viernes
tercera semana
Os 14,2-10 ● Sal
80,6-17 ● Mc 12,28b-34
Amar a Dios
Palabra de Dios
E
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l escriba replicó: «Tienes razón, maestro, cuando dices que el Señor
es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el entendimiento y
con todo el ser y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los
holocaustos y sacrificios». (Mc 12,32-34)
Reflexión
Al final sólo quedará el amor. El amor es eterno. El amor viene
de Dios y a Dios vuelve. Vivimos para “amarlo
con todo el corazón y con toda nuestra persona”.
Cuando muramos, lo perderemos todo, menos el amor. Porque el amor con que vivimos amando a Dios, es la
vida de Dios dentro de nosotros. Este amor, no sólo quedará, sino que dará
fruto de generación en generación. La única manera para aprender a amarle es
dejarse amar por Él.
Oración
Tú, tierna luz de la tarde sobre las aguas.
R: Que se realice lo que
Tú quieres, Padre.
Tú, luz esplendorosa que unes el cielo y la tierra.
R: Que se realice lo que
Tú quieres, Padre.
Tú, luz tremulante, acunada por los sueños.
R: Que se realice lo que
Tú quieres, Padre.
Se realice tu designio de amor en la Iglesia
La Iglesia es el pueblo de
Dios llamado de la muerte a la vida. El Padre ha escogido a este increíble
cuerpo formado por hombres, mujeres, niños, santos y pecadores, de toda edad y
raza para revelarnos sus designios de amor. A nosotros, personas limitadas y
defectuosas, y no a otras.
Como resulta increíble que
Dios haya escogido hacerse hombre en una joven mujer hace dos mil años, así
resulta increíble que Dios quiera continuar su obra de salvación a través de
personas humanas que se entregan de por vida para anunciar el amor. Increíble, pero divino.
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