¡Por fin hemos llegado a nuestro esperado campo de trabajo en Ceuta!
Meses de pensar en un qué y un cómo será. Meses de querer poner una imagen a una realidad que a veces hacemos lejana, pero que está tan cercana ... Meses de querer poner un rostro a estos hermanos nuestros que tardan a veces años en llegar hasta aquí; estos hermanos a los que muchas veces con nuestra actitud tanto damos de lado, y que peor aún : sabemos qué estan ahí pero no queremos ver.
Pues bien, ya hemos abierto nuestras maletas y nuestras mochilas y hemos sacado nuestras fuerzas e ilusión, nuestra esperanza y nuestro cariño, sintiéndonos siempre acompañados por Dios, pues detrás de cada historia de estos hermanos nuestros, está Jesús. Y lo vemos en cada uno de estos rostros.
Antes de ayer domingo, José Manuel, el Deán de la catedral, nos habló de la historia de Ceuta : necesario esto para conocer la cultura de la ciudad.
Ayer hemos ido al Centro San Antonio (donde trabajaremos con menores), al CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) y a la casa de la Hermanas Misioneras de la Caridad (Vedrunas) que también trabajan con inmigrantes. Necesitábamos ver sus necesidades y en función de ello planificar nuestro trabajo; trabajo que es de ponernos a disposición de cuanto puedan necesitar, pues por un lado hay reducción de presupuesto y por tanto cuentan con menos personal y por otro, parte de ese personal se encuentra de vacaciones.
Queremos también escuchar a todos nuestros hermanos nuestros, acompañarlos ... Hacer de sus vidas la nuestra, enriquecernos con sus experiencia, su fortaleza, su espíritu luchador.
¿Con qué realidad se habrán encontrado ellos?
Domingo, Evaristo, Gigi, Loles, María, María
Elvira, María José, Mario, Michelle, Miguel
Ángel.
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