lunes
primera semana
Lev 19,1-2.11-18 ● Sal
18,8-15 ● Mt 25,31-46
Cada vez que…
Palabra de Dios
L
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os justos le contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos,
o con sed y te dimos de beber? ¿Cuándo te hemos visto forastero y te
hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y
fuimos a verte?». (Mt 25,37-40)
Reflexión
Cada vez que lo hicisteis…
Tomar en serio esta página del Evangelio quiere decir ver con ojos nuevos a
cada pobre que encontramos. Pobres son los que viven en las chabolas o que
duermen en la calle. Pero, además de esta pobreza (no tan) alejada de nosotros,
hay otra pobreza que nos es más cercana. Pobres son los que no se sienten
amados. Y estos pobres los encontramos, quizás, en nuestra misma familia, en
las iglesias o en los sitios de trabajo. Al final ¡todos seremos juzgados sobre
el amor!
Oración
Todo brota de Ti y a Ti vuelve.
R.: Lo que eres se
manifieste, oh Padre.
Todo procede de Ti y en Ti encuentra su fuerza.
R.: Lo que eres se
manifieste, oh Padre.
Todo tiene en sí el sello de Tu amor.
R.: Lo que eres se
manifieste, oh Padre.
Tu nombre es manifestado entre los pueblos
Dios crea un pueblo que
lleva su nombre. Un nombre que hay que revelar a todos los pueblos de la tierra
empezando por el pueblo que Dios ha escogido para sí. Haré que sea reconocida la
grandeza de mi nombre, que vosotros profanasteis entre las naciones (Ez 36,23). Dios
santifica su nombre, lo engrandece delante de todos los pueblos cambiando a su
pueblo desde dentro. Sólo en el día en que el Espíritu nos llene de su
presencia hasta lo más profundo de nuestro ser, seremos capaces de manifestar
el nombre del Todo Santo a los pueblos.
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