miércoles, 5 de diciembre de 2012

Oración misionera, 9 de diciembre

Oración inicial

Santa María, pobre y humilde,
enséñanos a vaciarnos de nosotros mismos,
a estar cerca de los pobres,
ellos tus hijos más queridos.

Santa María, fiel y obediente,
escuchaste la Palabra y la guardaste,
dijiste sí a Dios incondicionalmente;
ayúdanos a crecer y confiar.

Santa María, ejemplo de caridad,
te pusiste al servicio de todos,
viviste para los demás,
enséñanos a servir, enséñanos a amar.

Santa María, Madre de misericordia,
cambia nuestro corazón duro,
que nuestro corazón se parezca al tuyo.

María, mujer de silencio y escucha,
modelo de contemplación,
enséñanos a orar, a meditar,
a guardar la Palabra hasta que dé fruto.

María, mujer de esperanza, Virgen de Adviento,
que adelantaste, con tu respuesta,
la llegada del Mesías,
que sepamos tener nuestras lámparas encendidas.

Acción de gracias por la semana transcurrida

Evangelio del domingo
LUCAS 3, 1 6
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios».

Comentario misionero

- Muchos nombres de poderosos (7, de los cuales 4 participarán directamente en la muerte de Jesús), pero la Palabra de Dios esquiva su poder: se les cuela una voz, Juan Bautista, y una palabra, Jesús.

- El desierto, lugar del camino recorrido durante el Éxodo, lugar de purificación y de mayor conocimiento de Dios.

- El pueblo, empobrecido por tener que pagar impuestos para mantener a tantos poderosos (¡qué actual resulta esto!) esperaba una palabra de vida y esperanza. Los caminos a preparar no son los de los poderosos (quienes generan y alimentan desigualdades) sino los del Señor.

Silencio meditativo

Oraciones compartidas

Oración final (en memoria de San Francisco Javier)

Señor Dios nuestro:
tú has querido que numerosas naciones
llegaran al conocimiento de tu nombre
por la predicación de San Francisco Javier;
infúndenos su celo generoso por la propagación de la fe
y haz que tu Iglesia encuentre su gozo
en evangelizar a todos los pueblos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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