miércoles
quinta semana
Dn 3,14-20.91-92.95
● Sal Dan 3,52-56 ● Jn
8,31-42
Libertad
Palabra de Dios
S
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i fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo,
tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios,
y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre». Le
replicaron: «Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre:
Dios». Jesús les contestó: «Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo
salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que Él me
envió». (Jn 8,39-42)
Reflexión
¿Vivir en libertad o en esclavitud? Ser libre significa pertenecer a Dios, hacer su voluntad, realizar
el bien, obrar según verdad. Ser esclavo
significa ir orgullosamente por su propio camino. Para vivir plenamente la libertad
de los hijos de Dios, hace falta tener el valor de volver a ponerse en camino
todos los días, al igual que Abrahán, confiando sólo en Dios.
Oración
Por no haber tomado en serio nuestra vida.
R.: Necesitamos de tu
perdón, ¡oh Padre!
Por no haber sido sinceros con nosotros mismos.
R.: Necesitamos de tu
perdón, ¡oh Padre!
Por habernos escondido detrás de caretas de ilusiones.
R.: Necesitamos de tu
perdón, ¡oh Padre!
Perdonar sin medida a los enemigos
“Amad a vuestros enemigos y
orad por los que os persiguen” (Mt 5,44). Amar y rezar es algo más que un
simple perdón; es mucho más que responder a la violencia con la violencia. Hay
que amar a los enemigos con amor lleno, activo, solidario, que no espera
ninguna recompensa.
Y a los enemigos se les perdona
y se les ama sin medida para demostrar que somos discípulos de Cristo. Hay que
testimoniar al mundo que de tal Padre tales hijos.
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