miércoles, 9 de octubre de 2013

Mes misionero, 9 de octubre

ORACIÓN

Padre nuestro que nos ofreces tu casa para encontrarnos contigo y orar,

santificado sea tu nombre y tu pueblo,

venga a nosotros tu Reino de justicia,

hágase tu voluntad de forma pacífica y a través de denuncias proféticas.

Danos hoy nuestro pan para vivir dignamente y con libertad,

perdona nuestras complicidades con una religión opresora,

no nos dejes caer en la tentación de acomodarnos en la rutina

y líbranos de poner en el centro de nuestra vida y de nuestra fe al dinero.

 

EVANGELIO DEL DÍA (Lucas 11,1-4)

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos," Él les dijo: "Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.""

 

TESTIMONIO MISIONERO

BURKINA FASO: CURSO DE RELIGION ISLAMO-CRISTIANO

En enero de 1983 llegué de nuevo a Burkina Faso, después de hacer el curso bíblico y los Ejercicios Espirituales Ignacianos de mes en Jerusalem.

El obispo de Dedugú, mons. Toè, me había nombrado como coadjutor a la parroquia de Tugán, frontera con el país Dogón (Malí). Los primeros meses, aprovechando la estación lluviosa, los dediqué a estudiar la lengua Samo del norte (dialecto de Kuy) que los primeros padres misioneros, llegados de Toma, escogieron como lengua de evangelización entre los diversos dialectos hablados en la región. Llegó el mes de septiembre y el entonces párroco, P. Andrés Lymburner, canadiense, me dijo: ”Molina, en el liceo de Tugán tenemos un curso de religión. Encárgate tú este año y ve a saludar al director del liceo y pídele la lista de tus futuros alumnos.”

Una tarde me fui a visitar al director del liceo, me acogió muy bien y me entregó la lista de los alumnos de 4º de bachiller (como se decía entonces) que al fin del curso tenían el examen del Bachillerato elemental.

Llegado a la misión, consulté la lista y vi que la mayoría de los alumnos eran de familias musulmanas. Se lo digo a mi compañero y me responde:”Vete a ver al Imán, que es amigo de la misión, a ver que te aconseja.” Después de los saludos de rigor, le expuse mi problema al Imán y él me respondió:”Padre Molina, una cosa común a nuestras dos religiones es la oración. Enseñe a nuestros hijos a orar convenientemente.”

Así lo hice. Recorrimos todas las clases de oración: Alabanza, acción de gracias, petición de perdón, ofrecimiento, intercesión, etc… En cada clase tomaba algún salmo y textos del Corán o de místicos sufíes…Todos los alumnos estaban muy interesados al ver que la oración a Dios es común a todas las religiones. El curso llegó al final sin ningún incidente.

Una mañana llegó a la misión uno de los nietos del Imán para decirme que su abuelo quería que fuera a visitarlo al día siguiente por la tarde. Cuando llegué a la casa del Imán, me lo encontré rodeado de un grupo de notables, todos ataviados con sus mejores ropajes. Después de los saludos, el Imán me dijo: “Padre Molina, estos señores son padres de alumnos que quieren agradercerle su enseñanza sobre la oración. Ahora sus hijos, cuando van a la mezquita, saben rezar.” La visita se terminó con un refrigerio a base de zumos de frutas tropicales y saludos muy cordiales. 

(Antonio Molina, misionero de África)

 

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