martes, 15 de abril de 2014

15 de abril de 2014, martes santo


martes santo

Is 49,1-6   Sal 70,1-6.15.17   Jn 13,21-33.36-38

 

Jesús

 

Palabra de Dios

 

«A

 

hora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará». (Jn 13,31-38)

 

Reflexión

     Jesús luz de las naciones, aquél que con su muerte reunirá a los dispersos. Jesús, aquél que es traicionado, intenta recuperar para el amor a aquél que lo traicionó y a aquéllos que lo abandonan.

     Nuestro amor, por el contrario, está hecho de costumbres y carcomido por el cansancio y por la fatiga. Es un amor incapaz de abrirse al futuro incluso cuando parece que todo esté perdido.

 

Oración

De la tentación de seguir mirando atrás.

R.: Sálvanos por tu amor, ¡oh Padre!

Del rechazo a programar el futuro.

R.: Sálvanos por tu amor, ¡oh Padre!

De las personas que no saben perdonar.

R.: Sálvanos por tu amor, ¡oh Padre!

 

Liberalización realizada en el don de sí mismo

     El Padre Nuestro nos aclara que la verdadera liberación la alcanzamos en nosotros mismos. Se realiza en el don de sí que nos pide algunas posturas básicas para poder realizarse.

     La primera es la de la humildad, que nos lleva a considerarnos deudores ante Dios y ante los demás de todo.

     Otra postura nos lleva a reavivar la conciencia de la propia debilidad: nadie vence al mal con sus solas fuerzas.

     Y por último una postura de confianza porque el Padre está con nosotros y es más fuerte que cualquier obstáculo; porque el perdón del Padre es mayor que cualquier mal.

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