martes, 21 de octubre de 2014

LES HAN VISTO LAS OREJAS AL LOBO

El padre Jerónimo Pistoni, trabajó durante unos cuantos años en Murcia, cuando la comunidad iba instalandose en los barrios de Santa María de Gracia y de San Antón.
Él ha vuelto a Sierra Leona desde hace un poco más que un mes, veamos lo que nos escribe :

Por aquí llevamos una vida normal en un clima surrealista.  Sabemos que hay el ebola cerca de nuestra casa, sin embargo teniendo cuidado en el observar algunas medidas de seguridad, no tendríamos que tener problemas.
El filipino p. Patrick
En mi parroquia estamos dos javerianos : Patrick, que es de Filipinas y yo.  Actualmente, además de la misa por la mañana y el rosario en la iglesia por la tarde, nos dedicamos en ayudar las familias que han sido puestas en cuarentena por 21 días porque en su familia ha habido muertos de ebola.
Puesto que no pueden salir de su casa, controlados a vista por los militares, llegan con fatiga a encontrar algo de dinero para comprar comida, por lo cual nosotros los ayudamos llevándoles lo necesario para cocinar : aceite, arroz, sal, caldo en pastillas, agua, cebollas, leche para los bebés, …  El dinero para comprar todo esto lo hemos recibido del padre Natale, el Administrador apostólico de la diócesis.  También otros javerianos de por el mundo han enviado ayudas.
Y también la gente de nuestra parroquia se ha comprometido en ayudar como puede.  El domingo, en la processión de ofrendas de la misa, traen arroz, cebollas, …  Patrick y yo, con la ayuda de algúno de la parroquia, vamos después a distribuir estas cosas a los que están en la cuarentena; nos mantenemos desde luego a una distancia prudencial, pero mientras tanto rezamos con ellos, charlamos un pelín y luego les damos un poco de comida.  No se puede hacer nada más.
El p. 'Jerónimo' Pistoni
Mientras tanto, seguimos por delante, con las escuelas cerradas y toda actividad suspendida, a la espera de que Europa y América se despierten en dar un golpe de manos.  Parece que han empezado a ayudar más que otro porque “les han visto las orejas al lobo”, más que por un sentido de verdadera solidaridad.  Y puesto que tienen miedo que el contagio se extienda también allá, se han decidido a venir acá para intentar pararlo.  “A falta de pan, buenas son tortas”.  Sea como sea, lo importante es que los gobiernos se comprometan en resolver el problema.
Un recuerdo a todos.
Gerolamo Pistoni

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