a los ancianos de Israel y les expuso todas estas palabras, como el Señor se lo había ordenado. 8 El pueblo respondió unánimemente: “Estamos decididos a poner en práctica todo lo que ha dicho el Señor”. Y Moisés comunicó al Señor la respuesta del pueblo.
16 Al amanecer del tercer día, hubo truenos y relámpagos, una densa nube cubrió la montaña y se oyó un fuerte sonido de trompeta. Todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció de temor. 17 Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y todos se detuvieron al pie de la montaña. 18 La montaña del Sinaí estaba cubierta de humo, porque el Señor había bajado a ella en el fuego. El humo se elevaba como el de un horno, y toda la montaña temblaba violentamente. 19 El sonido de la trompeta se hacía cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y el Señor le respondía con el fragor del trueno. 20 El Señor bajó a la montaña del Sinaí, a la cumbre de la montaña, y ordenó a Moisés que subiera a la cumbre.

20 1 Entonces Dios pronunció estas palabras:

2 Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.

3 No tendrás otros dioses delante de mí.

4No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. 5 No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; 6 y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

7 No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.

8 Acuérdate del día sábado para santificarlo. 9 Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; 10 pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no haréis ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. 11 Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.

13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No robarás. 16 No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.

32  1 Cuando el pueblo vio que Moisés demoraba en bajar de la montaña, se congregó alrededor de Aarón y le dijo: “Fabrícanos un dios que vaya al frente de nosotros, porque no sabemos qué le ha pasado a Moisés, ese hombre que nos hizo salir de Egipto”. 2 Aarón les respondió: “Quitad a vuestras mujeres, a vuestros hijos y a vuestras hijas, las argollas de oro que llevan prendidas a sus orejas, y traedlas aquí”. 3Entonces todos se quitaron sus pendientes y se los entregaron a Aarón. 4 Él recibió el oro, lo trabajó con el cincel e hizo un becerro de metal fundido. Ellos dijeron entonces: “Este es tu Dios, Israel, el que te hizo salir de Egipto”. 5 Al ver esto, Aarón erigió un altar delante de la estatua y anunció en alta voz: “Mañana habrá fiesta en honor del Señor”. 6 Y a la mañana siguiente, bien temprano, ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y después se levantó para divertirse.

7 El Señor dijo a Moisés: “Baja en seguida, porque tu pueblo, ese que hiciste salir de Egipto, se ha pervertido. 8 Ellos se han apartado rápidamente del camino que yo les había señalado, y se han fabricado un becerro de metal fundido. Después se postraron delante de él, le ofrecieron sacrificios y exclamaron: ‘Este es tu Dios, Israel, el que te hizo salir de Egipto’”. 9 Luego le siguió diciendo: “Ya veo que este es un pueblo obstinado. 10Por eso, déjame obrar: mi ira arderá contra ellos y los exterminaré. De ti, en cambio, suscitaré una gran nación”.

11 Pero Moisés trató de aplacar al Señor con estas palabras: “¿Por qué, Señor, arderá tu ira contra tu pueblo, ese pueblo que tú mismo hiciste salir de Egipto con gran firmeza y mano poderosa? 12¿Por qué tendrán que decir los egipcios: ‘Él los sacó con la perversa intención de hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra’? Deja de lado tu indignación y arrepiéntete del mal que quieres infligir a tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus servidores, a quienes juraste por ti mismo diciendo: ‘Yo multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda esta tierra de la que hablé, para que la tengan siempre como herencia’”. 14 Y el Señor se arrepintió del mal con que había amenazado a su pueblo.

Moisés emprendió el camino de regreso y bajó de la montaña llevando en sus manos las dos tablas del Testimonio, que estaban escritas de un lado y de otro. 16 Esas tablas eran obra de Dios, y la escritura grabada sobre ellas era escritura de Dios.

17 Al escuchar el ruido de las aclamaciones que profería el pueblo, Josué dijo a Moisés: “Hay gritos de guerra en el campamento”. 18 Pero Moisés respondió:

“No son cantos de victoria,
ni alaridos de derrota;
lo que oigo son cantos de coros alternados”.

19 Cuando Moisés estuvo cerca del campamento y vio el ternero y las danzas, se enfureció, y arrojando violentamente las tablas que llevaba en sus manos, las hizo añicos al pie de la montaña. 20 Después tomó el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta pulverizarlo. Luego esparció el polvo sobre el agua, y se la hizo beber a los israelitas.

(Tras esta escena Dios procede a la renovación de la Alianza.)

COMENTARIO BÍBLICO

Nos hallamos ante un hecho histórico fundamental: el único tratado hecho por Dios Todopoderoso con el pueblo de Israel. Es un dato del que depende en lo sucesivo toda la religión de Israel. No se trata sin embargo de una relación científica de los acontecimientos del Sinaí, sino más bien una interpretación teológica de los acontecimientos tal como estos fueron luego actualizados para el pueblo de Israel.

Toda alianza implica un pacto en el que se establece una serie de obligaciones y derechos recíprocos. Esta alianza está descrita según el estilo de los pactos de vasallaje en el Próximo Oriente.

La montaña a la que sube Moisés puede ser Jebel Musa, que tiene 2.249 metros.

El ofrecimiento de Dios es sorprendente: si los israelitas deciden mantenerse fieles a la alianza (y son libres para aceptarla o no) alcanzarán una condición única: ser pueblo de Dios. Esto conlleva un privilegio y al mismo tiempo una gran exigencia: ser santo como lo es Dios y cumplir su misión sacerdotal ante las naciones. El pueblo acepta.

La descripción de la teofanía evidencia la acción de Dios como señor de la naturaleza. Esta teofanía confirma a Moisés en su misión de profeta.

El texto de nuestros 10 mandamientos se ha plasmado a partir de Éxodo 20 y Deuteronomio 5,6-21. Hay códigos legales anteriores al Decálogo que aplican la casuística: si se comete tal cosa se recibe tal castigo. En el Decálogo la ley se vuelve apodíctica, sin condiciones.

El reconocimiento de un solo Dios distinguía a Israel de los demás pueblos del Próximo Oriente, que creían en una multitud de divinidades celestes. A esto se añade la prohibición de realizar imágenes de Dios mientras que los otros pueblos estaban acostumbrados a tener imágenes de las divinidades locales.

Parece que para los pueblos cercanos era habitual usar el nombre de Dios en maldiciones, fórmulas mágicas o como medio efectivo de defensa.

Los mandamientos del cuarto al décimo son elementos esenciales del derecho natural y se encuentran también en códigos legales anteriores. Pero la diferencia es que en estos la violación de esos preceptos constituye un crimen contra el prójimo, mientras que en este caso lo es contra Dios. Los mandamientos 9 y 10 redundan en el contenido de los mandamientos 6 y 7 respectivamente.

Dios informa a Moisés de lo que está aconteciendo en “tu” pueblo (toma ya distancia de él) y quiere aniquilarlo y forjarse otra nación. Moisés media recordando a Dios su honor y las promesas concedidas a Abraham.

Al bajar de la montaña Moisés no parece saber lo que sucede en el pueblo, señal de la presencia de tradiciones distintas en este texto. Moisés destruye las tablas, lo cual simboliza la ruptura de la alianza, y destruye a continuación el becerro haciendo que los culpables lo consuman. La imagen del toro era conocida por los israelitas a través de Apis (Egipto) y de Baal (Canaán).

COMENTARIO MISIONERO

Aparece una imagen de Dios con sentimientos muy humanos. Se enfada, quiere castigar y al mismo tiempo escucha a Moisés y se deja convencer por él. Esta imagen es sobre todo expresión de nuestras búsquedas de su rostro ¿Y si Dios no hace lo que queremos? ¿Y si cuando le pedimos una cosa eso no se cumple? Dejemos a Dios ser Dios y sigamos confiando en Él.

La infidelidad del pueblo es constante y la bondad y el perdón de Dios también. Recuerda mucho a la alianza de Dios hecha en Jesús: el pueblo no reconoce a Jesús y sin embargo el perdón de Dios sigue ofrecido. Y la paciencia de Dios: no se ha elegido el pueblo mejor, sino el más esclavizado y pequeño. Por eso aguanta y sigue educando a su pueblo.

Mandamientos. Somos libres a pesar de todo. Dios quiere hacer el bien con nosotros. Las cosas no son fáciles y la realidad es compleja. Los mandamientos, sobre todo los sociales, son el nivel básico de convivencia en cualquier sociedad. Lo específico en este caso es que están referidos a Dios y quien se los salta ofende a los demás y a Dios.

Mandamientos combinados con la libertad. Necesitamos leer estas prohibiciones desde Jesús, que amplia su significado: ya no basta con no hacer el mal, sino que se trata de hacer efectivamente el bien, y además, sabiendo de qué pie cojeamos, insiste en los mandamientos más sociales (como ante el joven rico).

“Entre el pobre y el rico, entre el fuerte y el débil, entre el poderoso y el humilde, es siempre la ley la que libera y es siempre la libertad la que oprime” (Lacordaire).

Paso de los mandamientos a las bienaventuranzas. Felicidad ahora, aquí. Sufrimiento integrado en un sentido y compartido, si no con otros al menos con Dios.

El becerro nos aleja de los valores humanos. Resulta un dios domesticado, que al final conlleva una decadencia moral.

Necesitamos algo tangible, visible, para creer. Sin imágenes, el pueblo se siente falto de algo que represente a Dios. El pueblo no tiene paciencia, no sabe esperar en la incertidumbre y enseguida se busca una protección, aunque sea fraudulenta y hechura de sus manos. Frase de la película “La duda”: saber vivir la incertidumbre une tanto como las seguridades. Precisamente por eso tenemos una suerte inmensa con Jesús, aunque nos desconcierte (y menos mal que nos desconcierta: que Dios sea Dios). Queremos escapar de una lectura fundamentalista en la interpretación de la ley. El misterio es el misterio. Lo que sabemos de Dios es la imagen que Jesús nos ha dado. Hemos aplicado a Dios toda omnipotencia.

Podemos buscar la presencia visible de Jesús en el sagrario, en los sacramentos, en la comunidad, en el pobre… Y al mismo tiempo nosotros con nuestro comportamiento poco auténtico podemos dar pie a ciertas personas para no creer porque lo que ven (o sea, nosotros) no es coherente con lo que decimos.

Montaña como teofanía, presencia de Dios.

¿Jesús vino para reparar el pecado (como si fuera el “plan B” de Dios) o para plenificar la vida en un proyecto establecido desde siempre? Discusión medieval que nosotros no vamos a resolver… pero nos atrae más la segunda posibilidad.

Estando con los pobres más nos enriquecemos, más humanos nos volvemos, más aprendemos de Dios.

Aarón falla en su responsabilidad, como nosotros (en su descargo hay que decir que la Biblia ofrece otra versión de los hechos, omitida para no alargar el texto, en que Aarón tiene menso responsabilidad en lo sucedido). Hemos visto prodigios y a la vez nos mostramos débiles y fallamos. Por ejemplo a los misioneros, como crítica constructiva, a veces nos dicen que hablamos de lo que hemos hecho en misión con mucho ego, poniéndonos como los protagonistas únicos.

Necesidad de la oración protesta, de expresar nuestra frustración a Dios. Cuántos salmos son gritos de desasosiego a Dios. Y no sabemos cómo, pero de alguna forma Dios responde. Jesús en la cruz también pide explicaciones y grita a Dios.

Al final el becerro será destruido y bebido por el pueblo, pero esa bebida es un castigo. En la eucaristía “bebemos” a Jesús para una mayor plenitud e identificándonos con su camino.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Oración misionera para Todos los Santos


Tiempo de silencio

Acción de gracias por lo vivido durante la semana

Oración inicial

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

(Tomado del Salmo 23)

Consultemos el evangelio de la liturgia de este día, que nos presenta el Discurso de la
Montaña, síntesis maravillosa de toda la moral cristiana y que es algo sublime, divino,
y en él encontraremos trazado el camino recorrido por los Santos para poder alcanzar la santidad; el camino que también nosotros, con las debidas proporciones, deberíamos andar. (San Guido Mª Conforti, Fundador de los javerianos)

Evangelio del día de Todos los Santos: Mt 5,1-12a:

Viendo la muchedumbre, [Jesús] subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

Comentario misionero

- El vídeo del DOMUND de este año termina con una pregunta: ¿Eres feliz? Aunque no lo dice tan directamente en el vídeo se sobreentiende que el misionero responde “sí” porque afirma que su vida no la cambiaría por nada. El tema de la felicidad es bien complejo. Sí podemos afirmar nuestra felicidad pero siempre con humildad, como un regalo más que como una conquista.

- Podemos suponer que la felicidad se encuentra cuando desaparecen todas nuestras preocupaciones y desvelos. Error, porque Jesús la coloca precisamente ahí. No porque esas preocupaciones sean queridas por Dios, sino porque de forma sorprendente vamos a darnos cuenta en medio de ellas de que solo Dios salva.

- La primera bienaventuranza, la única en presente (la octava repite formulación), marca el camino a todas las demás. Pobre es aquel que ha reconocido el límite de todas las cosas y se da cuenta que su único punto sólido es Dios. Esa pobreza conlleva por tanto una pobreza material.

- Y los misioneros somos privilegiados porque somos testigos y beneficiarios de muchísima santidad cotidiana y anónima por todo el mundo.

Momento de silencio.

Oraciones compartidas.

Oración final.

Líbrame Señor, de la grosería de corazón,
de la envidia, de la ambición y de la hipocresía,
líbrame del rencor y de las intenciones ocultas,
de todo espíritu de cálculo y de competencia,
de todo comportamiento agresivo y defensivo,
ya que la sola manera de existir es la de amar y ser amado.
Tú que eres luz y transparencia,
haz que mi corazón sea como agua pura en la que se refleje el cielo.
Que mi mirada sea un rayo de luz
y que a través de mi mirada se te vea, Señor.

martes, 23 de octubre de 2012

Oración misionera, 28 de octubre



Oración inicial en la semana de oración y animación vocacional misionera

VOCACIÓN (basada en textos de San Guido Mª Conforti, fundador de los javerianos)

Señor Jesús, tú derrochaste con nosotros
la inagotable generosidad del Padre cuando,
a pesar de tu condición divina,
tomaste nuestra condición de esclavos
y, haciéndote uno de tantos,
entregaste tu vida por el anuncio del Reino.
En ti hemos contemplado el amor y la fidelidad de Dios,
Padre tuyo y nuestro.

Tú mereces, Señor, recibir gloria y alabanza
porque nos has conseguido plenitud total de vida:
liberación y reconciliación.
¡No has podido ser más bueno con nosotros!

Por eso todo nuestro ser
celebra las maravillas que sigues realizando
en favor de todos los pueblos
a través del testimonio de tu Iglesia
consagrada por el Espíritu a la misión evangelizadora.

Envíanos, Señor, tu Espíritu de creatividad
para que desarrolle en plenitud
los talentos de los creyentes;
haz que los cristianos conozcan
y sientan dentro de su corazón tu llamada;
suscita, sobre todo entre los jóvenes,
nuevos apóstoles del Evangelio.

Y ya que nos has prometido
estar con nosotros hasta el fin del mundo,
fortalece la entrega de nuestros hermanos y hermanas
que están anunciando tu Buena Noticia
a los que no la conocen.

Haz que no se interrumpa nunca
el ritmo de su caminar hacia el Emaús de los pobres
para llenarles el corazón de esperanza
al compartir la mesa de la Palabra,
del Pan de Vida y del pan de cada día. Amén.

Evangelio del domingo (MARCOS 10, 46 52)

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos le regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Animo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Comentario misionero

- La ceguera es un tema clásico de la espiritualidad cristiana, y también de la misión. Demasiadas veces no somos capaces de ver más allá de nuestras fronteras, cerramos nuestros horizontes y nuestros grupos. Ojos que no ven… Hay demasiada religiosidad que busca acallar conciencias. Y sin embargo nuestro Dios se manifiesta en la historia, en la realidad, y tiene su lugar preferente entre los pobres y marginados.

- La misión incluye integrar y levantar a los que han quedado al margen del camino, sin volverlos dependientes sino plenamente dueños de sus vidas. Que se suban al carro, no del “progreso” occidental, sino de la vida plena desde su ser.

- Año de la fe, y un ciego logra ver por su fe. Para ello, antes grita (los derechos humanos empiezan por un grito), responde a una llamada y se levanta dejando todo atrás. En esta semana, última del mes misionero, seguimos rezando por las vocaciones misioneras

Silencio meditativo y oraciones compartidas

Oración final
MIS OJOS, MIS POBRES OJOS

Mis ojos, mis pobres ojos
que acaban de despertar
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.

Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes tú.

Que, cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor,
ni se me nuble la paz.

Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará.

miércoles, 10 de octubre de 2012

ORACIÓN MISIONERA para el domingo 14/10/2012


Oración de inicio


Dios de nuestros padres, santo y misericordioso,
que con tu palabra hiciste todas las cosas, y,
ayudado por el Espíritu de la Sabiduría,
modelaste todo cuanto existe,
dame tu Sabiduría, que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos.
Mándala desde tu seno,
para que me asista en mis anhelos y búsquedas,
en mis interrogantes y en mis respuestas,
porque soy demasiado pequeño/a para discernir la verdadera riqueza de la vida
y el camino de la felicidad …
Ella lo conoce todo, y me guiará prudentemente en mis pasos,
y me mostrará, en tu palabra,
la senda de tu voluntad.
(Sab.9, 1-6...)

 
Evangelio de san Marcos (10,17-30)

Iba a ponerse en camino cuando se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? Jesús le contestó ¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre. Él replicó: Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven. Jesús le miró fijamente con cariño y le dijo: Una cosa te falta: vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Ante estas palabras, él frunció el ceño y se fue todo triste, porque poseía muchos bienes. Mirando alrededor, Jesús dijo a sus discípulos: ¡Qué difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se quedaron asombrados ante estas palabras. Pero Jesús insistió: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios. Ellos se asombraron todavía más y decían entre sí: Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús les miró y les dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible. Pedro se puso a decirle: Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús respondió: Les aseguro, nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por la buena noticia, quedará sin recibir ahora, en el tiempo presente, cien veces más -casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras-, junto con persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna.


Algunas pistas de reflexión
Mammón es el dios de nuestra sociedad.  ‘El producto’ es el único valor suyo; y el valor de los valores es el producto de los productos, el dinero.  Por lo tanto nuestra sociedad no es una sociedad atea, como se suele decir.  Se trata más bien de una sociedad idólatra, que adora el haber.  Y como solemos identificarnos con el objeto de nuestra propia adoración, el hombre ya solo “es” lo que “tiene” …

Mammón, es un dios que tiene la necesidad esencial de destruir lo que produce, mejor dicho, quien lo produce …, necesita de la vida de sus adoradores.

… Pero el evangelio es el anuncio de la gracia de Dios, de su intervención para salvar el hombre: lo que es “imposible a los hombres … es posible para Dios”.  Y nos es posible también a nosotros, porque Dios se ha acercado del hombre y se ha hecho nuestro prójimo.  (cf. S. Fausti)

 ¿Qué nos falta a nosotros - esto es - que nos sobra para seguir a Jesucristo?  ¿Cuál es nuestra posición económica?
¿Para quién vale la exigencia de Jesús, solo para algunos o para todos?

¿Está la Iglesia con los pobres?  ¿Cuál es su posición objetiva, al margen de las mejores intenciones y de las hermosas palabras?  ¿En qué cosas y casos debe cambiarla?  (Elías A. Martín)

Oración conclusiva
Señor Jesús,
ayúdame
a permitir a la luz
de tu mirada
tierna
penetrar
mis entrañas
para que
me sienta
atraído hacia ti
y pueda descubrir
un nuevo deseo
de seguirte.

(Armand et Marie-Philippe, ‘Prier’ nº 345)

lunes, 24 de septiembre de 2012

Lectura misionera de la Biblia. Moisés (2)

MISIÓN DE MOISÉS

TEXTO BÍBLICO (Éxodo 2,11-4,20)

Siendo ya un hombre, Moisés salió en cierta ocasión a visitar a sus hermanos, y observó los penosos trabajos a que estaban sometidos. También vio que un egipcio maltrataba a un hebreo, a uno de sus hermanos. 12 Entonces dirigió una mirada a su alrededor, y como no divisó a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. 13 Al día siguiente regresó y encontró a dos hebreos que se estaban peleando. “¿Por qué golpeas a tu compañero?”, preguntó al agresor. 14 Pero este le respondió: “¿Quién te ha constituido jefe o árbitro nuestro? ¿Acaso piensas matarme como mataste al egipcio?”. Moisés sintió temor y pensó: “Por lo visto, el asunto ha trascendido”.
15 En efecto, el Faraón se enteró de lo sucedido, y buscó a Moisés para matarlo. Pero este huyó del Faraón, y llegó al país de Madián. Allí se sentó junto a un pozo.
16 El sacerdote de Madián tenía siete hijas. Ellas fueron a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber al rebaño de su padre. 17 De pronto llegaron unos pastores y las echaron. Moisés, poniéndose de pie, salió en defensa de ellas y dio de beber a sus ovejas. 18Cuando llegaron al lugar donde estaba Reuel, su padre, este les preguntó: “¿Por qué hoy habéis vuelto tan pronto?”. 19 “Un hombre, un egipcio, le explicaron ellas, nos libró de los pastores, nos sacó agua, y hasta dio de beber al rebaño”. 20“¿Dónde está ese hombre?”, preguntó él a sus hijas. “¿Por qué lo dejasteis allí? Invitadlo a comer”. 21Moisés accedió a quedarse en casa de aquel hombre, y este le dio como esposa a su hija Sipora. 22 Ella tuvo un hijo, y Moisés lo llamó Gersón, porque dijo: “Fui un emigrante en tierra extranjera”.
Pasó mucho tiempo y, mientras tanto, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que gemían en la esclavitud, hicieron oír su clamor, y ese clamor llegó hasta Dios, desde el fondo de su esclavitud. 24Dios escuchó sus gemidos y se acordó de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Entonces dirigió su mirada hacia los israelitas y los tuvo en cuenta.
3 1 Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña de Dios, al Horeb. 2 Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza. Al ver que la zarza ardía sin consumirse, 3 Moisés pensó: “Voy a observar este grandioso espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume?”. 4 Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: “¡Moisés, Moisés!”. “Aquí estoy”, respondió él. 5Entonces Dios le dijo: “No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa”. 6 Luego siguió diciendo: “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Moisés se cubrió el rostro porque tuvo miedo de ver a Dios.
El Señor dijo: “Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. 8 Por eso he bajado a librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos. 9 El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto cómo son oprimidos por los egipcios. 10 Ahora ve, yo te envío al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas”.
11 Pero Moisés dijo a Dios: “¿Quién soy yo para presentarme ante el Faraón y hacer salir de Egipto a los israelitas?”. “Yo estaré contigo, le dijo Dios, y esta es la señal de que soy yo el que te envía: después que hagas salir de Egipto al pueblo, daréis culto a Dios en esta montaña”.
13 Moisés dijo a Dios: “Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?”. 14 Dios dijo a Moisés: “Yo soy el que soy”. Luego añadió: “Tú hablarás así a los israelitas: ‘Yo soy’ me envió a vosotros” (…)
Pero Moisés respondió: “¿Y si se niegan a creerme, y en lugar de hacerme caso, me dicen: ‘No es cierto que el Señor se te ha aparecido’?”. 2 Entonces el Señor le preguntó: “¿Qué tienes en la mano?”. “Un bastón”, respondió Moisés. 3 “Arrójalo al suelo”, le ordenó el Señor. Y cuando lo arrojó al suelo, el bastón se convirtió en una serpiente. Moisés retrocedió atemorizado, 4 pero el Señor le volvió a decir: “Extiende tu mano y agárrala por la cola”. Así lo hizo, y cuando la tuvo en su mano, se transformó nuevamente en un bastón. 5 “Así deberás proceder, añadió el Señor, para que crean que el Señor, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, se te ha aparecido”.
6 Después el Señor siguió diciéndole: “Mete tu mano en el pecho”. Él puso su mano en el pecho; y al sacarla, estaba cubierta de lepra, blanca como la nieve. 7 En seguida el Señor le ordenó: “Vuelve a poner tu mano en el pecho”. Así lo hizo Moisés; y cuando la retiró, ya había recuperado nuevamente su color natural. 8 Entonces el Señor le dijo: “Si se niegan a creerte y no se convencen ante la evidencia del primer prodigio, el segundo los convencerá. 9 Y si a pesar de estos dos prodigios permanecen incrédulos y no te escuchan, saca del Nilo un poco de agua y derrámala en la tierra; y al caer en la tierra, el agua que saques del Nilo se convertirá en sangre”.
Moisés dijo al Señor: “Perdóname, Señor, pero yo nunca he sido una persona elocuente: ni antes, ni a partir del momento en que tú me hablaste. Yo soy torpe para hablar y me expreso con dificultad”. 11 El Señor le respondió: “¿Quién dio al hombre una boca? ¿Y quién hace al hombre mudo o sordo, capaz de ver o ciego? ¿No soy yo, el Señor? 12 Ahora ve: yo te asistiré siempre que hables y te indicaré lo que debes decir”. 13 Pero Moisés insistió: “Perdóname, Señor, encomienda a otro esta misión”. 14 El Señor se enojó con Moisés y exclamó: “¿Acaso no tienes a tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él tiene facilidad de palabra. Ahora justamente viene a tu encuentro, y al verte se llenará de alegría. 15 Tú le hablarás y harás que sea tu portavoz. Yo os asistiré siempre que habléis, y os indicaré lo que debéis hacer. 16 Él hablará al pueblo en tu nombre; será tu portavoz y tú serás un dios para él. 17 Lleva también en tu mano este bastón, porque con él realizarás los prodigios”.
18 Luego Moisés se alejó de allí y al regresar a la casa de Jetró, su suegro, le dijo: “Permíteme volver a Egipto, donde están mis hermanos. Quiero ver si viven todavía”. Jetró le respondió: “Puedes ir en paz”.
El Señor dijo a Moisés en Madián: “Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte”. 20 Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los hizo montar en un asno, y emprendió el camino de regreso a Egipto. En su mano llevaba el bastón de Dios.

COMENTARIO BÍBLICO

A pesar de su privilegiada situación en la corte, Moisés no olvidaba su condición racial y se dispuso a tomar venganza del opresor de su pueblo. La actitud de su compatriota hebreo demuestra hasta qué punto había llegado el desaliento de los israelitas por culpa de la opresión.

No sabemos con certeza la localización de los madianitas, aunque en general se les sitúa en la península del Sinaí. Se trata de un pueblo semita, de beduinos. También entre ellos Moisés defiende la causa de los oprimidos ahuyentando a los pastores que abusaban de las hijas de Reuel.

El protector y suegro de Moisés recibe en este texto dos nombres: Reuel y Jetró. Puede que Reuel sea el nombre de su clan y Jetró su nombre real.

Aunque Moisés pasó mucho tiempo con los madianitas, el nombre que da a su hijo significa “extraño aquí”, lo que demuestra que no se sentía como uno más entre ellos.

El monarca egipcio cuya muerte se anuncia en el texto sería Seti I, en el año 1290 a.C. Como es típico entre los pueblos del Próximo Oriente, las naciones sometidas aprovechan la ocasión de la muerte del monarca impopular como signo de rebelión. Según esto, podemos estar seguros de que los hebreos esclavizados habían llegado a un punto en que bastaba que alguien tomase la dirección para liberarlos de su yugo. Además, el nuevo faraón no tardaría en revelarse como un constructor mucho más enérgico que su predecesor.

Horeb es el nombre que se da aquí al monte Sinaí.

El ángel del Señor puede ser Dios mismo o un ángel suyo.

El origen de la Biblia se sitúa en esta tradición oral de la manifestación de Dios a Moisés. Como un teólogo ha dicho, “de Dios se supo a raíz de un conflicto laboral”, y en ese conflicto Dios se sitúa al lado de los oprimidos.

Dios dice a Moisés “yo estaré contigo”, fórmula que aparece aquí por primera vez y se repetirá en la llamada a jueces, a profetas e incluso en la misión de los apóstoles.

En respuesta a la pregunta de Moisés por su nombre, Dios responde esa fórmula enigmática, “yo soy el que soy”, que es el origen del título divino Yahvé. Se puede interpretar como “el que hace ser” o como una negativa a revelar su nombre, ya que entre los antiguos semitas se suponía que quien conocía un nombre tenía poder sobre el ser que lo llevaba, con lo cual Dios no da su nombre a la persona y reafirma su diferencia trascendente. Por reverencia al nombre Yahvé se empezó a usar el de Adonay (“Señor mío”). En griego Yahvé se tradujo como Kyrios y en latín como Dominus. La forma “Jehová” resulta de una lectura errónea y no es justificable su uso.

El Dios que se revela a Moisés es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, insistencia esta que manifiesta que no se trata de un nuevo Dios.

Dios expone a Moisés su misión: sacar a los israelitas de Egipto, sabiendo que el faraón se opondrá y que Dios hará prodigios en su favor.

Moisés duda por la recepción que le dispensará su pueblo, a lo que Dios responde con unos signos físicos como garantía de la protección divina, y también duda de su idoneidad para liderar al pueblo (torpeza al hablar). Dios le asigna como portavoz (literalmente, “su boca”) a su hermano Aarón, que se limitará a comunicar el mensaje que le dé Moisés o Dios mismo. Al final Moisés ruega a Dios que se busque a otro, pero su ruego no será escuchado.

Con la bendición de su suegro Jetró, Moisés retorna a Egipto con su mujer y sus hijos.

COMENTARIO MISIONERO

Texto misionero de principio a fin: Moisés sale de su situación privilegiada y ve la realidad, que es de opresión para su pueblo. Y en esa opresión encuentra a Dios, porque Dios está con los necesitados, con los oprimidos. En la Iglesia participan no los buenos, sino los necesitados.

El primer camino de Moisés es el de la violencia que no conduce a nada. Y huye. Pero se trata de cambiar las cosas desde dentro: huyendo no se va a ninguna parte. A veces tomamos caminos equivocados, como Moisés al inicio. También gritamos. Dios escucha y reacciona. Y Dios le quiere por otros caminos y métodos. Moisés pasa de la violencia al liderazgo, con una motivación extra: la fuerza de Dios que ha elegido ese pueblo. Se trata de cambiar las cosas desde dentro: huyendo no se va a ninguna parte. Eso sí, ser profeta en la propia tierra es difícil. Es más fácil irse fuera que ser significativo en el propio ambiente.

Moisés es alguien bien preparado (como lo será San Pablo), con una formación sólida y con conciencia de la justicia (se ve cuando defiende al hebreo y a las hijas de Jetró). Son personas que son puente entre culturas y a la vez no pierden su identidad: en el caso de Moisés, a pesar de la educación egipcia y de vivir entre madianitas no olvida que es hebreo. Lo que además conoce bien son sus límites, y por eso le surgen dudas. Además, sabe que encontrará dificultades tanto dentro como fuera de su pueblo. Tiene miedo y pide pruebas. A Moisés le cuesta decidirse y aceptar la voluntad de Dios. El largo diálogo con Dios va a ser clarificador, pero en última instancia Moisés está obligado a decidir sin terminar de ver claro.

Moisés hace el balance entre sus límites y la fuerza de Dios, y en su debilidad Dios va a manifestar su fuerza. “Cuando soy débil, entonces soy fuerte.”

Ni los egipcios (opresión), ni los hebreos (peleas entre ellos), ni los madianitas (los pastores utilizan la fuerza contra las hijas de Jetró) son el mundo justo ideal. Lo que construimos los humanos no es justo. Ha pasado y seguirá pasando. El llamado “Primer Mundo” se ha forjado así, pisoteando a otros. Hay otros países que están en crisis desde siempre. Precisamente por eso hay que moverse. De hecho el Éxodo es un libro de esperanza: donde parece no haber caminos surgirán, y esos caminos conducen a la liberación.

Los conflictos laborales están a la orden del día. Al final el gran conflicto es entre los que tienen el poder y el pueblo. Dios se manifiesta ahí liberando a los oprimidos de su esclavitud y a los opresores de la opresión que ejercen. Conflicto laboral actual por la crisis: los grandes medios nos han convencido de la necesidad de ajustes, y nos los tragamos. Los mismos obreros renuncian a derechos laborales que ha costado años conseguir, invocando la “solidaridad”.

Necesidad de un cambio de paradigma global: no se trata de dar la vuelta a la tortilla, sino de un cambio de mentalidad.
Moisés hará todo el camino por el desierto hasta ver la Tierra Prometida, pero no entrará en ella. Parece una injusticia, pero en ese tiempo Moisés va a descubrir que su tierra prometida es Dios.

¿Y yo? Todo esto parecen historias para otros, pero cada uno de nosotros tiene Dios una misión. Eso sí, nos montamos excusas cuando nos sabemos llamados.

¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? Pero hay otra pregunta aún mejor: ¿Qué hijos vamos a dejar a nuestro mundo? Vemos a los jóvenes de hoy, que son el futuro, y no nos dan mucho entusiasmo. Y sin embargo, no vemos la situación sin salida: hay esperanza en que algo nuevo surgirá. La crisis se vuelve oportunidad.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Hay vida en África

EXPERIENCIA MISIONERA DE VERANO DE MENCHU EN BONGOR (CHAD)


Menchu durante su estancia en Chad
Mi experiencia no comienza el 28 de julio de 2012, sino un año antes, cuando sabia que podía existir la posibilidad, de viajar a África, de la mano de los Javerianos, con quienes ya me había iniciado en el curso, para prepararme para tener una experiencia misionera, gracias a ellos, a la ayuda de amigos y familiares, he podido llevar a cabo mi sueño, desde que era bien pequeña, y se ha visto recompensado con creces, mi fe y mis dedeos se han visto reforzados, y no descarto la posibilidad de volver a Chad, y retomar todo lo allí vivido y experimentado. Me ayudo de mi diario, para poder relatar mi experiencia, pues no quiero pasar nada por alto, a pesar de que hay cosas que no se pueden escribir, para poder expresar realmente todo lo que llegue a sentir, sino que hay que estar allí, con la gente, en el día a día, en el momento preciso en que se dan las cosas, como cuando los niños te ven y salen corriendo a saludarte, cargados de sonrisas y mucha alegría, y tu estas que no cabes de gozo y no sabes como reaccionar, tan solo te dejas llevar.

El río Logone a su paso por Bongor
 Han sido tantas las personas que he conocido, tantas las cosas que he vivido, sentido, visto por primera vez, tantas historias, que han hecho que esta experiencia haya sido única, increíble e irrepetible, ha sido el comienzo de mi gran historia, de un sueño, cumplido y satisfecho y un reafirmamiento de mi futuro, tal vez exagere pero es tal y como y lo siento .Ojeando mi diario, hay una frase que se repite todos los días, no me había percatado de ello, hasta que volvía a leerlo, siempre empiezo diciendo “HOY HA SIDO UN DIA MUY COMPLETO”, y realmente era así, cada día era diferente, y lleno de cosas nuevas, a pesar de darse sucesos cotidianos, pero la gente, hacia que cada día fuera especial, me sorprendió gratamente, la capacidad de adaptación que tuve desde el primer momento que llegue, era como si perteneciera a esta tierra como si hubiera estado toda mi vida viviendo allí, como si ese fuera mi lugar, estaba ensimismada con todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor, recibía estímulos de todas partes, todo era nuevo para mi, pero al mismo tiempo , muy cercano, en mi mente no había cabida, para mi tierra, ni mi gente, vivía por y para donde me encontraba en ese momento. Muchas fueron las personas que conocimos, que nos dedicaron su tiempo, que nos visitaron, que nos escucharon, nos acogieron y lo mas importante, nos hicieron sentirnos uno mas entre ellos. Recuerdo que al llegar a España, le gente me comentaba, vaya que mal lo habrás pasado, viendo tanta pobreza, y yo me quedaba inmóvil, intentado responder, buscando en mi cabeza, POBREZA, de que hablan, no asimilaba el concepto, con lo que yo he vivido allí, y no quiere decir que no la haya ni que la vida sea fácil, sino al contrario es muy difícil salir adelante y para la mujer es mas complicado, se requiere de mucho esfuerzo y sacrificio para lograrlo.
Pero ¿que es realmente la pobreza?, yo vi. personas, intentado, sobrevivir, buscando su sustento, trabajando su tierra, vi personas, dedicadas a otras, para lograr un bienestar y crecimiento personal, para hacerles personas libres y valedoras con sus propios medios, haciéndoles ver sus capacidades y fortalezas para salir adelante fomentando el desarrollo por y para ellos, cuando vives en un determinado lugar, te acostumbras a ese modo de vivir, y cuando dejas aparcado las cosas vanas y la riqueza material, y aprendes a vivir en comunidad, a confiar en las personas de tu alrededor, a creer en la familia, es cuando realmente consigues la “riqueza”, y esa nunca se agota, perdura para siempre, y los problemas se ven de otra manera, porque siempre tienes a alguien a tu lado, que te brinda su mano para ayudarte a levantarte .Allí, las gentes no se encierran en sus casas, la vida esta en las calles, en los mercados, que son una verdadera, mezcla de colores, de olores, de risas, de prisas, de niños, la vida esta allí, donde hay VIDA, donde riñes, o ríes con los demás, donde te das cuenta de las maldades, pero también de la bondad, del verdadero amor, de la entrega de las personas, de cómo unas abusan y se aprovechan de ciertas situaciones, y como otras aportan su generosidad y sabiduría, situaciones que se dan en todos los lugares del mundo, solo que en algunos es mas visible. En general mi experiencia ha sido muy positiva y enriquecedora, fui sin pretensiones, dejando mi egoísmo de lado y dejándome hacer, dejando que DIOS me tocara y guiara, como me sirvieron todos los consejos que mis amigos en España me dieron, la confianza que mi familia deposito en mi, y la estimable compresión y buen hacer de las personas con las que conviví, conocí, abrace , reí, llore, respete, y sentí durante mi estancia en Bongor, nunca en mi vida había estado tan viva, tan pletorica y llena de deseos de querer hacer, o mejor dicho dejarme hacer, de abandonarme, a otra forma de vida, y sentirme útil, se que no es necesario viajar, para sentirte útil y ayudar al prójimo, pero algo dentro de mi ardía, y me hacia desear viajar a África, porque creía que allí, iba a encontrar el verdadero sentido de la vida, y evidentemente así fue, lo sorprendente es que encontré mas de lo que esperaba, mas de lo que podría imaginar, descubrí, que no hay que estar físicamente en África, para sentirte una parte de allí, que puedes hacer tu “África” particular allí donde estés, porque los lugares no lo hacen la tierra donde estas, sino las personas con las que vives, con las que compartes, sufres, acompañas, y te hacen sentirte especiales, pero como humana que soy, voy a ser egoísta, y que DIOS me perdone, pero yo quiero VOLVER A AFRICA, quiero sentirme parte de allí, no solo una mera espectadora, quiero, trabajar un proyecto, dedicarle el tiempo que sea necesario, quiero, empaparme, de todas esas cosas, que allí sentí, quiero devolver todo aquello que se me dio , gratuitamente, que para mi fue mas de lo que podía llegar a imaginar, y cada vez que me pregunte,¿ que tal África, Menchu, como es?, yo diré, África, es Minda, África, es Natasha, África es Judith, África es Silvie, África es Salomón, Gregori, y el nombre de cada uno de ellos, de cuantos allí conocí, y me brindaron su hospitalidad y generosidad.

Cosas que allí, viví, pues os cuento, el momento culminante, fue la ultima semana, cuando tuvimos, la convivencia con los jóvenes, de los alrededores, allí, fue cuando, el corazón y la cabeza se me desbordaba, cuando realmente sentí, que estaba viva, y daba gracias a dios, por haberme permitido hacer este viaje, cuando realmente te confundes con la gente, y ya eres uno de ellos, cuando comes con ellos, y como ellos, sin costarte nada, cuando, la lengua no es un problema, y te esfuerzas, y se esfuerzan para que el entendimiento se haga posible, cuando descubres, las ganas que tienen de vivir, cuando el esfuerzo echo anteriormente, empieza a dar sus frutos, cuando las horas y los minutos no existen, tan solo momentos llenos de risas, de alegrías, de cantos, de juegos, de escucha de valoraciones, fueron cuatro días muy intensos, en los que realmente me sentí parte de ellos, es cuando descubres que el verdadero lenguaje, es el mensaje de JESUS, ama a tu prójimo como a ti mismo,.
Otra de las cosas que hice fue estar con niños, jugar, y cantar canciones, Cheleste, era una de ellas, que siempre que me veía corría a abrazarme gritando ¡¡NAZARA, NAZARA!!( a si es como llaman aquí a los blancos, por Jesús de Nazaret) y yo la tomaba en brazos, y giraba y giraba con ella, tocaba sus deditos, y ella hacia lo mismo conmigo, me tocaba el pelo, frotaba y frotaba mis, pecas para quitarlas, que risa me daba, y entonces ella volvía a reír, se lanzaba a mi cuello, y de nuevo me abrazaba, los monaguillos, que ensayaban todos los sábados también tuvieron un detalle con nosotros, eran muy comprometidos, y estaban muy atentos a las palabras de los mayores.
También visitamos, el CEDIAN. Donde trabajan, con mujeres y hombres con el sida, y sobre todo con los huérfanos del sida, allí fui donde conocí a Marta, que es laica del grupo de javerianos, y hacen una labor encomiable, trabajando y formando a la propia gente del lugar, implicándose, en las campañas de sensibilización, haciendo seguimientos, de los niños, luchando, por pedir ayudas y medicamentos que ha veces no llegan, también hay otros voluntarios, muy implicados, gente dispuesta a dejar sus comodidades, por aportar lo que sabe, o lo que puede hacer.
También viajamos y conocimos, a otros misioneros Javerianos, en sus respectivas misiones, en las cuales nos recibieron, con una calidez increíble, una de las cosas que descubrí, y puedo casia afirmar, es que la mayoría de las personas desconocen lo que realmente hacen los misioneros, no solo es ir a predicar el Evangelio, que es fundamental, sino que también tienen un proyecto de futuro, de formación, creando, escuelas, bibliotecas, mejoras sanitarias, que viven por y para la gente, que hacen de sus problemas los suyos propios, respetando su cultura, aprendiendo sus lenguas y lo mas increíble, es que están felices, quieren seguir y regresar a Africa,.
En fin fue un mes increíble, repleto de momentos, de situaciones, agradables, y también de bajones, pero estos fueron menos, la despedida fue muy emotiva, me prometí no llorar pero fue inevitable, recuerdo, que me decía a mi misma, vaya es la ultima formación a la que asisto, el ultimo ensayo de la coral a la que vengo, la ultima misa que asisto, la ultima comida, la ultima cena……y justo en el momento de partir una vez ya montada en el coche, y contemplar a todos a aquellos que vinieron a despedirnos, fue cuando estalle, fue cuando ya no pude reprimir mis sentimientos y llore con un desconsuelo que hacia tiempo tenia olvidado, sentí un vacío enorme, y entonces realmente comprendí, lo que aquellas personas habían significado para mi. Si algo he aprendido, es que cuando vives en comunidad, cuando compartes, lo poco que tienes, cuando la colectividad triunfa sobre el individualismo, cuando tienes los ojos bien abiertos, y te dejas tocar y transformar, es cuando realmente sientes la fuerza y la grandeza de DIOS, y cuando descubres que la magia existe, sin necesidad de trucos, que un día gris lo puedes convertir en un dia azul. Y eso es lo que yo he visto en esta comunidad.