Estoy otra vez en la capital. Este mes voy a pasearme mucho y bien por México, aunque ayer el viaje de vuelta a la capital estuvo lleno de contratiempos: el autobús de mi hora no salió (si hay pocos pasajeros directamente lo suprimen sin más explicación) y el siguiente llegó averiado, intentaron repararlo pero a mitad camino decidió no seguir más... Menos mal que el conductor algo sabía de mecánica y tras un par de horas de trajín lo volvió a poner en marcha. Normalmente no pasan estas cosas, la red de autobuses en México es buena, pero se ve que el gafe soy yo...
Por la misión de Santa Cruz todo va muy muy bien. A pesar de las circunstancias adversas (mucho calor, algún pueblo no avisado de nuestra presencia, algún pequeño "choque" cultural) el primer grupo de italianos que está realizando esta experiencia se declara enormemente contento ¡Aún están aquí y ya están haciendo planes para volver! Las evaluaciones que estamos haciendo de la marcha de esta experiencia son muy ricas: ellos observan mucho los rostros, los pequeños gestos... Se han preparado para ver a Dios en lo pequeño.
La lástima es que esa zona está pasando un serio problema de sequía. Es el momento de la cosecha del maíz y lleva 20 días sin llover. Algunos campesinos ya dan por perdido su campo. En todas las misas rezamos a Dios para que si es su voluntad envíe la lluvia.
Y hoy mismo, dentro de dos horas, llega a la capital el segundo grupo de italianos, que irá a la misión de Acoyotla, siempre en zona indígena. Os voy a marear porque a veces os hablaré de Santa Cruz, a veces de Acoyotla...
Gracias por vuestros mensajes (no respondo a cada uno porque tengo poco tiempo para ponerme ante el ordenador) y unidos en la misión del Señor. Hasta la próxima.
Antxon
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