jueves
quinta semana
Gn 17,3-9 ● Sal
104,4-9 ● Jn 8,51-59
Vida y muerte
Palabra de Dios
J
|
esús dijo a los Judíos: «Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá
lo que es morir para siempre». Los judíos le dijeron: «Ahora vemos claro que
estás endemoniado. Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: Quien
guarde mi palabra no conocerá la muerte para siempre?» (Jn 8,51-52)
Reflexión
Lo que extraña en los evangelios es ver cómo las autoridades no
han logrado reconocer en Jesús al Mesías esperado. Su función los habilita a
reconocer al Mesías pero no llegan a descubrir la personalidad divina de
Cristo.
El gran problema entonces es descubrir esta personalidad divina
de Jesús y tener la fe necesaria para entrar en esta personalidad, más allá de
los signos y de los acontecimientos.
Oración
Vivimos sólo si nos sentimos protegidos por ti.
R.: Necesitamos de tu
perdón, ¡oh Padre!
Esperamos sólo si tenemos la seguridad de tu cercanía.
R.: Necesitamos de tu
perdón, ¡oh Padre!
Amamos sólo si tenemos la sobreabundancia de tu amor.
R.: Necesitamos de tu
perdón, ¡oh Padre!
Promoviendo la reconciliación
Para perdonar a los que nos
han herido hace falta recorrer un largo camino interior. El punto de llegada es
la reconciliación, que es al mismo tiempo esfuerzo del hombre y regalo de Dios.
La reconciliación nos indica que el perdón es algo siempre ofrecido, es promesa
de futuro puesta a nuestra disposición para permitirnos vivir en el hoy de
Dios.
Para evidenciar la presencia permanente del
perdón de Dios entre nosotros, la Iglesia dispone de unas personas, constantes
operadores de este perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario