martes, 29 de octubre de 2013

Mes misionero, 29 de octubre

ORACIÓN

BIENAVENTURANZAS DEL MISIONERO 

Bienaventurado el misionero que vive enamorado de Cristo,
que se fía de Él como lo más necesario y absoluto,
porque no quedará defraudado.

Bienaventurada la misionera que cada mañana dice “Padre nuestro”,
llevando en su corazón todas las razas, pueblos y lenguas,
porque no se conformará con una vida mezquina. 

Bienaventurado el misionero que mantiene su ideal por el Reino
y no pierde el tiempo en cosas accidentales,
porque Dios acompaña a los que siguen su ritmo. 

Bienaventurada la misionera con un corazón puro y transparente,
que sabe descubrir el amor y la ternura de Dios sin complicaciones,
porque Dios siempre se le revelará.

Bienaventurado el misionero que reconoce y acepta sus limitaciones y debilidades
y no pretende ser invencible,
porque Dios se complace en los humildes.

Bienaventurada la misionera que sabe discernir con sabiduría
lo que conviene callar y hablar en cada circunstancia,
porque nunca tendrá que arrepentirse de haber ofendido a un hermano.

Bienaventurado el misionero que no puede vivir sin la oración
y sin saborear las riquezas de la Palabra de Dios,
porque esto dará sentido a su vida.

Bienaventurada la  misionera que anuncia la verdad sobre Jesucristo
y denuncia las injusticias que oprimen a las personas,
porque será llamada profeta de los signos de los tiempos.

Bienaventurado el misionero que sabe asumir y valorar la cultura de los pueblos,
porque habrá entendido el misterio de la encarnación.

Bienaventurada la misionera que tiene tiempo para hacer felices a los demás,
que encuentra tiempo para los amigos, la lectura, el esparcimiento,
porque ha comprendido el mandamiento del amor y se conoce humana y necesitada.
 

EVANGELIO DEL DÍA (Lucas 13,18-21)

En aquel tiempo, decía Jesús: "¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas." Y añadió: "¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta."
 

TESTIMONIO MISIONERO

TESTIMONIO DE PACO MARÍN DESDE JAPÓN 

De mí pocas cosas importantes, por ahora. La Navidad, que aquí termina el mismo día 25 cuando termina la Misa, fue muy bonita. Sea por la alta participación de no-cristianos como por el hecho de haber tenido tres Bautismos de adultos después de un año de trabajo. Cuando pienso en la misión de Japón la suelo comparar al trabajo de una bordadora de las de antes. La mujer se pasaba horas, días y meses delante del bastidor
dejándose los ojos dando puntos y puntos sin ver nada en concreto hasta que después de mucho tiempo y quitando el pedazo de tela del bastidor ve que ha bordado un bonito ramo de flores.  Mi ramo, después de un año de "bordado" tenía sólo tres flores pero qué bonitas. Una señora de 31 años que ha "tropezado" con Cristo después de la repentina muerte de su bebé de 1 mes. Otra chica de 28 años, enfermera, que ha elegido a Cristo
para poder darle sentido al dolor que cada día encuentra en su hospital. El tercero, un joven de 26 años que ha encontrado a Cristo leyendo la Biblia que había en la mesilla de noche del hospital donde lo internaron después de un intento de suicidio.  Es interesante comprobar que ha sido el dolor el camino de los tres para encontrar a Cristo. Ahora los veo a los tres felices, quizás porque después de la cruz viene la alegría de la resurrección. 

(Pako Marín, misionero javeriano)

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