Del 29 de junio al 28 de julio hemos podido disfrutar de una experiencia misionera en México, en concreto en la misión javeriana de Santa Cruz (estado de Hidalgo, comarca de la Huasteca). Éramos cinco chicas españolas y yo como javeriano. Además de varios días en la capital para la parte más turística del programa y para acostumbrarnos al nuevo horario, hemos vivido la experiencia en las comunidades de Zohuala (15 días) y La Laja (7 días).
En Correos de México DF |
De camino en las comunidades |
En Zohuala, una comunidad muy organizada, estaban poco acostumbrados a la visita de "misioneros" (llaman así a quienes van desde otras ciudades de México para ayudar en las celebraciones durante la Semana Santa y en algunos casos Navidad). Allí se habla mucho el idioma local, el náhuatl. Por eso resultó clave el catequista, Felipe, que además de hacernos de traductor nos hizo sentir a gusto con su sentido del humor. Nuestra presencia no pasó desapercibida porque por las mañanas visitamos a las familias y las tardes las pasamos entre juegos para los más pequeños y catequesis para los adolescentes y los mayores. También celebramos la eucaristía a días alternos entre esta comunidad y otra cercana llamada Amaxac. Nos quedamos admirados de la belleza de sus paisajes, del colorido de las mariposas y de la educación y respeto de los niños. También sufrimos el calor, constatamos el éxodo juvenil hacia las ciudades y tuvimos conocimiento de algún caso de maltrato a la mujer. Al despedirnos los indígenas nos abrumaron con una gran cantidad de flores, forma muy bella de decirnos adiós.
Antxon con Antonia |
Hacia el campo de maíz |
Sin contratiempos y dando gracias a Dios por lo vivido hemos vuelto a España. Ahora nuestra tarea es digerir lo allí experimentado y saber contarlo…
Antxon
Con los adolescentes de Zohuala |
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