lunes
cuarta semana
Is 65,17-21 ● Sal
29 ● Jn 4,43-54
El funcionario de Cafarnaún
Palabra de Dios
H
|
abía un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún.
Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que
bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no veáis
signos y prodigios, no creéis». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de
que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado». El
hombre creyó en lo que Jesús le había dicho, y se fue.
(Jn 4,46-50)
Reflexión
La verdadera fe es aquella que nos hace posible recibir a Dios
en Cristo. Es aquella por la cual vamos al encuentro de Dios y descubrimos al
Padre y a su amor. El funcionario de Cafarnaún, pagano y no hebreo, ha creído
en la palabra vivificante de Jesús dando prueba de una fe pura y sincera que va
más allá de cualquier privilegio natural. Tener fe es admitir y confiar en la
Palabra de Dios; por eso el cristiano es el hombre que pone su confianza en la
Palabra de Cristo.
Oración
Es pan de todos los días la vista de las flores en los campos.
R.: Dánoslo a manos
llenas, ¡oh Padre!
Son pan de todos los días las rosas de los invernaderos.
R.: Dánoslo a manos
llenas, ¡oh Padre!
Son pan de todos los días los cantos de los pájaros.
R.: Dánoslo a manos
llenas, ¡oh Padre!
Pan como sustento cotidiano
Pan es todo lo que es
necesario para la vida. Dios, que es Padre, da respuesta concreta a la más
humilde de nuestras necesidades, pero responde también a otras necesidades
esenciales: el perdón, la fuerza para no caer en la tentación... Pan del hoy y
pan del mañana.
Pidiendo este pan, nos
comprometemos a vivir plenamente en el HOY de Dios. Lucas subraya el danos todos los días, dimensión cotidiana de
la peregrinación, del camino que, todos los días, hay que retomar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario