TEXTO
BÍBLICO (Josué, capítulos 2 a
7)
Josué capítulo 2
[1] Josué,
hijo de Nun, mandó en secreto dos espías desde Sittim con el encargo de
examinar el país diciéndoles: ---Id a inspeccionar el país. Ellos se fueron,
llegaron a Jericó, entraron en casa de una prostituta llamada Rajab y se
hospedaron allí. [2] Pero llegó el soplo al rey de Jericó: ¡Cuidado! Han
llegado aquí esta tarde unos israelitas a reconocer el país. [3] El rey de
Jericó mandó a decir a Rajab: ---Saca a los hombres que han entrado en tu casa,
porque han venido a reconocer todo el país. [4] Ella, que había metido a los
dos hombres en un escondite, respondió: ---Es cierto, vinieron aquí; pero yo no
sabía de dónde eran. [5] Y cuando se iban a cerrar las puertas al oscurecer,
ellos se marcharon, no sé adónde. Si salís en seguida tras ellos, los
alcanzaréis. [6] Rajab había hecho subir a los espías a la azotea, y los había
escondido entre los haces de lino que tenía apilados allí. [7] Los guardias
salieron en su busca por el camino del Jordán, hacia los vados; en cuanto
salieron, se cerraron las puertas de la villa. [8] Antes de que los espías se
acostaran, Rajab subió donde ellos, a la azotea, [9] y les dijo: ---Sé que el
Señor os ha entregado el país, que nos ha caído encima una ola de terror y que
toda la gente de aquí tiembla ante vosotros, [10] pues hemos oído que el Señor
secó el agua del Mar Rojo ante vosotros cuando os sacó de Egipto y lo que
hicisteis con los dos reyes amorreos de Transjordania, que los exterminasteis;
[11] al oírlo nos descorazonamos, y todos se han quedado sin aliento ante
vosotros; porque el Señor, vuestro Dios, es Dios arriba en el cielo y abajo en
la tierra. [12] Ahora, juradme por el Señor que como he sido buena, vosotros
seréis buenos con mi familia, y dadme una señal segura [13] de que dejaréis con
vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas y a todos los suyos y
que nos libraréis de la matanza. [14] Los hombres le dijeron: ---¡Nuestra vida
a cambio de la vuestra, con tal de que no nos denuncies! Cuando el Señor nos
entregue el país, seremos buenos y leales contigo.
[1] Josué
madrugó, levantó el campamento de Sittim, llegó hasta el Jordán con todos los
israelitas y pernoctaron allí antes de cruzarlo
[7] El
Señor dijo a Josué: ---Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que
vean que estoy contigo como estuve con Moisés. [8] Tú ordena a los sacerdotes
portadores del arca de la alianza que cuando lleguen a la orilla se detengan en
el Jordán. [14] Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los
sacerdotes que llevaban el arca de la alianza caminaron delante de la gente.
[15] Y al llegar al Jordán, en cuanto se mojaron los pies en el agua --el
Jordán va hasta los bordes todo el tiempo de la siega--, [16] el agua que venía
de arriba se detuvo, creció formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta
Adán, un pueblo cerca de Sartan, y el agua que bajaba al mar del desierto, al
Mar Muerto, se cortó del todo. La gente pasó frente a Jericó. [17] Los
sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor estaban quietos en el
cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el
cauce seco, hasta que todo el pueblo terminó de pasar el Jordán.
Josué capítulo 4
[1] Cuando
todo el pueblo acabó de pasar el Jordán, dijo el Señor a Josué: [2] ---Elegid
doce hombres del pueblo, uno de cada tribu, [3] y mandadles sacar de aquí, del
medio del Jordán, donde han pisado los sacerdotes, doce piedras; que carguen
con ellas y las coloquen en el sitio donde vais a pasar la noche.
[15] El
Señor dijo a Josué: [16] ---Manda a los sacerdotes portadores del arca de la Alianza que salgan del
Jordán. [17] Josué les mandó: ---Salid del Jordán. [18] Y cuando salieron de en
medio del Jordán los sacerdotes portadores del arca de la alianza del Señor,
nada más poner los pies en tierra, el agua del Jordán volvió a su cauce y
corrió como antes, hasta los bordes. [20] Josué colocó en Guilgal aquellas doce
piedras sacadas del Jordán, [21] y dijo a los israelitas: ---Cuando el día de
mañana os pregunten vuestros hijos qué son esas piedras, [22] les responderéis:
Israel pasó el Jordán a pie enjuto. El Señor, vuestro Dios, secó el agua del
Jordán ante vosotros hasta que pasasteis, [23] como hizo con el Mar Rojo, que
lo secó ante nosotros hasta que lo pasamos. [24] Para que todas las naciones
del mundo sepan que la mano del Señor es poderosa y vosotros respetéis siempre
al Señor, vuestro Dios.
Josué capítulo 5
[13]
Estando ya cerca de Jericó, Josué levantó la vista y vio a un hombre en pie
frente a él con la espada desenvainada en la mano; fue hacia él y le preguntó:
---¿Eres de los nuestros o del enemigo? [14] Contestó: ---No. Soy el general
del ejército del Señor, y acabo de llegar. Josué cayó rostro a tierra,
adorándolo. Después le preguntó: ---¿Qué orden trae mi señor a su siervo? [15]
El general del ejército del Señor le contestó: ---Descálzate, porque el sitio
que pisas es sagrado. Josué se descalzó.
Josué capítulo 6
[1] Jericó
estaba cerrada a cal y canto ante los israelitas. Nadie salía ni entraba. [2]
El Señor dijo a Josué: ---Mira, entrego en tu poder a Jericó y su rey.
[17] Esta
ciudad, con todo lo que hay en ella, se consagra al exterminio en honor del
Señor. Sólo han de quedar con vida la prostituta Rajab y todos los que estén
con ella en casa, porque escondió a nuestros emisarios. [18] Cuidado, no se os
vayan los ojos y cojáis algo de lo consagrado al exterminio; porque
acarrearíais una desgracia haciendo execrable el campamento de Israel. [19]
Toda la plata y el oro y el ajuar de bronce y hierro se consagran al Señor:
irán a parar a su tesoro. [20] Sonaron las trompas. Al oír el toque, lanzaron
todos el alarido de guerra. Las murallas se desplomaron y el ejército dio el
asalto a la ciudad, cada uno desde su puesto, y la conquistaron. [21]
Consagraron al exterminio todo lo que había dentro: hombres y mujeres,
muchachos y ancianos, vacas, ovejas y burros, todo lo pasaron a cuchillo. [24]
Incendiaron la ciudad y cuanto había en ella. Sólo la plata, el oro y el ajuar
de bronce y hierro lo destinaron al tesoro del Templo del Señor. [25] Josué
perdonó la vida a Rajab, la prostituta, a su familia y a todo lo suyo. Rajab
vivió en medio de Israel hasta hoy, por haber escondido a los emisarios que
envió Josué a explorar Jericó.
Josué capítulo 7
[1] Pero
los israelitas cometieron un pecado con lo consagrado. Porque Acán, hijo de
Carmí, de Zabdí, de Zéraj, de la tribu de Judá, robó de lo consagrado. Y el
Señor se encolerizó contra Israel.
[19] Josué
dijo a Acán: ---Hijo mío, glorifica al Señor, Dios de Israel, haciendo tu
confesión. Dime lo que has hecho, no me ocultes nada. [20] Acán respondió a
Josué: ---Es verdad, he pecado contra el Señor, Dios de Israel. He hecho esto y
esto: [21] vi entre los despojos un manto babilonio muy bueno, doscientas
monedas de plata y una barra de oro de medio kilo; se me fueron los ojos y lo
agarré. Mira, está todo escondido en un hoyo en medio de mi tienda, el dinero
debajo. [22] Josué mandó a unos que fueran corriendo a la tienda de Acán: todo
estaba allí escondido, el dinero debajo. [23] Lo sacaron de la tienda, se lo
llevaron a Josué y a los israelitas y lo depositaron ante el Señor. [24] Josué
tomó a Acán, hijo de Zéraj --con el dinero, el manto y la barra de oro--, a sus
hijos e hijas, sus bueyes, burros y ovejas, y su tienda con todos sus bienes.
En compañía de todo Israel los subió al Valle de Acor, [25] y Josué dijo:
---¡El Señor te haga sufrir hoy mismo la desgracia que nos has acarreado! Todos
los israelitas apedrearon a Acán. Luego los quemaron y los cubrieron de
piedras. [26] Después levantaron encima de él un montón de piedras, que todavía
hoy se conserva. Y el Señor aplacó el incendio de su ira --por eso aquel sitio
se llama hasta hoy Valle de Acor--.
COMENTARIO
BÍBLICO
Capítulo 2.-
Se considera Jericó la primera
ciudad del mundo. Sin embargo, las investigaciones arqueológicas no han hallado
vestigios de una ciudad cananea que existiera en el lugar de Jericó con posterioridad
a la destruida por los egipcios en 1550, tres siglos antes de la llegada de
Josué. Quizá estaba en ruinas cuando ellos llegaron y al ver una ciudad
amurallada en ruinas la imaginación popular se disparó para introducir una
especial intervención divina en las conquistas de Josué.
Un poblado cananeo, conocido como
la casa de Rajab, existía en Jericó o en sus inmediaciones.
La visita de los espías ha sido
privada de su valor estratégico para resaltar la conquista milagrosa de la
ciudad por el derrumbamiento de sus murallas.
Todo está narrado como una guerra
santa en la que Dios lucha a favor de su pueblo y siembra el terror entre los
enemigos de Israel.
Rajab hace una profesión de fe en
la que incluye las victorias de Transjordania: los israelitas necesitaban
legitimar la ocupación de Transjordania y así la asocian al plan salvífico de
Dios. También incluye fórmulas de una profunda piedad israelita. Esta profesión
de fe es el elemento más importante de todo el capítulo 2 porque subraya más la
acción de Dios que la virtud de la mujer. Si Rajab participa de las bendiciones
de la tierra prometida es porque participa también de la fe israelita. Rajab
pasa de decir “no sé” (versículos 4 y 5) a decir en su profesión de fe “yo sé”
(v. 9).
Rajab significa “… es grande”. Se
ha recortado en este nombre la mención a un dios concreto.
Rajab figura en la genealogía de
Mateo como antepasada de Jesús.
Capítulos 3 y 4.-
El acontecimiento central es el
paso del Jordán. Aunque en este texto confluyen tradiciones distintas y por eso
hay contradicciones y repeticiones, el paso del río se narra una sola vez.
El arca de la alianza era el
centro cultual del santuario de Guilgal. Esta palabra parece significar
“círculo” (se sobreentiende por el relato que de piedras). En él también había
unas piedras y este relato intenta explicar qué hacen allí. Puede que esas
piedras originariamente indicasen los límites del recinto sagrado, o que
hubiesen sido puestas por los cananeos. Guilgal fue el lugar donde acampó Josué
durante su primera noche en la tierra prometida.
En el tiempo en que se han puesto
por escrito estos relatos los ministros del culto se dividían en levitas y
auxiliares del templo. Para Ezequiel todos son “sacerdotes”, no así para otras
fuentes que los distinguen.
El tiempo de la siega corresponde
a finales de abril, cuando el río crece porque se derrite la nieve de las
montañas del norte.
La catequesis final del capítulo 4 muestra un
claro paralelismo entre este paso y el paso del mar durante la huida de Egipto,
no solo porque así se menciona expresamente sino porque se usan incluso las
mismas palabras para ambas travesías.
La toma de Jericó parece más un
acto ritual que una contienda armada.
La conquista va precedida de una
teofanía. Ese “jefe del ejército del Señor” (es decir, de los ángeles) no
explica qué hace allí. Su presencia indica únicamente la santidad del lugar. En
Éxodo 23,23 está la promesa de que un ángel ayudará en la conquista de Canaán.
La aniquilación total o anatema
era un rito característico de la guerra santa y se concebía como una ofrenda de
los vencidos a Dios.; en consecuencia, cualquier violación del anatema era
considerada una seria ofensa contra el mismo Dios.
Acor parece significar
“desgracia” y el relato de Akán puede explicar el origen del nombre de ese
valle. Al mismo tiempo, puede esconder una rivalidad intertribal, pues Akán es
de la tribu de Judá como David, quien estuvo enfrentado por la realeza con
Saúl, de la tribu de Benjamín. Sobre todo en el periodo del declive de Saúl la
rivalidad entre ellos fue patente.
COMENTARIO MISIONERO
Nos chocan estas imágenes bélicas
porque tenemos la suerte de poder leer la Biblia desde Jesús, quien no retoma la vertiente
violenta del Primer Testamento, sino que por el contrario subraya pasajes menos
evidentes y más “escondidos”: la bondad de Dios a través de Elías hacia una
viuda extranjera, la curación de un leproso sirio, la línea de amor abierta por
Oseas… Jesús también relee su historia como judío y la historia del pueblo
elegido, pero lo hace desde claves alejadas de la violencia.
La doctrina del pueblo elegido,
tomada de una forma absolutista y excluyente, ha provocado muchos desmanes en
la historia de la humanidad (apartheid de Sudáfrica, exterminio de la población
autóctona en América del Norte…) y sigue siendo actual en el Israel actual:
mientras que nuestro texto habla de muros derribados el Estado de Israel ha
construido muros para alejar a los palestinos.
Todo lo que tiene que ver con el
fundamentalismo y la guerra santa son llamadas de atención para los cristianos,
porque nosotros también tenemos nuestros integristas, de momento no armados
pero sí activos en sus actitudes de exclusión. Nos resulta llamativo que
incluso personas de alta titulación teológica tengan una mentalidad cerrada,
fundamentalista. Tanto saber no les ha ayudado a ampliar horizontes porque su
formación es sesgada.
El exterminio total aparece en
este texto como querido por Dios. Nos parece que era una forma de que el pueblo
no se mezclase al llegar a territorios habitados por otros pueblos, un medio
para evitar el posible mestizaje religioso, cultural y social. Y sin embargo es
curioso que, a pesar de tanta prevención, Jesús tiene su sangre mezclada por
Rajab la extranjera, que aparece en la genealogía de Jesús según Mateo (y no es
la única extranjera mencionada).
El Dios que se va revelando en la Biblia es un Dios celoso
que no acepta ni ídolos ni otros dioses a su lado. Se manifiesta como el único.
Resulta significativo sin embargo que cuando se hace carne en Jesús va a ser Él
el que se haga exterminar y pase por la muerte y la cruz, y así sí que se
manifiesta como el Único por su capacidad inigualable para amar.
Por el comentario bíblico vemos
que este relato parte de elementos ya existentes (ruinas, la casa de Rajab…)
que se relacionan entre sí para elaborar un relato sobre la presencia de Dios
en la historia de un pueblo. Nos parece un método sugerente para releer nuestra
propia historia desde la óptica de la presencia de Dios.
Dice asimismo el comentario que
en la “profesión de fe” de Rajab se menciona la ocupación de Transjordania para
justificarla, porque los desmanes cometidos entonces seguramente habían
provocado polémica o al menos una cierta mala conciencia entre los mismos
israelitas y esto nos da esperanza: dentro del mismo pueblo pueden surgir
personas lúcidas que lean la historia desde la justicia de Dios y no desde el
filtro etnocéntrico.
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