martes, 23 de octubre de 2012

Oración misionera, 28 de octubre



Oración inicial en la semana de oración y animación vocacional misionera

VOCACIÓN (basada en textos de San Guido Mª Conforti, fundador de los javerianos)

Señor Jesús, tú derrochaste con nosotros
la inagotable generosidad del Padre cuando,
a pesar de tu condición divina,
tomaste nuestra condición de esclavos
y, haciéndote uno de tantos,
entregaste tu vida por el anuncio del Reino.
En ti hemos contemplado el amor y la fidelidad de Dios,
Padre tuyo y nuestro.

Tú mereces, Señor, recibir gloria y alabanza
porque nos has conseguido plenitud total de vida:
liberación y reconciliación.
¡No has podido ser más bueno con nosotros!

Por eso todo nuestro ser
celebra las maravillas que sigues realizando
en favor de todos los pueblos
a través del testimonio de tu Iglesia
consagrada por el Espíritu a la misión evangelizadora.

Envíanos, Señor, tu Espíritu de creatividad
para que desarrolle en plenitud
los talentos de los creyentes;
haz que los cristianos conozcan
y sientan dentro de su corazón tu llamada;
suscita, sobre todo entre los jóvenes,
nuevos apóstoles del Evangelio.

Y ya que nos has prometido
estar con nosotros hasta el fin del mundo,
fortalece la entrega de nuestros hermanos y hermanas
que están anunciando tu Buena Noticia
a los que no la conocen.

Haz que no se interrumpa nunca
el ritmo de su caminar hacia el Emaús de los pobres
para llenarles el corazón de esperanza
al compartir la mesa de la Palabra,
del Pan de Vida y del pan de cada día. Amén.

Evangelio del domingo (MARCOS 10, 46 52)

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos le regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego, diciéndole: «Animo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver». Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado». Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Comentario misionero

- La ceguera es un tema clásico de la espiritualidad cristiana, y también de la misión. Demasiadas veces no somos capaces de ver más allá de nuestras fronteras, cerramos nuestros horizontes y nuestros grupos. Ojos que no ven… Hay demasiada religiosidad que busca acallar conciencias. Y sin embargo nuestro Dios se manifiesta en la historia, en la realidad, y tiene su lugar preferente entre los pobres y marginados.

- La misión incluye integrar y levantar a los que han quedado al margen del camino, sin volverlos dependientes sino plenamente dueños de sus vidas. Que se suban al carro, no del “progreso” occidental, sino de la vida plena desde su ser.

- Año de la fe, y un ciego logra ver por su fe. Para ello, antes grita (los derechos humanos empiezan por un grito), responde a una llamada y se levanta dejando todo atrás. En esta semana, última del mes misionero, seguimos rezando por las vocaciones misioneras

Silencio meditativo y oraciones compartidas

Oración final
MIS OJOS, MIS POBRES OJOS

Mis ojos, mis pobres ojos
que acaban de despertar
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.

Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes tú.

Que, cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor,
ni se me nuble la paz.

Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará.

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