Ya os supongo a todos metidos de lleno en el año pastoral y de Animación Misionera, después de la programación anual. ¡Estupendo! A los de España os sigo desde la Web y demás…
Supongo, por lo que leo en los medios de comunicación españoles, que ya España está más tranquila: los casos de ébola allí se han resuelto satisfactoriamente, de lo cual me alegro muchísimo, se han organizado algunas estructuras para posibles casos en el futuro, de lo cual me alegro también, y ya todo ha vuelto a la normalidad que es como tiene que ser.
Pues aquí también seguimos en la normalidad desde que el ébola entró en Sierra Leona: en algunos zonas ha bajado el número de afectados y muertos, en otras ha aumentado y en otras se mantiene en un nivel alto de incidencia; también, en general, el número-porcentaje de los que se recuperan y sobreviven ha aumentado lo que es una esperanza para los posibles-futuros afectados.
Las cifras actuales, desde que comenzó la pandemia, en todo el País rondan los 4.400 afectados, 1.500 muertos, 900 recuperados y 500 niños-as que se han quedado huérfanos al morir sus padres a causa del ébola. Todas cifras oficiales, es decir las que se pueden contar por haber asistido a un centro sanitario, las reales son muchas más: los que han muerto en sus casas, muchos de los muertos en las aldeas, a los que no se les ha detectado, ¡en fin! que el número se podría duplicar sin exagerar mucho…
Como la toma de conciencia y aplicación de medidas en el País ha sido tardía, así como la falta de medios para combatir el virus; como ha sido también tardía la ayuda-cooperación internacional; junto a que las pocas y no apropiadas estructuras sanitarias del País se han mostrado ineficaces y han sido mermadas por la muerte de un buen número de personas sanitario (médicos, enfermeras, celadores…más de 100 en el País), la epidemia se ha extendido y ahora, aunque están llegando ayudas, personal y medios, está siendo muy difícil contenerla y erradicarla.
Los efectos negativos (además de sufrimiento, muertos, huérfanos…) ya os los he comentado y persisten, tendiendo a aumentar: enfermos de otras enfermedades que no pueden ser tratados ni curados y que, a veces, mueren; subida de precios de los productos básicos, por escasez o por la falta de circulación de ellos, dadas las restricciones de movimiento de personas y de mercancías; pérdida de muchos puestos de trabajo al haber cerrado grandes compañías a la espera de que pase la tormenta. Todo ello haciendo que retroceda el poco-insuficiente “estado de bienestar” que una buena mayoría tenía en el País.
Algunas cosas han mejorado y dan una cierta esperanza de que la situación comience a cambiar de signo no tardando mucho, de forma que la incidencia del virus tienda a reducirse y, por fin, a desaparecer:
Por parte de las autoridades, Instituciones, Confesiones religiosas, ONGs, Grupos Sociales ha habido una machacona insistencia en la información y la sensibilización para prevenir el contagio y dar orientaciones de lo que se debe hacer en caso de detectar/se afectados. El Gobierno ha emanado medidas concretas para favorecer la detección, aislamiento y tratamiento de los afectados, así como para tratar de evitar los contagios.
La precaria asistencia sanitaria nacional, después de estos meses de experiencia, se ha organizado mejor y más específicamente para ser más eficiente y tratar de llegar a los más posibles.
La ayuda internacional está ya llegando en personal sanitario y medios. Están llegando, y ya han llegado un buen número de médicos, enfermeras-os, asistentes, voluntarios y soldados de varios países. La Unión Africana también ha reaccionado y Nigeria, R.D. del Congo, Etiopía, Kenia, Uganda, Ruanda, Tanzania, Burundi está mandado personal y medios a Los tres países afectados. Gran Bretaña, España, Italia, Cuba… también han mandado aquí personas y medios para atajar la epidemia.
Todo ello ha hecho posible que, en estas últimas semanas, se hayan podido poner en marcha, diseminados por el País, tres laboratorios más para la detección de la infección, tres centros de observación donde se aísla a los posibles afectados por 21 días, 3 centros de tratamiento para atender y tratar de curar a los que han dado positivos. Junto a esto, material para que el personal sanitario pueda trabajar con más protección, medicinas, estructuras sanitarias de campaña, medios de locomoción, ambulancias…
Por nuestra parte, más de parroquia, comunidades cristianas, pastoral, ayuda fraternal-Caritas, seguimos trabajando con las limitaciones que nos imponen la prohibición de reuniones y sacando el máximo “provecho” de lo que se puede hacer:
Del lado javeriano, hemos podido hacer una asamblea (después de haber obtenido, la mayoría, los necesarios permisos de tránsito, al estar los distritos cerrados-aislados) en Makeni. En ella hemos compartido información de la situación y de lo que se está haciendo en las diversas misiones; hemos evaluado el trabajo para ver si se puede mejorar. Con nosotros ha estado un Médico, implicado en la lucha contra el ébola, para tener más información sobre el virus, para cambiar impresiones sobre seguridad, prevención, mejor forma de ayudar a la población desde nuestro ministerio pastoral; hemos tratado algún tema de la Congregación, rezado juntos un poco y comido un poco mejor…, es decir que ha sido un momento fraterno y agradable que nos ha hecho bien a todos; después, como es natural, cada mochuelo a su olivo.
Aquí en Makeni, en nuestra parroquia de San Guido María Conforti hay dos encuentros diarios, por la maña la Eucaristía (6,30) y por la tarde el rosario (17,45). Ahora participa más gente, por una parte todos estamos rezando un poco más y encomendándonos a Dios; por otra al, no haber otros encuentros, la gente viene antes de estos actos y se queda un rato después de terminar: se habla, se bromea, se comparte información, nos interesamos los unos de los otros y se pregunta por los que no se ha visto, se “cotillea” un poco como en toda parroquia que se precie, aquí el cotilleo (benévolo, claro) se llama “CONGOSÁ”. Antes o después, en ocasiones, se hace algún breve encuentro con algún grupo o personas para tratar algo que haga falta o convenga…¡En fin! se trata de hacer de la necesidad virtud y algo es algo y mejor que nada. También se mantiene una reunión semanal de parejas que van a contraer matrimonio y están preparándose, al ser 10-12 personas se puede hacer teniendo las precauciones que hay que tener; las celebraciones no se sabe cuándo serán pues esas requieren fiesta: Eucaristía (que no hay problema) fiesta, comida, baile, reunión de muchos familiares, viajes, alojamientos…, todas cosa prohibidas por ahora.
Como podréis suponer este año pastoral (como el escolar, el universitario…) está perdido, por lo tanto programación-pastoral-parroquial anual no ha habido, ni reunión del Consejo Pastoral Parroquial. En todo caso, en estos días, está previsto reunir al, por así llamarlo, consejo permanente del consejo parroquial para cambiar impresiones, analizar la situación, ir pensando un poco en el futuro y ver lo que se puede mejorar en el presente…, se trata de mantener lo más vivo y activo lo que se hace y se puede hacer.
Otro aspecto que ha mejorado y crecido en la parroquia es el de la preocupación por los otros en general, la colaboración en la atención a los afectados en particular, y el compartir los bienes con los que por “estar aislados por causa del ébola” están necesitados de ayuda, cercanía, oración y atención. El número de los voluntarios para visitar con los sacerdotes las “casas aisladas”, así como el que recorre la parroquia recabando información para poder llegar a donde sea necesario, ha aumentado; a pesar del miedo del principio ha prevalecido el deseo de ayudar y manifestar que somos una comunidad.
Como consecuencia de lo anterior, también ha crecido la generosidad en el compartir; los alimentos y otras cosas que repartimos por las “casas aisladas” son los que la gente trae al ofertorio de las misas de los domingos: arroz, aceite de palma, patatas, cebollas, zanahorias, agua potable, carbón, plátanos, pastillas de caldo de carne o de gallina…, también se compran alimentos con lo obtenido en una de las colectas del domingo y con el dinero que algunos entregan. A este dinero se añade el que llega de España o Italia: amigos-as, grupos parroquiales y misioneros, comunidades religiosas y alguna diócesis están contribuyendo a que se pueda ayudar, de diversas maneras, a más personas y familias…
Se sigue, como en toda la Diócesis de Makeni, con las vivitas de apoyo, acompañamiento y atención a las “casas-familias aisladas” por 21 días por haber tenido en ellas uno-a o más afectados o muertos por causa del ébola.
Nosotros estamos bien, alguna que otra malaria siempre le cae a alguno pero eso es normal y curable, y mantenemos un discreto buen ánimo, trabajamos y nos movemos con prudencia y ateniéndonos a los “protocolos” sanitarios, tanto personal como en general: no dar la mano, lavárselas con frecuencia, no comer ni beber nada fuera de casa, fregar lo que haya que fregar añadiendo siempre un chorrito de lejía, fumigar con una mezcla de agua y lejía, todos los días, los lugares comunes…
La situación parece que aun va para largo, esperemos los mejor y que la realidad vaya mejorando con las ayudas y colaboración que está llegando, en esa esperanza estamos y con ella seguiremos.
Gracias por vuestro apoyo, servicios, seguimiento, afecto, ayuda, oraciones.
Por mi parte, mis mejores deseos de bien para todos-as y que el Señor os siga bendiciendo y acompañando vuestras vidas, comunidades, trabajo, proyectos y demás…
Fraternal y cordialmente. En el Señor. ¡Hasta la próxima!
Luis Pérez Hernández s.x.