domingo, 5 de mayo de 2013

Oración misionera, 12 de mayo: la Ascensión

Acción de gracias por la semana transcurrida

Oración inicial

Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.

Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro rey, tocad.

Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.

Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abrahán;
porque de Dios son los grandes de la tierra, y él es excelso.


Evangelio (Lucas 24, 46-53)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto." Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

Comentario misionero

- Las tres grandes fiestas del tiempo de Pascua son: el domingo de resurrección (el padre actúa venciendo a la muerte); la Ascensión (el Hijo adquiere una nueva dimensión); Pentecostés (el espíritu llega a nosotros). Tres fiestas que son una única fiesta vista desde cada persona de la Trinidad.

- Jesús "se va" para hacernos crecer, porque nos considera mayores de edad y porque, lo mismo que con su resurrección nos enseña el camino de la vida más allá de la muerte, con su ascensión nos muestra el camino hacia nuestra casa: el Padre.

- Desde más arriba Jesús va a tener una visión sobre nosotros más universal, más global, y su presencia no se va a limitar a un único lugar geográfico, sino a todos.

Silencio meditativo y oraciones compartidas

Oración final 

Elévate, Jesús,
elévate sobre todos los mortales,
elévate hasta la plenitud,
hasta la diestra del Padre.

Elévate, te lo mereces,
pero no dejes de mirarnos,
tú que pisaste nuestra tierra,
que bajaste incluso a nuestro infierno,
que nos acompañaste, compartiendo; 
elévate, pero mientras nos bendices,
elévate, pero sigue sonriéndonos.

Te elevas, Jesús,
contigo asciende la condición humana,
no renuncias al traje que te dimos,
no escondes las heridas que te hicimos,
no te avergüenzas de la carne y de la sangre,
nos llevas en tus entrañas,
y a todos nos elevas, ascendiendo, cada Pascua.

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