MADRID, 13 de febrero de 2015 (Zenit.org) - La Iglesia en España y Marruecos ha denunciado este viernes la "escasa voluntad política" para esclarecer lo sucedido hace ahora un año, cuando al menos 15 personas murieron intentando alcanzar a nado la playa fronteriza ceutí de El Tarajal.
"No queremos acostumbrarnos", dice el comunicado firmado por el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones, Cáritas, CONFER y Justicia y Paz, en la que señalan su disconformidad ante "la escasa voluntad política por esclarecer sucesos, como el caso de El Tarajal, en los que han perdido su vida seres humanos que escapaban de la violencia o las condiciones de miseria".
En este sentido, lamentan "la puesta en práctica de extrañas figuras jurídicas que intentan defender expulsiones injustificables, como la disposición adicional introducida en el Proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana que pretende legalizar las expulsiones sumarias" de inmigrantes en las fronteras de Ceuta y Melilla.
Así, citan el mensaje de los obispos españoles para la Jornada Mundial de Migraciones, en el que los prelados manifiestan su adhesión "a la denuncia contra cualquier actuación en que no se tengan en cuenta los derechos humanos" y reivindican que "se cumplan los tratados internacionales y se verifique, al menos, si las personas pudieran ser acreedoras del asilo político, ser víctimas de la 'trata' o necesitadas de asistencia sanitaria urgente".
Los firmantes expresan también su grave preocupación y dolor "ante los lamentables sucesos que se agolpan en los últimos días, donde son de nuevo triste motivo de actualidad informativa la muerte y el sufrimiento de miles de hombres y mujeres que huyen de las guerras, el hambre y la pobreza de sus países de origen".
"No queremos acostumbrarnos a la repetición de sucesos como estos, que nos hablan de historias de desesperación encarnadas en personas que, por falta de medios en las unidades de socorro, mueren ateridas de frío tras ser rescatados; de desalojos violentos de cientos de subsaharianos en los montes próximos a Melilla para ser objeto de traslados forzosos y abandonados luego a su suerte; de prácticas ilegales en las fronteras, que lesionan derechos y que son cuestionadas por instancias de la Unión Europea", dice la nota.
Ante estos hechos, las organizaciones de la Iglesia involucradas en la acogida, acompañamiento y defensa de los derechos y la dignidad de los personas migrantes lanzan "un grito urgente" a la ciudadanía, para que levante su voz frente a "esta indigna respuesta que desde el Norte los Estados vienen dando al drama y las injusticias que provocan el éxodo de todas estas personas del Sur".
"No podemos permanecer indiferentes ante la indignidad que supone este goteo incesante de dolor e injusticia. Alentamos a todos a sumarse a esta actitud de indignación cívica y a seguir manteniendo viva la llama de la acogida y la hospitalidad para todos esos hermanos y hermanas que huyen en busca de un mejor futuro", subrayan.
Además, llaman a los cristianos a preguntarse por la fidelidad a sus valores más profundos y recordar que las personas que ven en las noticias "son hermanos nuestros: hombres y mujeres, padres y madres de familia, jóvenes estudiantes, menores incluso".
"No podemos ignorar que el dolor que vemos lo provocan en gran medida la pobreza y el mundo injusto que tenemos, y las decisiones que se toman, en el marco de unas políticas migratorias que olvidan la dignidad humana, tanto en los ámbitos nacional y europeo como en países de tránsito con quienes presumimos de mantener unas estrechas relaciones de hermandad y cooperación", recuerdan.
En esta línea, exigen "a los responsables de la toma de decisiones ejecutivas, legislativas y judiciales la debida coherencia y respeto con los derechos humanos y con la más elemental dignidad que merece toda persona".
"Nos sentimos interpelados a insistir en la denuncia de Francisco sobre la 'globalización de la indiferencia', porque estamos convencidos de que ninguna gestión de las fronteras nacionales puede justificar el desprecio hacia la dignidad de la personas", añaden, para recordar las palabras del Papa tras la muerte en aguas del Mediterráneo de más de 200 personas que intentaban atravesar el Canal de Sicilia: "Que a nadie le falte el socorro necesario".
La Comisión Episcopal de Migraciones, Cáritas, CONFER y Justicia y Paz concluyen su escrito asegurando que "estamos firmemente convencidos en que todo este sufrimiento es evitable".
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