lunes, 24 de marzo de 2014

Luis Pérez desde Sierra Leona


 
Makeni-18-Marzo-2014
 
 
Apreciados/as todos/as, cada persona con su NOMBRE: Paz y Bien.

El tiempo pasa veloz y ya va siendo hora de que os cuente, brevemente, que llegue bien, que estoy bien y que todo va estupendamente. ¿Qué más se puede pedir?

Llegué a Freetown con cuatro horas de retraso lo que me tomé como una advertencia para caer en la cuenta de que aquí hay otro ritmo de vida. En el aeropuerto me esperaban dos javerianos que me trajeron a la Casa Regional que está en Makeni, donde ahora me encuentro. Como podéis suponer la Sierra Leona que me despidió hace diez años no es la misma que la que me recibió la semana pasada: llegué a las 10 de la noche y había luz en el aeropuerto que ha sido renovado, mejorado y ampliado; pudimos viajar hasta Makeni por una carretera asfaltada que nos puso en casa antes de las doce; en Makeni también había luz a esas horas y es que hay luz permanentemente, ya no hace falta el generador ni las velas o las lámparas de petróleo para seguir haciendo algo cuando se apaga el generador a las nueve de la noche. ¡En fin! una primera y grata sorpresa. Recordaba Makeni, en estos meses, como una localidad calurosa como un horno y la encontré calurosa caliente, lo cual hizo que esperando más calor y percibiendo menos me hiciera tener una “sensación térmica” más confortable. Por las mañanas y por las noches no se está mal, la cosa es pasable; pero de las 12 a las 16 (+ ó -) si sales de casa vas sudando a chorros, ya he comenzado a adelgazar, por ahora creo que peso unos 375¡¡¡ gramos menos, que no es poco para una semana.



Estaré en Makeni una temporada, hasta que el dedo de Dios, por medio de las indicaciones del Superior Regional, me indique el camino que he de seguir. Aquí vivimos siete javerianos: uno es el Administrador Apostólico de la Diócesis, a la espera de que llegue un nuevo obispo; otro es el Superior Regional; otro el superior-administrador de la casa; otros dos son el párroco y el vicario parroquial de la parroquia San Guido María Conforti, que está a diez minutos de aquí; otro que en pocas semanas regresa a Italia por razones de edad y de salud y yo que me dedico a “curiosear de un lado para otro”. Siendo esta la casa central por aquí pasan con frecuencia Javerianos de otras parroquias que vienen a la ciudad o a las oficinas del obispado para resolver sus asuntos. A todos los que estamos en esta comunidad los conocía de antes (como también conozco a casi todos los que en Sierra Leona están), también conocía la casa, los alrededores y la ciudad, por lo tanto, aún teniendo en cuenta abundantes diferencias, cambios y mejoras, parece que sólo he faltado de aquí una temporada, eso sí un poco larga. Esto no quita que sea consciente de que las cosas no son iguales y de que tengo que estar atento para no pensar que ya lo sé casi todo…, tengo que empezar desde el principio que es como, en todas las partes del mundo, se empieza lo que se empieza…,¡me ha quedado redondo!

Otra novedad que he encontrado, en la cual estoy atrasado como lo estaba en España, es la proliferación de la telefonía móvil y colaterales: teléfonos, espacios Wifi, Chats, WhatsAp y todo lo demás…Es verdad que esto es una ciudad, que hay mucha diferencia entre ciudad y aldeas, que los que tienen estas oportunidades son un minoría, no obstante me ha llamado la atención el ver este fenómeno con relativa frecuencia.

Como decía anteriormente me dedico, por ahora, a “curiosear”, no pierdo ninguna ocasión para acompañar a los otros Javerianos a donde vayan: parroquias, familias, instituciones, grupos, visitas. La primera Eucaristía la concelebré en la parroquia de San Guido María Conforti, he participado en alguna reunión parroquial, en varios grupos de oración que se hacen por las casas, en un retiro de un grupo juvenil parroquial de los varios que hay en las parroquias (foto), en un Viacrucis; en todas estas celebraciones la participación es grande y los jóvenes y niños abundantes. He visitado la Universidad Católica de Makeni, me he encontrado con un buen número de curas y de gente conocida, que conocí aquí en Makeni y en Freetown cuando allí vivían al tener que abandonar MaKeni cuando fue ocupada por los rebeldes durante la guerra. También he ido a varias sucursales parroquiales a 20, 35, 50 Km, de la sede central de la parroquia, sucursales que tienen una capilla y, algunas, algún salón parroquial. En estas incursiones he podido constatar la gran diferencia aún existente entre el campo y la ciudad.
En estos años la situación general ha mejorado: carreteras, escuelas, centros sanitarios, puestos de trabajo, construcción de casas nuevas y reconstrucción de otras muchas, puesta en funcionamiento de las minas de minerales, organización de la exportación de madera, extracción del famoso y apreciado Coltan que fue descubierto aquí después de la guerra…No podía creer lo que veían mis ojos cuando, yendo a una de estas sucursales, atravesamos las vías de una línea de ferrocarril nueva, modernísima con abundantes Km. en línea recta, con sus barreras para bloquear el tráfico cuando el tren pasa, su caseta de vigilancia y un guardia de seguridad y encargado de la barrera, de estas líneas férreas han construido varias en estos años. Más adelante vi un tren, que estaba parado, con más de 150 vagones de carga, con una locomotora delante y otra detrás, los vagones estaban cargados hasta rebosar de material extraído de las minas que, según lo extraen con tierra y todo, lo cargan en los vagones y lo transportan directamente a un puerto donde esperan grandes barcos contenedores y en los que, directamente, se descarga todo el material para ser elaborado en otros países por las multinacionales de los minerales…¡impresionante! si no fuera por lo que supone de expolio de país por pocas perras en proporción con lo que se llevan. Estos trenes no admiten viajeros (salvo a alguna monja que tiene que ir a dar catequesis a alguna aldea y ¿quién se atreve e decir que no a toda una señora monja llena de celo apostólico?). Lo mismo se podía decir de la madera, de la fruta y de la caña y de otros cereales empleados para la fabricación de biocombustible. Es decir que la economía general del país ha mejorado, algunas estructuras públicas también, sobre todo en las ciudades. Pasando por las aldeas he visto la pobreza y la falta de casi todo que ha habido siempre. El capital está en manos de las multinacionales y de los ricos que, en general son la oligarquía del país. El comercio está en manos de los libaneses, los indios y los Chinos que están invirtiendo en casi todas partes. Esta situación económica ha beneficiado a los ricos, como siempre, y a algunos miles de sierraleoneses que tienen un trabajo fijo, aunque siguen siendo una minoría. El sueldo mensual medio es de unos 450.000,00 leones, que son unos 75/80 Euros. Un saco de arroz de 50 Kg. cuesta 130.000,00 leones, con sólo estos dos datos ya podéis imaginar el nivel de vida de la gente….

Como ya sabéis aquí los cristianos son pocos 10% (+ ó -) mitad católicos y mitad de las Iglesias evangélicas, la mayoría es musulmana con la cual hay buenas relaciones. La participación en la vida de la comunidad cristiana es buena y abundante, ya os contaré con más precisión cuando haya visto más. Los javerianos aquí tenemos parroquias, formación de javerianos, un poco de animación vocacional, algunos proyectos de desarrollo y sanitarios y alguno da clases en alguna institución educativa…

¡En fin! La cosa se ha alargado un poco y es un tanto general; pero por algo había que comenzar, ya os iré contando… Os deseo lo mejor y os agradezco vuestra cercanía y los buenos deseos que todos tenéis para mí.

Cuando salí de España los sentimientos que tenía eran una síntesis de alegría por regresar y de incertidumbre por recomenzar, por la novedad de lo no conocido del todo. Ahora, una vez aquí, me ha quedado la alegría de haber regresado y la esperanza de saber comenzar bien junto a los javerianos y a la gente de aquí que ciertamente me serán de gran ayuda, además de vosotros.

Con mis mejores deseos de bien os saludo y recuerdo.

Fraternal y cordialmente con el afecto de siempre.

P. Luis Pérez s.x.

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