cuarto
domingo de cuaresma - A
1Sam 16,1.6-7.10-13
● Sal 22,1-6 ● Ef 5,8-14 ● Jn 9,1-41
Una luz regalada
Palabra de Dios
M
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ientras caminaba, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.
Sus discípulos, al verlo, le preguntaron: «Maestro, ¿por qué nació ciego este
hombre?» Jesús respondió: «Nació así para que el poder de Dios pueda
manifestarse en él. Mientras es de día, debemos realizar las obras del que me
envió. Cuando llegue la noche, nadie podrá trabajar. Mientras estoy en el
mundo, Yo soy la luz del mundo». (Jn 9,1-5)
Reflexión
El ciego es tan ciego que hay que ayudarle. Es tan ciego que no
ve a Jesús y no le puede pedir la luz de los ojos.. un don, un regalo de Dios y
de Cristo: así es la luz-salvación para los hombres, humanamente ciegos. Con
todo, también el ciego debe hacer algo…“Vé a lavarte a la piscina de Siloé”. Y
él, “fue, se lavó y, cuando regresó, ya veía”. La conversión empieza en la voluntad.
El camino cuaresmal es un acto de voluntad que termina con la renovación de las
promesas bautismales en la noche de Pascua.
Oración
Son pan de todos los días los ojos que amamos.
R.: Dánoslo a manos
llenas, ¡oh Padre!
Son pan de todos los días los apretones de manos.
R.: Dánoslo a manos
llenas, ¡oh Padre!
Son pan de todos los días las palabras de aliento y de estima.
R.: Dánoslo a manos llenas,
¡oh Padre!
Pan como regalo de tu amor
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