domingo, 29 de septiembre de 2013

Mes misionero, 2 de octubre

Santos Ángeles Custodios

Día internacional de la Noviolencia

Aniversario de la canonización de
siete Franciscanas Misioneras de María, mártires en China

Aniversario de la muerte de Claudio Poullart de Places
fundador de los Misioneros Espiritanos

Oración

Dios, Padre de infinita bondad,

te alabamos por haber dado a tu Iglesia

la Congregación del Espíritu Santo,

por medio de Claudio Poullart des Places.


Que el testimonio de una vida santa que él nos ha dejado,

en particular por su amor por los pobres,

sea luz para nuestras vidas, y nos conduzca a vivir

nuestra misión con la audacia del amor

derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo.


Señor, te pedimos su beatificación,

así como la gracia particular que hoy,

por su intercesión, te pedimos.

Por Jesucristo Nuestro Señor.  Amén.

ANDADURA DE CONVERSIÓN DE CLAUDIO POULLART DES PLACES

No quiero nada más que a Dios solo ¡Ánimo, alma mía! Promete a tu Dios que harás penitencia de tus pecados y demuéstrale, con el cuidado que vas a tener que evitar, el horror    que sientes.

Que nada en el mundo pueda alejarme de la virtud. Perdamos respeto humano, complacencia, debilidad, amor propio, vanidad, perdamos todo cuando podamos tener por malo y guardemos solo lo que puede ser bueno. Que digan lo que quieran, que me aprueben, que se burlen, que me traten de visionario, de hipócrita o de hombre de bien, en adelante todo me debe ser indiferente. Busco a Dios. Me ha dado la vida para servirlo fielmente. Pronto iré a darle cuenta del tiempo que me ha tenido aquí para realizar mi salvación.

El mundo no me recompensará por agarrarme a él. Sólo dificultades encontraría si tuviese que buscar en él a un amigo que me amase desinteresadamente. Sólo Dios me ama sinceramente y me quiere bien. Si le disgusto, seré el hombre más miserable del mundo. Tendré todo ganado si vivo en Gracia. Todo está perdido si la pierdo.

Dame, Señor, la perseverancia. Consérvame, Señor, tan santas resoluciones y, si te place, dame la Gracia de la perseverancia final”. 

EVANGELIO DE LA MEMORIA (Mateo 18,1-5.10)

En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es el más grande en el reino de Dios?” Él llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos y dijo: “Os aseguro que si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de Dios. Quien se humille como este niño, es el más grande en el reino de Dios. Y el que acoja a uno de estos niños en atención a mí, a mí me acoge. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños. Pues os digo que sus ángeles en el cielo contemplan continuamente el rostro de mi Padre del cielo.”

TESTIMONIO MISIONERO

De nacionalidad argentina, pintor y escultor de profesión, casado y con tres hijos, católico activo, Adolfo Pérez Esquivel es un militante de la no-violencia. Su actitud le valió la cárcel, y también el Premio Nobel de la paz en 1980. Esta experiencia aquí descrita data de abril de 1977.

“He vivido la cárcel de diversas formas. Lo digo siempre, por mi parte, es importante mantener la serenidad interior suficiente, en la oración, para escuchar “el silencio de Dios”, para escuchar lo que Él quiere decirnos en nuestra vida personal y a través de los signos de los tiempos, para descubrir cómo los vivimos.

Para mí, ciertos hechos han tenido una significación especial. Fui arrestado el primer día de la Semana Santa, el 4 de abril. También era el aniversario de la muerte de Martin Luther King. Ciertamente viví esta Semana Santa de una forma muy especial.

Durante los dos primeros días del “tubo”, permanecí en la oscuridad más completa. El tercer día, cuando los vigilantes abrieron la puerta, entró la luz y pude leer en las paredes innumerables inscripciones, nombres de seres queridos, oraciones, insultos. En lo que estaba escrito en las paredes, en medio de las oraciones, se podía leer: “En el atardecer de tu vida, serás juzgado sobre el amor”; y también: “Virgen Santa, somos inocentes”; o todavía: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”.

Pero que más me impresionó fue una enorme mancha con una inscripción escrita debajo con el dedo mojado con sangre. Leí: “Dios no mata”. Esta inscripción se quedó grabada en mí. Permanecerá toda la vida. Estas cosas que dejan huella... Esto ocurría en medio de las torturas.”

Mes misionero, 1 de octubre

Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones
 
ORACIÓN
 Vivir de amor quiere decir tenerte,

Verbo increado de mi Dios Palabra.

Tú bien sabes, Jesús, que yo te amo

y el Amor de tu Espíritu me inflama.

Sé que, amándote a ti,

me atraigo al Padre

y le guarda mi pobre corazón.

¡Oh Trinidad, los Tres sois prisioneros

de mi amor…! (…)

 

Vivir de amor es darse sin medida,

sin reclamar salario aquí en la tierra.

Yo doy sin llevar cuentas,

¡muy segura de que en el amor

el cálculo no entra…!

Lo he dado todo al Corazón Divino,

pura ternura…;

así, ligera voy sin más carga

que mi única riqueza:

vivir de amor.
 

EVANGELIO DEL DÍA (Lucas 9,51-56)

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: "Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?" Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.
 

DE LOS ESCRITOS DE LA SANTA

Comprendí que solo el Amor hacía actuar a los miembros de la Iglesia; que si el Amor llegaba a apagarse, los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio… Comprendí que el Amor encerraba en sí todas las vocaciones, que el Amor lo era todo, que el Amor abarcaba todos los tiempos y lugares… En una palabra, ¡que el Amor es eterno! Entonces en el colmo de mi alegría delirante, exclamé: Jesús, Amor mío…, al fin he encontrado mi vocación ¡Mi vocación es el Amor…!

Sí, he hallado mi puesto en la Iglesia, y ese puesto, ¡oh, Dios mío!, vos mismo me lo habéis dado...: en el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor...¡¡¡Así lo seré todo... así mi sueño se verá realizado!!!...
¿Por qué hablar de alegría delirante? No es ésta la expresión justa. Es más bien la paz tranquila y serena del navegante al divisar el faro que ha de conducirle al puerto... ¡Oh, faro luminoso del amor! Yo sé cómo llegar hasta ti. He hallado el secreto para apropiarme tu llama...
¡Oh, Amado mío, así es cómo se consumirá mi vida!... No tengo otro modo de probarte mi amor que arrojando flores, es decir, no desperdiciando ningún pequeño sacrificio, ninguna mirada, ninguna palabra, aprovechando las más pequeñas cosas y haciéndolas por amor...”

”Tengo la vocación de apóstol... Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre, y plantar sobre el suelo infiel tu Cruz gloriosa. Pero ¡oh, Amado mío!, una sola misión no me bastaría. Desearía anunciar al mismo tiempo el Evangelio en las cinco partes del mundo, y hasta en las islas más remotas...
Quisiera ser misionero, no solo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y seguir siéndolo hasta la consumación de los siglos...”  

(En los últimos tiempos, mantuvo correspondencia con dos padres misioneros, uno de ellos enviado a Canadá, y el otro a China, y les acompañó constantemente con sus oraciones. Por eso, Pío XII quiso asociarla, en 1927, a san Francisco Javier como patrona de las misiones.)

viernes, 27 de septiembre de 2013

Domund 2013

Ya faltan pocos días al mes de octubre y al domingo del Domund (20/10/2013).
Proponemos un pequeño video con una selección de textos del mensaje  del papa Francisco, realizada por José Luis Bleda, Delegado de Misiones de Murcia..


Un saludo.
Que podamos anunciar el Reino con alegría e ilusión.

Gigi

martes, 24 de septiembre de 2013

Mes misionero preparado por el SCAM

Misioneros y misioneras del SCAM durante la asamblea de septiembre 2013

El Servicio Conjunto de Animación Misionera (SCAM) surgió en 1971 para coordinar las tareas de animación de los institutos exclusivamente misioneros presentes en España, entre los que estamos los misioneros javerianos. A lo largo de los años nos hemos dado cuenta que el SCAM nos ayuda también a crecer en una espiritualidad de comunión que va más allá del simple “distribuir tareas”. Además, el hecho de que en una misma campaña colaboremos misioneros/as de distintos institutos resulta altamente educativo para quienes participamos en esa campaña y también para quienes entran en contacto con nosotros.

El SCAM tiene un blog que encontráis en http://misionesscam.blogspot.com.es/p/presentacion.html

El SCAM ha elaborado un mes misionero de oración y testimonio con el primer objetivo, evidente, de rezar por la misión y los misioneros/as y especialmente que esa oración se vuelva vocacional porque “no hay misión sin misioneros/as”.

Otro objetivo es el de darnos a conocer compartiendo las variadas experiencias misioneras y la rica espiritualidad de nuestros institutos.

Y pro fin, no queremos que el mes misionero, que es todo octubre, se reduzca al día del DOMUND ¡La misión en la Iglesia necesita más presencia!

En este blog iremos colgando la oración y el testimonio para cada uno de los 31 días del mes de octubre 2013.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Reencuentro con la misión de Chad


… y cuando lo suyo se va haciendo nuestro
… cuando una experiencia pasa a ser más de una experiencia
… cuando entiendes que tú también formas parte de todo esto
… cuando descubres que tu corazón se puede ensanchar hasta donde tú quieres

Solo puedes pensar de forma imperativa, ¡Volveré!

Cuando la gente me preguntaba recién llegado y durante todo el año, ¿y volverías a ir?, yo lo tenía muy claro, seguro que sí. Sinceramente no sabía para qué, de qué forma, por cuánto tiempo o cómo, pero lo que sí tenía muy claro es que volvería.
Y el tiempo lo hizo todo, y la providencia me fue abriendo y preparando el camino, y ese Si Bemol que llevaba conmigo durante todo el tiempo llegó a convertirse en un Si Sostenido que me llevó hasta las puertas del tren y de los aviones necesarios para llegar de nuevo junto a ellos. Una vez más en Chad.
Aún recuerdo con cariño aquel día que sin acabar de creérmelo todo estaba preparado para salir, ¡que trabajito me había costado conseguir todo esto! ¡Que intenso se hizo el año junto a ellos estando desde aquí! ¡Qué duro fue luchar para conseguirlo! ¡Cuánto costó llenar esa hucha que tantas privaciones me costaron!
¡Pero bueno, todo sacrificio tiene su recompensa! ¡Y Noniqui (así me llaman) ahí estaba ya, cargado de maletas y guitarras con un destino muy claro!

…y llegué.

 
Un recuentro, así lo defino, ya no era algo nuevo, los miedos y temores de la primera vez pasaron a convertirse en ilusión y ansias por llegar ya. El entorno ya me era familiar, los olores, los sabores, las vistas, el idioma…Increíble el encuentro con ellos, ver que me esperaban y sentir que me querían, ¡y de qué forma…!
Cierto que todo era conocido, pero no es así, porque lo que yo creía haber conocido sólo era una parte de lo que he podido conocer, y es que esta gente ha llegado a ser mi gente, esta cultura  ya forma parte de la mía, lo suyo ha sido mío y lo mío ha sido suyo, porque esta vez a dejado de ser una simple experiencia para convertirse en parte de mi.
Todo se ha dado por sí mismo, son tantas personas, tantos acontecimientos, que ni yo mismo tengo palabras para expresar lo vivido. Se trata de una especie de misterio que me supera, pero que está dentro de mi, y me da fuerzas día a día para anhelar, sonreír, soñar, esperar, y por qué no, luchar.
Aunque a veces no todo está escrito en verso,  ya que no es fácil hacer un amigo y en breve tiempo perderlo porque muere… reír con ellos y también verles llorar, y hasta llorar con ellos… enfermar gravemente y experimentar como ellos que no se encuentra solución, descubrir con dolor la injusticia de ser marcado por el lugar donde se nace. Sentirse impotente ante los problemas de los demás, pero vivirlos junto a ellos mirando de frente y de la mano. Vivir y sentir lo que Jesús sintió.
Descubrir la fragilidad humana y descubrir a la vez que en ella se encuentra nuestra riqueza. Descubrir que uno no es nada sin el otro. Compartir con la gente lo mejor que uno puede tener “la vida”, ¡qué bonito resulta y cuánto sentido tiene todo así, cuando esa vida se desgasta junto a los demás!
Esto es un regalo, un regalo de verdad, que me vean como uno más (de ellos), pues así lo soy,  de poder compartir cualquier cosa sin un prejuicio o impedimento: la comida, el idioma, un baile, un camino, una clase, una charla, el trabajo…
Aprender a querer pero a querer con corazón aceptando tanto virtudes como defectos, aprender a estar, aprender a aprender, a escuchar, a callar, a luchar, a aceptar…
Llego aquí y llego con muchas historias y aventuras que no podría enumerarlas, momentos de risas y alegrías increíbles, también de tristezas. Con un millón de amigos más y con dos familias la de España y la de Chad.
No paro de reír cuando recuerdo aquellas caminatas, varios kilómetros, a casa de mis amigos, ¡vaya charlas que teníamos por el camino!
Increíble el campo de trabajo con jóvenes, qué cansados terminábamos cada día y qué paliza de bailar nos pegábamos por la noches sacando fuerzas ya de donde no había.
También recuerdo aún esa sensación en el cuerpo y en el rostro de Guillaume cuando tuve que contarle que nuestro amigo Félix de 16 años murió…
Esos 8 días que estuve malo que ya no sabía ni que hacer.
Lo divertidas que eran las clases de guitarra y cuánto nos reíamos.
Esos partidos de fútbol que tanta expectación tenían, con ese ambiente tan peculiar.
Las noches de risas y charlas tan interesantes con los misioneros.
Esos trabajos que parecían que nunca iban a terminar.
Ese mercado tan peculiar y con tanto encanto, en el que ya me conocía la gente.
Esas vistas y esos paisajes inolvidables.
La sonrisa de los niños.
 
En fin… no sigo que puedo estar contando historias hasta mañana y no acabo.
Ya lo he dicho algunas veces antes, sólo a travéss de los demás se puede vivir a Dios.
¿A qué esperáis?
Posdata sigo pensando en imperativo
¡Volveré!
Antonio José Gómez Pérez
Baena, Córdoba

 Si quieres ver el vídeo  pincha aquí: http://youtu.be/jd2xJ28etvk

Despedidas de Mario en Murcia y Cartagena


El delegado de misiones de la Diócesis de Cartagena, José Luis Bleda, ha colgado este artículo en su blog sobre las despedidas de Mario que gustosamente nos cede. 
 
Los días 14 y 15 de septiembre tuvo lugar la despedida de Mario, quién ya esta dedicado de lleno a la labor que se le ha confiado como vicario general de los misioneros javerianos, labor que le lleva a fijar su residencia en Roma, aunque tendrá que viajar por todas las misiones que llevan los javerianos.

El sábado la despedida fue en la parroquia murciana de Santa María de Gracia, en la que tantas veces ha celebrado la Eucaristía desde el año 2005, pues los javerianos suelen colaborar con Ramón, su párroco. A las 6 de la tarde se dirigió a los amigos murcianos, que acudieron para compartir la tarde con él y con la comunidad de los javerianos; a las 8 de la tarde concelebraron en la Eucaristía parroquial y después compartieron fraternalmente la cena.
MARIO CON EL DELEGADO DE MISIONES JOSÉ LUIS BLEDA
 
El domingo, organizado por los grupos misioneros de las parroquias cartageneras de San Juan Bautista, San Pablo y San Ginés de La Jara, y en los salones de esta última, pasadas las dos de la tarde tuvo lugar una comida compartida a la que asistieron los misioneros javerianos y miembros de los grupos misioneros. Tras ella, Mario compartió con todos lo que está siendo su labor como vicario general de los misioneros javerianos y cuáles han sido las líneas generales que el pasado Capítulo de los misioneros javerianos ha establecido para los próximos años. A las 5 de la tarde celebramos la Eucaristía, que presidió Mario.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Carlos Collantes, nuestro nuevo superior

Carlos Collantes Díez es ahora el nuevo superior delegado de los misioneros javerianos en España sustituyendo a Mario Mula, actual vicario general. Carlos forma parte de nuestra comunidad en Madrid.
El resto del consejo lo componen Antonio Serrano Insausti como vicedelegado y Rolando Ruiz Durán como consejero. El primero reside en Murcia y el segundo en Madrid.
En el enlace a nuestra página veis sus fotos:
http://www.javerianos.org/

jueves, 19 de septiembre de 2013

"Amando a Dios me acerqué a los demás, viviendo como familia" Campo de Inmigrantes Ceuta
Misiones en Ceuta
 
Tras la insistente petición de Rolando durante estas últimas semanas, que aparentemente mansa, como el agua orada la roca lentamente, me decidí a poner por escrito mi primera experiencia sobre las misiones en Ceuta que tuvieron lugar el pasado verano.

 Comenzaré explicando que cuando me propusieron esta aventura rememoré las veces que se me pasó por la cabeza la idea de ir de misiones. A los dieciséis años me lo plantee por primera vez, y como Dios, que nos conoce mejor que nosotros mismos, sabía perfectamente que yo no improviso, puesto que todo lo mido, lo calibro, lo sopeso y lo razono con mucho tiempo de antelación, sembró en lo más profundo de mi ser esta semilla. Por ello, a mis veintiún años se me presentó esta ocasión, que acepté con confianza y miedo a partes iguales, pero siendo consciente de que este árbol fue plantado hace años, regado con la fe y que tenía que continuar creciendo hacia el Sol para dar frutos en abundancia.

Puedo decir que fue una experiencia de fe del todo recomendable. Amando a Dios, me acerqué a los demás, viviendo como una familia y trabajando codo con codo por el Reino de los Cielos. Me enfrenté a mis prejuicios, a mis miedos y a mis pecados, y comprobé que la confianza en Dios es un camino de vida bello y esforzado, no sin sufrimiento, pero sí con la alegría que nos ofrece la esperanza.

En mi estancia allí, pude comprobar que nuestros hermanos inmigrantes echaban en falta ser tratados como personas dignas, y me reconfortó saber que nosotros les tratábamos como iguales, como hermanos de un mismo Padre.

Charlando con ellos me percaté de las joyas que esconden las culturas africanas: creencias religiosas firmemente arraigadas (¿Qué ha pasado en España, Europa y Occidente con respecto  a Dios? Relativismo, ideologías que no buscan la Verdad, riquezas desmedidas… En definitiva: falsos dioses), un fuerte sentimiento comunitario (frente a nuestro individualismo), el orgullo de pertenecer a una familia (que impacta de lleno con el drama del divorcio, al cual no soy ajeno en absoluto)… Su mentalidad les impide emborracharse, ver pornografía, suicidarse, abortar, tirar comida a la basura… ¿Y de verdad pensamos que el supuesto “Tercer Mundo” es pobre? Deberíamos mirarnos al espejo y comparar nuestras miserias espirituales y sociales con las suyas materiales o económicas. Y una vez puesto en práctica este ejercicio, preguntarnos: ¿Y quiénes son más felices? Nos sorprenderíamos. Ellos van a la vanguardia del conocimiento de lo importante, mientras que nosotros hemos confundido el bienestar y los avances de la tecnociencia con la felicidad.

dando clases...
También me percaté de que esas personas no eran tan distintas a nosotros. Participaban en las redes sociales de internet, eran adolescentes con sueños, estudiantes universitarios, profesionales, trabajadores… Y observé en primera línea cómo de lo imposible brota la realidad, lo posible: me vi, sin saber francés, dando clases de español a francófonos. Fue realmente divertido y sorprendente. Es realmente cierto que si nos dejamos moldear por Él, nos convertimos en instrumentos utilísimos para los demás, para dar gloria a Dios y para nosotros mismos.

 
Francisco Caballero Díaz
Joven de Madrid

jueves, 12 de septiembre de 2013

Lectura misionera de la Biblia, Ana y Samuel

nacimiento y primeros pasos de un profeta 

TEXTO BÍBLICO: 1 Samuel 1,2-3.9-20.24-2,26.3,1-21 

Elcaná tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Feniná. Feniná tenía hijos y Ana no los tenía. Elcaná solía subir todos los años desde su pueblo para adorar y ofrecer sacrificios al Señor Todopoderoso en Siló, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Elí: Jofní y Fineés.

Una vez, después de la comida en Siló, mientras el sacerdote Elí estaba sentado en su silla, junto a la puerta del templo del Señor, Ana se levantó, y con el alma llena de amargura se puso a rezar al Señor, llorando desconsoladamente. Y añadió este voto: “Señor Todopoderoso, si te fijas en la humillación de tu sierva y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu sierva y le das a tu sierva un hijo varón, se lo entrego al Señor de por vida y no pasará la navaja por su cabeza.”

Mientras ella rezaba y rezaba al Señor, Elí observaba sus labios. Y como Ana hablaba para sí, y no se oía su voz aunque movía los labios, Elí la creyó borracha y le dijo: “¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡A ver si se te pasa el efecto del vino!”

Ana respondió: “No es así, señor. Soy una mujer que sufre. No he bebido vino ni licor, estaba desahogándome ante el Señor. No creas que esta sierva tuya es una descarada; si he estado hablando hasta ahora, ha sido de pura congoja y aflicción.”

Entonces Elí le dijo: “Vete en paz. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.”

Ana respondió: “¡Que pueda favorecer siempre a esta sierva tuya!”

Luego se fue por su camino, comió y no parecía la de antes. A la mañana siguiente madrugaron, adoraron al Señor y se volvieron. Llegados a su casa de Ramá, Elcaná se unió a su mujer Ana, y el Señor se acordó de ella. Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: “¡Al Señor se lo pedí!”

Ana crió a su hijo hasta que lo destetó. Entonces subió con él al templo del Señor de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: “Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí, junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso yo se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.”

Después se postraron ante el Señor. Y Ana rezó esta oración: “Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios, mi boca se ríe de mis enemigos, porque celebro tu salvación. No hay santo como el Señor, no hay roca como nuestro Dios. No multipliquéis discursos altivos, no echéis por la boca arrogancias, porque el Señor es un Dios que sabe, él es quien pesa las acciones. Se rompen los arcos de los valientes, y los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, y los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, y la madre de muchos queda baldía. El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; el Señor da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono glorioso, pues del Señor son los pilares de la tierra y sobre ellos afianzó el orbe. Él guarda los pasos de sus amigos mientras los malvados perecen en las tinieblas --porque el hombre no triunfa por su fuerza--. El Señor desbarata a sus contrarios, el Altísimo truena desde el cielo, el Señor juzga hasta el confín de la tierra. Él da autoridad a su rey, exalta el poder de su Ungido.”

 

Ana volvió a su casa de Ramá, y el niño estaba al servicio del Señor, a las órdenes del sacerdote Elí. En cambio, los hijos de Elí eran unos desalmados: no respetaban al Señor ni las obligaciones de los sacerdotes con la gente. Cuando una persona ofrecía un sacrificio, mientras se guisaba la carne, venía el ayudante del sacerdote empuñando un tenedor, lo clavaba dentro de la olla o caldero, o puchero o cazuela, y todo lo que enganchaba el tenedor se lo llevaba al sacerdote. Así hacían con todos los israelitas que acudían a Siló. Incluso antes de quemar la grasa, iba el ayudante del sacerdote y decía al que iba a ofrecer el sacrificio: “Dame la carne para el asado del sacerdote. Tiene que ser cruda, no te aceptará carne cocida.” Y si el otro respondía: “Primero hay que quemar la grasa, luego puedes llevarte lo que quieras.” Le replicaba: “No. O me la das ahora o me la llevo por las malas.” Aquel pecado de los ayudantes era grave a juicio del Señor, porque desacreditaban las ofrendas al Señor. Por su parte, el muchacho Samuel seguía al servicio del Señor y llevaba puesto un roquete de lino. Su madre solía hacerle un manto, y cada año se lo llevaba cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual. Y Elí bendecía a Elcaná y a su mujer: “El Señor te dé un descendiente de esta mujer, en compensación por el préstamo que ella hizo al Señor.” Luego se volvían a casa. El Señor intervino a favor de Ana, que concibió y dio a luz tres niños y dos niñas.

El niño Samuel crecía en el templo del Señor. Elí era muy viejo. Cuando oía cómo trataban sus hijos a todos los israelitas y que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda del encuentro, les decía: “¿Por qué hacéis eso? La gente me cuenta lo mal que os portáis. No, hijos, no está bien lo que me cuentan; estáis escandalizando al pueblo del Señor. Si un hombre ofende a otro, Dios puede hacer de árbitro; pero si un hombre ofende al Señor, ¿quién intercederá por él?”

Pero ellos no hacían caso a su padre, porque el Señor había decidido que murieran. En cambio, el niño Samuel iba creciendo, y lo apreciaban el Señor y los hombres.

 

El niño Samuel oficiaba ante el Señor con Elí. La Palabra del Señor era rara en aquel tiempo y no abundaban las visiones. Un día Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver. Aún no se había apagado la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el santuario del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó: “¡Samuel, Samuel!”

Y éste respondió: “¡Aquí estoy!”

Fue corriendo adonde estaba Elí, y le dijo: “Aquí estoy; vengo porque me has llamado.”

Elí respondió: “No te he llamado, vuelve a acostarte.”

Samuel fue a acostarse, y el Señor lo llamó otra vez. Samuel se levantó, fue a donde estaba Elí, y le dijo: “Aquí estoy; vengo porque me has llamado.”

Elí respondió: “No te he llamado, hijo; vuelve a acostarte.”

Samuel no conocía todavía al Señor; aún no se le había revelado la Palabra del Señor. El Señor volvió a llamar por tercera vez. Samuel se levantó y fue a donde estaba Elí, y le dijo: “Aquí estoy; vengo porque me has llamado.”

Elí comprendió entonces que era el Señor quien llamaba al niño, y le dijo: “Anda, acuéstate. Y si te llama alguien, dices: Habla, Señor, que tu siervo escucha.”

Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y lo llamó como antes: “¡Samuel, Samuel!”

Samuel respondió: “Habla, que tu siervo escucha.”

Y el Señor le dijo: “Mira, voy a hacer una cosa en Israel, que a los que la oigan les retumbarán los oídos. Aquel día ejecutaré contra Elí y su familia todo lo que he anunciado sin que falte nada. Comunícale que condeno a su familia definitivamente, porque él sabía que sus hijos maldecían a Dios y no los reprendió. Por eso juro a la familia de Elí que jamás se expiará su pecado, ni con sacrificios ni con ofrendas.”

Samuel siguió acostado hasta la mañana siguiente, y entonces abrió las puertas del santuario. No se atrevía a decirle a Elí la visión, pero Elí lo llamó: “Samuel, hijo.”

Respondió: “Aquí estoy.”

Elí le preguntó: “¿Qué es lo que te ha dicho? No me lo ocultes. Que el Señor te castigue si me ocultas una palabra de todo lo que te ha dicho.”

Entonces Samuel le contó todo, sin ocultarle nada. Elí comentó: “¡Es el Señor! Que haga lo que le parezca bien.”

Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse, y todo Israel supo que Samuel era profeta acreditado ante el Señor. El Señor siguió manifestándose en Siló, donde se había revelado a Samuel.
 

COMENTARIO BÍBLICO 

La poligamia parece explicarse por el miedo a quedar sin descendencia. Esta es la visión del varón, ya que la mujer sin hijos quedaba en vergüenza ante las otras esposas.

Hay un cierto paralelismo entre los casos de Abraham, Jacob y Elcaná.

Ana pide descendencia, y específicamente un hijo. En la peregrinación anual al templo por la fiesta era frecuente la bebida, por lo que se daban casos de embriaguez. la ley mandaba consagrar todos los primogénitos a Dios, pero lo que Ana expresa es mucho más que el simple cumplimiento de un formalismo legal.

Ana consagra su hijo al servicio del templo, y signo de ello es que su cabello nunca será cortado (como Sansón o Juan Bautista).

Samuel significa “aquel sobre quien se ha pronunciado el nombre de Dios”.

El cántico de Ana al parecer en su origen era un poema que celebraba los triunfos de algún rey, pero en los tiempos de Ana aún no había sido instaurada la monarquía, luego puede tratarse de un poema posterior insertado aquí. El cántico afirma que Dios controla los destinos humanos, y eso se percibe claramente en Samuel y en Saúl. El Magnificat muestra una clara semejanza con él y se ha basado en su esquema.

El texto alterna intencionadamente los progresos de Samuel con la corrupción de los hijos de Elí. El ascenso de Samuel resulta así aún más evidente. Lo mismo se encuentra en otros lugares de la Biblia (David y Saúl; Jesús y Juan Bautista).

Los hijos de Elí prefieren sus propios intereses a los de Dios. En los sacrificios se tributaba a Dios un homenaje que consistía en quemar la grasa antes de cocer la carne. Las mujeres que servían a la entrada del santuario realizaban funciones sagradas, lo que hace que la actuación de los hijos de Elísea aún más grave. Su comportamiento les va haciendo cada vez más impopulares mientras que Samuel es bendecido por Dios: nuevos hijos de su madre y el efod de lino que le distingue como sacerdote. Y aunque había sido ya consagrado para el servicio en el templo, eso no lo cualificaba para ejercer la misión que le aguardaba, para la que se requiere una llamada especial de Dios. Samuel dormía en el templo, quizá para cuidar de la lámpara que ardía constantemente de noche (la mención “aún no se había apagado la lámpara de Dios” significa que no había amanecido) o en funciones de vigilancia.

Elí no menciona a Dios por su nombre y obliga a Samuel bajo amenaza a comunicarle el mensaje que ha recibido.

La expresión “el Señor estaba con él” tiene en el caso de Samuel mayor fuerza que de ordinario porque significa que Dios está garantizando que sus palabras se cumplen. Como consecuencia de ello Samuel refuerza su prestigio de hombre de Dios, su condición de profeta es reconocida y por su presencia en él el santuario de Siló se convierte en lugar de la revelación de Dios. 

COMENTARIO MISIONERO 

Este texto continúa la espiritualidad bíblica de la atención de Dios hacia los pobres, porque a los ricos les cuesta entrar en la lógica de Dios. El problema no es tanto el dinero sino la actitud que adoptamos frente a Dios. 

En el texto aparece Dios como castigador, pero más bien se trata del Dios que ama la justicia, que recuerda a los pobres y ofendidos. El cántico de Ana refleja bien dicha espiritualidad: Dios escucha la aflicción. Y la madre tampoco se olvida de sus promesas, igual que Dios. 

En Chad hemos encontrado muchas mujeres cristianas que no tienen hijos. Ese drama las ha acercado a la Palabra y a la Iglesia para encontrar otra forma de fecundidad. En el mundo rural africano hemos encontrado personas, hombres y mujeres, humanamente religiosos, personas que han oído hablar de Dios y lo viven de verdad…                        

En el santuario hay corrupción, pero a la vez hay santidad y posibilidad de escucha de Dios. En la Iglesia ha habido casos de corrupción, pederastia… Su imagen está dañada y a la vez hay otras personas que “purifican” las cosas, por ejemplo el papa Francisco. 

Han cambiado mucho las familias. Antes se deseaba que alguien en la familia se consagrase a Dios, ahora esto es inconcebible. Hay familias en el mundo africano que rezan para que Dios llame a sus hijos. 

La Palabra de Dios prepara su llegada durante un largo proceso. Dios se revela cuando quiere, y cuando los procesos llegan a madurez. Y también sucede que Dios habla y nosotros no escuchamos. Hace falta esa palabra pero a al vez alguien que nos ayude a entenderla. Elí y Samuel, lo antiguo y lo nuevo, el maestro y el aprendiz, hacen que esa Palabra llegue y sea comprensible. 

Vivir la fe con hondura desestabiliza. Fundar la vida en Dios es visto como una locura. Hay poco rechazo a Dios y a lo trascendente y sin embargo mucho rechazo a lo institucional, por ejemplo a la Iglesia. Hay una búsqueda de Algo, de una trascendencia,  que parece a veces silencioso, o que no se expresa todo lo que quisiéramos. Deseamos que el objeto de nuestras búsquedas nos llene y nos haga felices. Si buscamos la autorrealización, vale de todo; si buscamos sin embargo sinceramente a Dios será Él quien irá marcando el camino, porque la Biblia, desde la primera palabra hasta la última, es un intento de que caminemos como pueblo, que busquemos armonía, que nos unamos.  

Para un compromiso social no hace falta la fe, hay valores comunes a todos los humanos. Lo que sí es diferente es la motivación. Necesitamos una espiritualidad del compromiso. 

Jesús llegó a tal nivel de humanidad como solo lo puede ser Dios. A la vez, no podemos mutilar a Jesús de su comunión y continua relación con el Padre.