ORACIÓN
Padre nuestro que nos
ofreces tu casa para encontrarnos contigo y orar,
santificado sea tu
nombre y tu pueblo,
venga a nosotros tu
Reino de justicia,
hágase tu voluntad de
forma pacífica y a través de denuncias proféticas.
Danos hoy nuestro pan
para vivir dignamente y con libertad,
perdona nuestras
complicidades con una religión opresora,
no nos dejes caer en
la tentación de acomodarnos en la rutina
y líbranos de poner
en el centro de nuestra vida y de nuestra fe al dinero.
EVANGELIO DEL DÍA (Lucas 11,1-4)
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos," Él les dijo: "Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.""
TESTIMONIO MISIONERO
BURKINA FASO: CURSO DE RELIGION ISLAMO-CRISTIANO
En enero de 1983 llegué de
nuevo a Burkina Faso, después de hacer el curso bíblico y los Ejercicios
Espirituales Ignacianos de mes en Jerusalem.
El obispo de Dedugú, mons.
Toè, me había nombrado como coadjutor a la parroquia de Tugán, frontera con el
país Dogón (Malí). Los primeros meses, aprovechando la estación lluviosa, los
dediqué a estudiar la lengua Samo del norte (dialecto de Kuy) que los primeros
padres misioneros, llegados de Toma, escogieron como lengua de evangelización
entre los diversos dialectos hablados en la región. Llegó el mes de septiembre
y el entonces párroco, P. Andrés Lymburner, canadiense, me dijo: ”Molina, en
el liceo de Tugán tenemos un curso de religión. Encárgate tú este año y ve a
saludar al director del liceo y pídele la lista de tus futuros alumnos.”
Una tarde me fui a visitar
al director del liceo, me acogió muy bien y me entregó la lista de los alumnos
de 4º de bachiller (como se decía entonces) que al fin del curso tenían el
examen del Bachillerato elemental.
Llegado a la misión,
consulté la lista y vi que la mayoría de los alumnos eran de familias
musulmanas. Se lo digo a mi compañero y me responde:”Vete a ver al Imán, que
es amigo de la misión, a ver que te aconseja.” Después de los saludos de
rigor, le expuse mi problema al Imán y él me respondió:”Padre Molina, una
cosa común a nuestras dos religiones es la oración. Enseñe a nuestros hijos a
orar convenientemente.”
Así lo hice. Recorrimos
todas las clases de oración: Alabanza, acción de gracias, petición de perdón,
ofrecimiento, intercesión, etc… En cada clase tomaba algún salmo y textos del
Corán o de místicos sufíes…Todos los alumnos estaban muy interesados al ver que
la oración a Dios es común a todas las religiones. El curso llegó al final sin
ningún incidente.
Una mañana llegó a la misión
uno de los nietos del Imán para decirme que su abuelo quería que fuera a
visitarlo al día siguiente por la tarde. Cuando llegué a la casa del Imán, me
lo encontré rodeado de un grupo de notables, todos ataviados con sus mejores
ropajes. Después de los saludos, el Imán me dijo: “Padre Molina, estos
señores son padres de alumnos que quieren agradercerle su enseñanza sobre la
oración. Ahora sus hijos, cuando van a la mezquita, saben rezar.” La visita
se terminó con un refrigerio a base de zumos de frutas tropicales y saludos muy
cordiales.
(Antonio Molina, misionero
de África)
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