martes, 6 de noviembre de 2012

Oración misionera, 11 de noviembre


Oración inicial.

Cada noche, Señor,
nos acercamos con sonrojo
a las puertas del perdón caliente de tu casa.
Siempre tienes las luces encendidas,
la mesa prevenida y Tú esperando.
Penoso balance es sentir
el vacío en las manos
y el frío árido en el alma.
Pero cada noche, Señor, acudes a tu puerta
y nos llamas, con los brazos abiertos,
desde la oscuridad de cada rebeldía,
desde el camino tortuoso
de nuestros egoísmos,
desde la soledad
de nuestro corazón desierto. (…)
Cada anochecer, Señor, vistes de júbilo
nuestro corazón reconciliado;
y tu voz presurosa
nos convoca a fiesta y alegría,
a la tarea de amar, borrado ya el pasado. (…)

Evangelio del domingo ((Mc.12,38-44)

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los
escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en
la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en
los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos.
Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.» Estando Jesús sentado enfrente del
arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos
echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a
sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de
las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra,
pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

Comentario misionero.

- Jesús educa nuestra mirada: tras los amplios ropajes descubre toda la corrupción de unas personas que precisamente por conocer la Biblia y a través de ella a Dios tendrían que estar prioritariamente dedicadas a los más necesitados, y sin embargo se aprovechan de su situación de dependencia; ignora las grandes cantidades de dinero de los ricos y se fija en la que da menos, pero con mayor actitud de desprendimiento.

- Los misioneros javerianos vivimos de la Providencia, expresada a través de tantas y tantas personas que colaboran en la misión con sus bienes. A veces recibimos mensajes de personas pasando necesidad, en el paro… que comparten con nosotros lo poco que tienen. Esas personas nos evangelizan ¡Gracias!

- Los informes de Caritas lo demuestran: salvo alguna excepción (muy comentada en los medios por cierto) quienes han aumentado su colaboración con Caritas han sido las clases menos favorecidas ¿Por qué nos deslumbramos ante lo espectacular y perdemos de vista los signos sencillos de Dios en lo cotidiano?

Tiempo de silencio

Oraciones compartidas

Oración final

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

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