lunes, 3 de junio de 2013

Oración misionera, 9 de junio




ACCIÓN DE GRACIAS POR LA SEMANA TRANSCURRIDA

ORACIÓN DE INICIO

Dios mío, tan grande es tu amor
que no dejas de compadecerte de mí, a pesar de mis debilidades,
porque digo y no hago, ofrezco y no cumplo.
¡Y cuánto dolor hay en el mundo!
Me da miedo asomarme a ese abismo
en el que sin embargo Tú ya me esperas
porque conoces lo que es el sufrimiento,
porque estás cerca de quien llora desconsolado
¡Ven a iluminar mi oración!
¡Ayúdame a presentar en ella a tantas personas:
enfermos, necesitados, hambrientos, pobres…!

EVANGELIO DEL DOMINGO (Lucas 7, 11-17)

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: "No llores."
Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: "¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!"
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: "Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo."
La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.    

REFLEXIÓN: CUENTO “LA CITA CON DIOS”

Cuenta la historia de un monje, Demetrio, que un día recibió una orden tajante: debería encontrarse con Dios al otro lado de la montaña en la que vivía, antes de que se pusiera en sol.
El monje se puso en marcha, montaña arriba, precipitadamente. Pero a mitad de camino se encontró a un herido que pedía socorro. Y el monje, casi sin detenerse, le explicó que no podía pararse, que Dios le esperaba al otro lado de la cima, antes de que atardeciese. Le prometió que volvería en cuanto atendiese a Dios. Y continuó su precipitada marcha.
Horas más tarde, cuando aún el sol brillaba en todo lo alto, Demetrio llegó a la cima de la montaña y desde allí sus ojos se pusieron a buscar a Dios.
Pero Dios no estaba. Dios se había ido a ayudar al herido que horas antes se cruzó por el camino.
Hay, incluso quien dice que Dios era el mismo herido que le pidió ayuda.

(Leyenda eslava)

SILENCIO MEDITATIVO

ORACIONES COMPARTIDAS

ORACIÓN FINAL

No podrán hacer callar nuestras voces, la esperanza,
la esperanza de una tierra nueva.
No podrán hacer callar a los hombres, tantos hombres,
que construyen paso a paso el horizonte.
No podrán hacer callar al testigo, buen testigo,
nuevo signo en esta humanidad cansada.
No podrán hacer callar a los pobres, solo pobres,
a los hombres marginados sin destino.
No podrán hacerte callar, Señor,
si nosotros pronunciamos tu Palabra
con nuestras acciones y nuestra vida.
De hecho ya nos estás hablando,
tan fuerte que te has quedado entre los sin voz, tus preferidos.

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