Qué tal va la vida? Por aquí seguimos con los calores típicos de esta época, calor ya húmedo que tendría que dejar paso a las primeras lluvias regulares. Ya ha llovido un par de días, pero lluvias aisladas que son solo el anticipo. El personal está ya con la azada en la mano esperando la próxima lluvia, que marcará el inicio de la siembra. Los otros de la comunidad me comentan que el año pasado la siembra empezó el 29 de mayo, o sea que ya tendría que estar al llegar.
Yo sigo contando historias de niños perdidos, que aquí es casi el pan nuestro de cada día. El otro día veo en la sala de redacción un niño de unos 8 años con otro más pequeño, de unos 4. El niño más grandecito a veces viene y está ahí con nosotros. Yo pienso que esta vez ha venido con su hermanito y no hago mucho caso, hasta que pasado un tiempo, como media hora, y viendo que están todavía ahí se me ocurre preguntar si buscan algo y entonces el grandecito señala al otro y dice: “Este, que se ha perdido”. Vaya hombre, lo podía haber dicho antes… Entre tanto se había hecho de noche, con lo que nos dijimos: “Pasamos el comunicado una vez, esperamos una media hora y si nadie viene nos vamos a la comisaría con él”. Pero hubo suerte, la familia escuchó el comunicado, se presentaron en la radio a tiempo y además como agradecimiento nos dejaron dinero. Me voy a dedicar a esto, a sacar a niños de sus casas y traérmelos a la radio para ganar pasta. Eso sí, seleccionaré bien las familias, porque ya hemos hecho experiencia con una de las familias más ricas de la ciudad: se presentaron para difundir un comunicado porque un niño se les había perdido, y al día siguiente vinieron a agradecer porque por medio del comunicado el niño había sido encontrado, pero no dejaron ningún dinero. Es un tópico, pero también aquí los más generosos no son los más ricos.
El otro día UNICEF nos pasó algunos datos de violencia hacia las mujeres en Chad. Según ellos, más del 40% de las mujeres han sufrido mutilación genital. Yo discutí con los periodistas diciendo que esos datos no me parecían reales, que los sacaban a relucir para llamar la atención, peor ellos me respondieron que estamos en la zona donde esa práctica no se da, pero en todo el norte y el este del país es generalizada y por tanto no les sorprende un tanto por ciento tan elevado. Madre mía, lo que queda por hacer aún aquí…
Esta vez acompaño el mensaje (espero que internet no vaya muy lento) con algunas fotos en las que no salgo pero que ayudan a comprender la zona en la que vivo y ver a sus gentes y su paisaje. No son fotos de la ciudad sino de la zona de campo circundante. Las cuatro primeras son con niños... y dromedarios (atención, los niños camelleros son los de la foto 2, que también usan camisetas de fútbol). La foto 5 con el frente de juventudes (el árbol tras los ancianos es un parásito que se ha pegado a otro árbol y que poco a poco lo seca y ocupa su lugar, hay muchos de estos aquí), la foto 6 para ver los colores de los vestidos de las mujeres y la foto 7 un paisaje durante la época del "harmatán", el viento con arena del desierto.
Un abrazo y hasta pronto
Antxon
Y ... las fotos :
No hay comentarios:
Publicar un comentario