Para
el viaje de ida el coche en el que viajaba la comunidad de Madrid sufrió una
avería y tuvieron que ser remolcados por la grúa a un taller. Afortunadamente
la situación se resolvió rápido, pero hasta las 23,30 no llegaron a Burlada.
Algunos aprovechamos la cercanía para acercarnos a ver la
que fue nuestra casa en la calle Media Luna y lamentar el estado de abandono en
que se encuentra.
El jueves a la mañana vimos la película “Mi nombre es Khan”,
interesante en lo que concierne el diálogo intercultural, aunque excesivamente
larga y con un final muy “americano”. Lo mejor, la actuación del actor
principal y los golpes de humor de la primera hora de
película. Y para mediodía ya estábamos en Javier. Allí vimos la exposición
sobre las Reducciones, comimos en la comunidad de los jesuitas y, ya por la tarde, Cristina
Castillo, misionera de Cristo Jesús, animó nuestro retiro con la temática del
primer anuncio y la misión. Fue un momento resaltado por todos durante la misa
en la parroquia de Javier como muy enriquecedor.
El viernes por la mañana compartimos lo vivido en las
diversas pascuas (todos estamos muy contentos) y programamos las actividades de
verano. Por la tarde, organizamos un encuentro de amigos con misa y piscolabis
en los locales de la parroquia de Burlada. Hubo más niños que adultos. Los presentes pudieron expresar su agradecimiento a los javerianos por lo
vivido y aprendido, su nostalgia de los buenos tiempos y su deseo de poder
continuar en relación con nosotros. Nosotros les pedimos por favor que apaguen
la vela que alguien encendió a San Francisco Javier para que no podamos vender
la casa y tengamos que volver a Burlada, pero creemos que no nos van a hacer mucho
caso.
Y el sábado, cada mochuelo a su olivo, satisfechos por el clima de fraternidad javeriana vivido en estos días.
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