domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Por qué se va Antxon?

Antonio Serrano, más conocido en nuestro mundo javeriano como Antxon, deja España tras 10 años dedicado a la animación misionera, primero desde Madrid y últimamente desde Murcia. Antes de irse nos deja sus razones para salir.



RAZONES PARA VOLVER A LA MISIÓN EN ÁFRICA 

He escrito algunas razones del porqué vuelvo a África, con ocasión de mi despedida. He querido que sean 7 porque es un número perfecto según la Biblia, y el orden es “ascendente”, es decir, creo que las primeras son las que más responden a la actualidad pero que tienen menos peso que las últimas, que son las razones que actualizan permanentemente la urgencia de la llamada misionera. 

  1. África está siendo continuamente maltratada, ya sea a nivel económico por la explotación que sufre como a nivel mediático o de imagen popular: parece que África es el centro de todas las desgracias. Estoy enfadado porque a nadie se le ha ocurrido regalarme un traje amarillo de esos del ébola, ahora que voy a esa masa de virus llamada África. Mira por donde, desde que el ébola parece no ser una amenaza para nosotros ha dejado de importarnos. Se ve más claro que lo que nuestro mundo occidental quiere no es tanto “salvar a los pobres, cuanto salvarse de los pobres” (esta frase forma parte del manifiesto de los misioneros ante el ébola en el día del DOMUND, lo encuentras en 'Esperanzas y gritos frente al ebola').

  1. Vivimos en un mundo intolerablemente desigual, a pesar de las llamadas del papa a no participar de una economía que genera exclusión e inequidad. Esa desigualdad se percibe y aumenta también en España, pero es flagrante en América (el continente más desigual) y también en África. Sin duda salir de Europa para ir a África supone renunciar a ciertas comodidades y medios. Pero humana y religiosamente puede ser un enriquecimiento porque “solo nos pueden santificar los que tienen fuerza sacramental para hacerlo: los pobres y los pequeños”. Aquí no sobra nadie (“no a una cultura del descarte”, dice también el papa). Al contrario, las bienaventuranzas de Jesús están situadas entre los pobres, los que lloran, los que luchan por la paz… La verdad de estas palabras solo se experimentan integrándose entre ellos, viviéndolas desde dentro. 
Antxon en el camino de Santiago

  1. Vivimos también en un mundo de bloques enfrentados. Quizá el enfrentamiento más evidente hoy en día, y que también tiene su terreno de operaciones en África, sea el del integrismo islámico con el mundo occidental. Para la zona de África a la que voy a ir (Chad) el integrismo supone un peligro real. Nuestro mundo tiene necesidad de personas “puente”, de personas de encuentro que, inevitablemente tienen un color de piel, una identidad religiosa, un origen en tal o cual sitio… pero son capaces de escucha, de relativizar y ser autocríticos con su cultura de origen y a la vez apreciar lo bueno del otro. Los musulmanes de Chad necesitan ver occidentales distintos, que no están en África para explotar materias primas, que no confían únicamente en su dinero, que no trafican con armas ni aplauden las guerras emprendidas por occidente. San Guido Mª Conforti, fundador de los misioneros javerianos, decía: “El misionero es el signo más evidente y el apóstol más convencido y entusiasta de la fraternidad universal”. Y esa fraternidad se hace aún más evidente cuando llamamos “hermano” al que por historia, realidad política o cultura está enfrentado a mí como enemigo. Más aún, la mayoría de los musulmanes que he encontrado en Chad en el pasado eran personas cordiales, amantes de la paz, y necesitan ver en los occidentales eso mismo para poder rechazar los cantos de sirena de las radios fundamentalistas, numerosas hoy en día, que les atosigan permanentemente. 

  1. Cierto que voy a dejar “mi mundo” y esto lo podemos sentir como una pérdida. Pero cuando Dios nos coloca donde Él quiere y cuando encontramos nuestro lugar en el mundo ya no podemos hablar de pérdida son de ganancia: ganancia personal, porque ahí voy a poder desarrollar mis cualidades en una misión que me aporta un objetivo, una orientación y un pueblo; ganancia comunitaria porque yo no me voy solo sino enviado por todos vosotros, que de alguna forma me acompañáis en el viaje, y porque conmigo pasáis a formar parte de ese otro pueblo, ampliáis horizontes y podéis hacer entrar en vuestras comunidades ese aire fresco renovador que llega desde comunidades más jóvenes. 
Antxon en la misión de Acoyotla

  1. La misión es una escuela de amor. El papa Francisco definió a la Iglesia como una historia de amor. La salida misionera no es ajena a esta historia, antes bien es su origen porque “la Iglesia ha nacido en salida” (papa Francisco). Durante estos años dedicados a la animación misionera me he encontrado con muchas personas y generalmente quien está interesado en la misión está interesado en muchas otras cosas, es persona de amplios horizontes y profundas búsquedas, alguien no acomodado a las estructuras desiguales en las que nos movemos y que tiende a reducir su complicidad en el mal del mundo con creatividad, gestando grupos nuevos, analizando el propio consumo… Compartir con estas personas (vosotros) lo vivido en misión me ha permitido también releer esa experiencia desde el amor: amor compartido con las personas de aquel lugar y amor de Dios, primero y desbordante, que me ha regalado tantos encuentros, aquí y allá. Sabemos que el amor o se alimenta o se muere y este nuevo paso va a suponer para mí seguir creciendo en ese amor, en este caso visto desde allí: compartir mi presencia en Chad y desde allí contar lo vivido en España y releerlo como historia de amor. Y el caso es que cuando nos vamos somos más conscientes del valor de las personas que tenemos cerca, de la hondura de los momentos vividos… Seguimos aprendiendo a amar y a dejarnos amar. Qué bien viene aquí este cuento de Dolores Aleixandre.

  1. Historia de amor entregado de Jesús que muchos no conocen todavía. En concreto en Chad se calcula que los cristianos son alrededor de un 15 % de la población. Se puede vivir sin conocerlo, claro ¡Pero esta sí que es una pérdida! ¡Cómo cambia la vida cuando nos encontramos con el amor del Padre manifestado en Jesús! Y la misión de la Iglesia en esta perspectiva está aún en sus inicios. 
Antxon en su pueblo haciendo amigos

  1. Y la primera razón y principal: el primer misionero, Jesús, el enviado del Padre, sigue llamando para que nos asociemos a su misión ¿Quién se resiste? Además, esa misión confiada a la Iglesia sigue a través de muchas personas, incluido nuestro instituto de los misioneros javerianos. Yo recibo esa misión desde lo que mis superiores ven conveniente y cuando me destinan. Hasta ahora, en la animación misionera en España, ya era misionero, y a partir de ahora seré misionero en Chad. Es decir, las fechas y lugares donde desarrollar esa misión los concreta mi instituto misionero, pero en cualquier parte donde esté ya soy misionero. Es probable que quedándome donde estoy las cosas me pudiesen salir mejor, pero… Podemos identificar la misión como una historia de éxitos, de frutos evidentes, de poesía romántica permanente… pero la misión de Jesús, vista desde el punto de vista humano, termina en un tremendo fracaso llamado cruz ¿Tengo garantizado el que todo me vaya bien? Claro que no, y el mismo san Pablo se enorgullecía de sus debilidades y fracasos porque así decía que se hacía más evidente la fuerza de Dios, que esa sí es capaz de transformar fracasos como la cruz en camino de Vida. 

Antonio Serrano Insausti, misionero javeriano,
noviembre de 2014 en Murcia.

2 comentarios:

  1. Gracias Antxon por recordarnos cosas tan importantes. Sigue adelante, siempre adelante y a contracorriente, fiel testigo de Jesus. Gracias por tu testimonio y tus palabras.

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