sábado
segunda semana
Mic 7,14-15.18-20 ● Sal
102,16-21 ● Lc 15,1-3.11-32
Las algarrobas
Palabra de Dios
«C
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uando (el hijo pródigo) lo había gastado todo, sobrevino una gran
carestía en aquella comarca y el muchacho empezó a padecer necesidad. Entonces
fue a servir a casa de un hombre de aquel país, quien le mandó a sus campos a
cuidar cerdos. Habría deseado llenar su estómago con las algarrobas que comían
los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó…». (Lc 15,14-17)
Reflexión
En el hijo pródigo se realiza ese refrán de los judíos: “Cuando los israelitas tienen necesidad de
algarrobas, entonces se vuelven a Dios”. Las algarrobas de los puercos le
hacen pensar en el pan de los jornaleros… No quiere consumirse sino vivir. Ni
Dios ni su padre ocupan el centro de sus reflexiones hasta que no recapacita.
El camino del que entra dentro de sí mismo conduce a Dios…
Oración
Que no triunfen los reinos construidos con guerras.
R.: Que se realice lo que
tu quieres, Padre.
Que el dinero y el orgullo no dominen sobre nuestros corazones.
R.: Que se realice lo que
tu quieres, Padre.
Que Tú seas siempre nuestro norte.
R.: Que se realice lo que
tu quieres, Padre.
Reino para la salvación del hombre
El Reino de Dios implica siempre
un futuro y un cambio en nosotros, en el mundo y en la sociedad en la que
vivimos. Porque encontrar a Dios y a su Reino abre a nuevos encuentros, siempre
más profundos. El Reino exige que tengamos la idea de algo incumplido. El
Mesías era esperado para que eliminara la muerte y la derrota de los justos;
con la llegada del Reino Jesús no ha eliminado la muerte, sino que la ha
compartido; no ha acabado con la derrota de los justos, sino que se ha metido
entre ellos.
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