martes, 27 de noviembre de 2012

Oración misionera, 2 de diciembre

El mapa "al revés" no es un error. Ojalá el adviento nos ayude a ver el mundo con ojos nuevos por la presencia del que de verdad sí importa.

- Oración inicial

“Señor Jesús, abre mis ojos
y mis oídos a tu palabra.
Que lea y escuche yo tu voz
y medite tus enseñanzas,
despierta mi alma y mi inteligencia
para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo saborearla y comprenderla.
Dame una gran fe en ti
para que tus palabras sean para mí
otras tantas luces que me guíen hacia ti
por el camino de la justicia y de la verdad.
Habla, Señor, que yo te escucho
y deseo poner en práctica tu doctrina,
porque tus palabras son para mí
vida, gozo, paz y felicidad.
Háblame, Señor, tú eres mi Señor y mi maestro
y no escucharé a nadie sino a ti.
Amén.”

- Acción de gracias personal

- Proclamación – Escucha del Evangelio: Lucas 21, 25–28. 34–36

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

- Comentario misionero.

Nos quejamos enormemente del mundo en el que estamos y del tiempo que nos toca vivir porque vemos mucha injusticia, y a los misioneros nos toca estar allí donde se viven las fracturas de nuestro mundo. Precisamente la Palabra de Dios viene a sacudir ese mundo asentado sobre cimientos poco sólidos.

Algo nuevo viene ¿Esperamos de verdad algo nuevo? ¿Colaboramos a su venida? ¿O preferimos nuestra comodidad, a pesar de que lo que vemos no nos gusta?

Quien viene no lo hace tanto para llenar una carencia nuestra, sino por una sobreabundancia de vida: "He venido para que tengan vida, y vida en abundancia".

- Silencio meditativo

- Peticiones y reflexiones compartidas

- Oración final

Señor: Tú llegas a nuestro
mundo y nos invitas
a abrir la puerta
de nuestro corazón
a todos los hombres.

Tú ya nos dijiste
que eres Tú quien viene
cuando alguien llama
a nuestra puerta.

Tu palabra es ésta:
“He aquí que estoy a la
puerta y llamo.

Si alguno oye mi voz
y abre la puerta,
Yo entraré y cenaré con
él y él conmigo”.

Señor: que sepamos
escuchar tu voz,
esa voz que nos llega
por nuestros hermanos.

Que abramos la puerta
para acogerte a Ti,
y en Ti a todos los hombres. AMÉN.

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