El
tiempo va pasando rápido y hace una temporada que no mando ninguna
noticia. Por otra parte tampoco es que haya mucho que contar, ya que
aquí, como en todas partes, la vida ordinaria es un tanto repetitiva
y hay poca variedad en el quehacer.
Ya
parece que los Superiores se han decidió a encargarme un servicio:
Por ahora, pues espero que no sea para todos los años que esté
aquí, me han puesto de Rector-Administrador de la Casa-Comunidad
Regional, aquí en Makeni, y colaborador en la pastoral de nuestra
parroquia de San Guido María Confortí. Ya he empezado con el
encargo de la comunidad y sigo colaborando en la Parroquia, aunque
ahora, que han comenzado las vacaciones, las actividades se reducen.
El año académico y pastoral es como en España. También, dos
semanas al mes alternando con un Padre Josefino, celebro la
Eucaristía, a las 6.30, en la comunidad de las Misioneras de la
Caridad de la Madre Teresa. Los domingos suelo celebrar dos misas en
alguna de las sucursales que tiene la parroquia, cada una suele durar
casi dos horas. La homilía la hago mitad en inglés y mitad en Krio
que por ahora lo llevo escrito, la gente dice que se entiende, pero
no hay que fiarse mucho ya que no es respetuoso contrariar a un
padre. En las sucursales del interior, tanto el inglés como el Krio
lo traduce el catequista pues hay personas de mediana edad y mayores
que sólo hablan y entienden su lengua. Yo sigo con mi homilía con
preguntas, que se traducen y me traducen la respuesta, llama la
atención el ver que hasta las abuelas responden con agrado y
sencillez y, sobre todo, atinadamente.
Personalmente
estoy bien, sereno y animado; ya he pasado la primera malaria y el
primer tifus que ahora parece que, más que antes, se asocia a la
malaria, menos mal que a mí, como en los años que estuve aquí, no
me da muy fuerte, de forma que con el tratamiento adecuado para cada
una de las cosas y unos cuatro o cinco días de una vida un poco
reposada todo se arregla.
Por
otra parte ya voy conociendo mejor el lugar, tanto la ciudad como los
alrededores y viendo a un buen número de personas que me conocían
de la vez anterior: un buen número de personas que viven y son de
Makeni, durante la guerra, se marcharon a Freetown y allí nos
conocimos al ser nuestra misión en la capotal un punto de
referencia para ellos.
Por otra parte, estando aquí uno
percibe la realidad concreta de la gente y te asalta un cierto
desconcierto, una especie de aprensión, una buena dosis de
incomprensión del mundo en el que vivimos: las diversidades, las
injusticias, los conformismos, la falta de medios para poder vivir
más dignamente: trabajo, sanidad, escuela, casa. Se te arruga un
poco el corazón ver tanta necesidad sabiendo que podía ser
remediada si este mundo fuera de otra manera: de la manera que Dios
lo ha pensado y Cristo lo ha hecho posible. Muchas veces que quedo
como “confundido” al ver tantos niños y, sobre todo, jóvenes,
con actitudes y valores personales, con energía, con ganas de
avanzar, de estudiar, de trabajar de construirse una vida y un país
mejor… y percibes que la mayor parte no llegará a conseguirlo, que
tienen un futuro precario por falta de medios, por falta de una
injusta distribución de lo necesario para “crecer, avanzar…”.
¡En fin! aquí se vive con una
especie de sentimientos enfrentados: por una parte el bien que ves,
las comunidades cristianas activas y que crecen, las personas
empeñadas y participativas, la gran dignidad con la que la mayoría
vive a pesar de los pesares, la fe sencilla pero arraigada en un buen
número; por la otra lo que os decía antes. Y uno no se acostumbra a
esta dicotomía, como nunca me acostumbré los años pasados
anteriormente, es como una especie de losa que siempre llevas encima
y que no desaparece.
En
todo caso no creo que lo dicho os haga pensar que estoy aquí sin
esperanza, viéndolas venir, no. Yo-nosotros los misioneros y
misioneras y algunos voluntarios-as seguimos adelante, convencidos,
cada vez más, que hacen falta muchas cosas, que debemos colaborar en
otras tantas; pero que sobre todo debemos seguir anunciando a Jesús
de la mejor forma posible, debemos seguir compartiendo nuestra fe,
suscitando esperanza, propiciando una vida mejor, en todos los
sentidos, a partir de la vida nueva y de la persona nueva que es
posible en Jesús. Me da alegría celebrar Eucaristías donde hay
tanta variedad de personas: niños, jóvenes, adultos, ancianos…,
se me había olvidado en España que tantos jóvenes “podían”
participan en las Eucaristía, sobre todo la dominical, pero también
en las diarias. Es casi enternecedor ver los grupos de oración que
tenemos por barrios , y en algunas sucursales, una vez a la semana y
donde se reza el rosario y se lee y se reflexiona sobre el Evangelio
del domingo siguiente, allí es raro que no compartan todos-as: el
líder del grupo, los jóvenes, los hombres, la mujeres, las
ancianas…en ocasiones hay que cortar para que no nos dé allí la
noche, esto reunidos delante de una casa, es por turnos, sentados en
cuatro sillas y algún banco destartalado, con un calor aplastante,
cabras y gallinas alrededor…Las reuniones de jóvenes, los
encargados de los diversos servicios: liturgia, oración, caridad,
limpieza…¡Pues una gozada”.
Algunas
veces habrá (hay) quien se aprovecha de la Iglesia, de su presencia,
de su ayuda, como en todas las partes…aunque aquí yo me pregunto
con frecuencia (después de decir que el bien hay que hacerlo bien)
¿qué significa “aprovecharse” cuando no se tienen ni para comer
una vez al día? siendo ésta una realidad frecuente y no un modo de
decir que se tienen poco.
Como ya os de dicho estoy
aprendiendo Krio que es la lengua mayoritaria local, que entiendo en
parte, pero que no tuve oportunidad, ni tiempo, ni tranquilidad de
aprender la vez pasada dadas las circunstancias, viene un joven
universitario muy amigo nuestro tres veces por semana a la mañana;
esperemos adelantar rápido ya que la memoria no es la de hace doce
años, se hará lo que se pueda…
De salud estoy bien, las comidas
locales me sientan bien, estoy adelgazando un poco lo que es normal y
el problema de las “piernas inquietas” como ya intuía ha
disminuido, he reducido mucho la dosis y no tengo molestias con lo
cual, con el tiempo, pienso que será una medicina que podré dejar
de tomar lo que es bueno también por no encontrarlas aquí y que
tuvieran que venir de España.
Otra cosa que me indispone un poco
es el no acostumbrarme, como me sucedía en la pasada vez, a ver
alrededor tanta pobreza, necesidad, falta de medios de la gente para
poder vivir más “humanamente”. La riqueza y el bienestar ha
aumentado para muy pocos, son la minoría la que tiene un trabajo
fijo y pagado, la agricultura da para sobrevivir malamente, la
mayoría se las arregla como puede…¡en fin! que se te cae un poco
el alma al suelo y te da un poco cargo de conciencia vivir bien entre
tanta necesidad. Por otra parte la Iglesia Católica tiene que
soportar siempre una cierta presión de los pobres que piensan que
podemos ayudar a todos y para todo, en parte algo se hace, pero la
misión de la evangelización y el arroz ya es una cosa del pasado.
Por otra parte, viendo la situación tan precaria de tantos se
comprende dicha “costumbre” de pedir.
La gente aquí, por cultura y
forma de ser, es acogedora, alegre, sufrida y a pesar de todo
esperanzada, aunque también, a veces, son poco previsores, la mujer
es la que lleva el peso de casi todo, ya se sabe que las mujeres en
todas partes son personas fuertes. Tampoco les falta ingeniosidad y
tienen solución e imaginación para todo, habría que tener siempre
una máquina de fotos para inmortalizar cosas que no nos
imaginaríamos.
Como
decía el curso académico y pastoral ya ha terminado. En la
Parroquia Conforti termina la semana que viene con “Un campo
parroquial”: De lunes a domingo vendrán los jóvenes, menos
jóvenes y más jóvenes, por la mañana reflexión, encuentro,
oración…, por la tarde juegos, concursos, teatro, películas…,
parece que asistirán más de un centenar… Por otra parte, las dos
semanas de el medio del mes de agosto, se tendremos en MaKeni el
Congreso Nacional de jóvenes, se está organizando muy bien y se
espera mucha participación de jóvenes que vienen de las otras
Diócesis.
Por
otra parte, este año tendré la alegría de encontrarme con un grupo
de españolas-es que vienen un mes a Sierra Leona, a Freetown y a
MaKeni, para colaborar con la Misioneras de la Caridad de la Madre
Teresa; son diez, dos de ellos sacerdote, un el Delegado de misiones
de Madrid; es el tercer año que vienen, la mitad se quedará en
Freetown y la otra vendrá a Makeni. Para ellos es un momento de
servicio y de entrega, para Las hermanas un pequeño alivio en la
dura vida que llevan trabajando con los más pobres y abandonados
como hacen en todo el mundo. Los fines de semana, los domingos,
suelen acompañar a algún misionero a alguna sucursal, con ello ven
un poco de la realidad del interior en sus variados aspectos.
¡En
fin! Aquí os dejo hasta la próxima, gracias por vuestro recuerdo,
seguimiento y oraciones. Gracias a los-as que me habéis escrito
algún mensaje, llamado por teléfono o enviado algún Whatsapp. A
todos-as os recuerdo con afecto y amistad.
Supongo
que algunos-as estarán de vacaciones, que lo paséis bien y
descanséis; a los que las tomarán más tarde les deseo lo mismo.
Fraternal
y cordialmente, un abrazo y muchos saludos. En el Señor.
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